La profesionalización de la Liga femenina ya es oficial
La Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes ha aprobado por unanimidad la profesionalización de la Primera División de fútbol femenino. Las partes trabajarán ahora contrarreloj aunque el paso no se dará al completo para la próxima temporada.
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Tal y como adelantó hace dos semanas el presidente del Consejo Superior de Deportes José Manuel Franco, la Comisión Directiva del CSF ha aprobado hoy la profesionalización de la Primera División del fútbol femenino. La aprobación ha sido unánime, oficializando así un logro que futbolistas y clubes perseguían desde hacía años y que hasta ahora sólo habían conseguido en el Estado español los equipos de Primera y Segunda División de fútbol masculino y la máxima categoría del baloncesto masculino.
Franco destacaba que con este paso se salda «una deuda histórica con las mujeres futbolistas, con las mujeres deportistas y con las mujeres en general, que han sufrido una discriminación histórica únicamente por su género. Hacemos justicia y cumplimos comromisos. El Gobierno de España cumple. La igualdad es un objetivo prioritario».
Hacía años que jugadoras y clubes reivindicaban la profesionalización del fútbol femenino aunque no acometieron la vía oficial hasta el año pasado cuando la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino solicitó el cambio al CSD, con AFE trabajando en la misma dirección y frente al rechazo de la Federación Española que, evidentemente, perderá casi todo el control sobre la competición con su profesionalización. Fue hace trece meses cuando la ACFF presentaba su solicitud ante el CSD, al considerar que la evolución experimentada por el fútbol femenino en el último lustro le permitía cumplir los requisitos establecidos en la Ley del Deporte, principalmente «la existencia de vínculos laborales» entre clubes y futbolistas, no en vano para entonces se había firmado ya incluso el convenio colectivo, y «la importancia y dimensión económica de la competición», que también había conseguido un año antes, en marzo de 2019, cerrar por primera vez la venta de sus derechos televisivos.
La Federación Española, claramente enfrentada a la ACFF –de la que forman parte 13 de los 18 equipos de Primera–, buscó una alternativa en verano, pasando a catalogar la Liga de «profesionalizada» aunque nada cambió en el plano jurídico u organizativo. Según ha podido saber Naiz, reforzar esa opción en lugar de profesionalizar la competición ha sido una opción con la que se ha trabajado estos meses tanto en el Gobierno español como en el propio CSD, pese a que Irene Lozano, entonces presidenta de la entidad, se comprometió a dar el paso el pasado septiembre y lo refrendó este pasado marzo en un acto junto a la vicepresidenta española Carmen Calvo, en el que incluso se adelantó el nombre de la nueva competición: «Liga Ellas». Lozano también mantuvo reuniones con todas las partes implicadas –capitanas de los equipos, jugadoras de la selección española, clubes, Federación Española...– pero desde su marcha el proceso permanecía paralizado. Hasta que hace dos semanas, su sucesor al frente del CSD José Manuel Franco anunció la votación con la que hoy, finalmente, se ha hecho oficial el cambio.
Alguna certeza y muchas incógnitas
La consecuencia es clara. Se constituirá una nueva entidad, integrada por los clubes que participen en la competición y presidida por una persona ajena a éstos, que será la encargada de organizar ésta. Aunque, tal y como sucede con la Liga masculina, deberá suscribir un convenio de coordinación con la Federación Española, de la que seguirán dependiendo algunas cuestiones como el arbitraje, los ascensos y descensos entre categorías profesionales y no profesionales, la composición y funcionamiento de los órganos disciplinarios, el calendario o los límites a futbolistas no comunitarias en los equipos.
En cualquier caso, según adelantó Irene Lozano el pasado marzo, durante las tres primeras temporadas, el desarrollo de la competición estará tutelado por el CSD.
En manos de los clubes quedará el gran caballo de batalla, los derechos de televisión. La situación no es fácil porque los clubes de la ACFF vendieron los suyos a Mediapro en 2019 por tres temporadas –falta una por cumplir, por tanto– aunque el Madrid se descolgó después del acuerdo, mientras los cinco clubes restantes, al inscribirse meses después en el programa Elite de la Federación Española, cedían a esta la comercialización de los suyos, que esta temporada se han adjudicado a Teledeporte. Las consecuencias han sido tremendas a todos los niveles. Por un lado se han sucedido denuncias y querellas y por el otro, se ha reducido drásticamente el número de encuentros televisados, con lo que el fútbol femenino ha perdido la visibilidad que tanto necesita y los aficionados se han quedado a oscuras precisamente en una temporada en la que la asistencia a los campos ha estado prohibida o, en el mejor de los casos, muy restringida.
Este es uno de los muchos aspectos en los que deberán trabajar las partes. En una carrera contrarreloj porque la nueva temporada debería ponerse en marcha en dos meses y medio y hay muchos acuerdos por alcanzar y muchos pasos burocráticos por dar. De hecho, Luis Rubiales aseguraba la semana pasada, coincidiendo con la Asamblea General de la Federación Española, que las competiciones «van a seguir exactamente igual» la próxima temporada, ya que «una cosa es constituir una Liga y otra crear la competición, que lleva más tiempo».
Unas declaraciones que se acogieron con preocupación desde los clubes sobre todo porque, como confirma a Naiz una de las entidades implicadas, no habían tenido noticias desde la reunión que celebró el CSD con las capitanas el pasado marzo. Sin embargo, hoy mismo se ha sabido que el CSD les citará en breve lo que, unido al deseo de los propios clubes de acelerar el proceso, permitirá que se avance más de lo que cabría esperar. Aunque no tanto como para que la próxima temporada sea como deberá ser una vez concluya el proceso, cuyo resultado no se vería hasta la 22/23. «Algunas cuestiones seguirán en manos de la Federación la próxima temporada», confirman desde uno de los clubes consultados por este medio.
También Rubén Alcaine, presidente de la ACFF, admitía la semana pasada en una charla digital organizada por World Football Summit que «la temporada que viene será de transición. Los organizadores serán los clubes pero con el apoyo de la Federación para que en la siguiente se haya trabajado lo suficiente para que podamos seguir y esta Liga sea un éxito». «El cambio fundamental es la organización –añadió–. Los 16 clubes tienen las competencias organizativas, con convenios de coordinación, que al principio tendrá muchas más encomiendas a la Federación porque no hay tiempo para desarrollar ahora toda una competición».
Sí destacaba Alcaine la necesidad de que «las funciones» de cada parte «queden bien fijadas para que no haya conflictos. Los errores vienen muchas veces por no dejar las cosas claras y dejar lugar a interpretaciones». Y subrayaba igualmente el papel que debería desempeñar el CSD en el lío de los derechos televisivos. «Su labor es fundamental para llegar a un acuerdo con las partes si queremos sacar un nuevo concurso esta temporada. Hay dos opciones, esta temporada que cada club siga con la operadora que ya tenga o que se sienten todas las partes, se alcance un acuerdo y se haga una venta conjunta. Y el operador que más dinero ofrezca o mejores condiciones, que se lo lleve y explote, siempre y cuando garantice la mejor partida económica para los clubes». La mayoría de los clubes confía en que, por medio de un Real Decreto, como sucede con el fútbol profesional masculino, la venta de los derechos audiovisuales se realice de forma conjunta.
No será recibir lo único que hagan los clubes, que deberán hacer frente a una serie de requisitos para poder formar parte de la Liga aunque es probable que abra un período de adaptación, que necesitarán especialmente los equipos independientes de clubes masculinos profesionales. Por ejemplo la conversión en SAD –de la que quedarían excluidos Athletic, Osasuna si ascendiera, Barcelona y Real Madrid– o las condiciones mínimas de estadios e infraestructuras, uno de los aspectos más demandados por las futbolistas.
Las condiciones de las jugadoras
Desde el lado de estas también se confía en que la profesionalización se traduzca en una mejora de sus condiciones. Lo cierto es que el cambio de status de la competición no implica forzosamente que los sueldos deban aumentar o la parcialidad deje de existir aunque las futbolistas confían en que el previsible aumento de ingresos de los clubes repercuta en estas cuestiones.
Desde AFE, donde se ha aplaudido el paso dado hoy desde el CSD, al considerarlo también una reivindicación propia, se considera que una Liga «considerada profesional no puede permitir, bajo ningún concepto, que exista una jornada laboral parcial, pues entrañaría una discriminación en relación a la misma actividad frente a sus colegas masculinos». De hecho, y pese a que la ley no recoge como tal la obligatoriedad de la jornada completa, el sindicato ya anuncia que realizará «una consulta vinculante a la Dirección General de Trabajo, por ser un hecho discriminatorio en relación a los hombres, un total abuso en esta cuestión».
En cualquier caso, el convenio colectivo aprobado el año pasado y que se prorrogó a final de temporada ya fue denunciado este pasado invierno por AFE, precisamente por cláusulas como la de la parcialidad y el sueldo además de a referente a las listas de compensación, por lo que ambas partes deberán renegociarlo de cara al próximo curso.
El proceso
Muchas de esas cuestiones se recogerán en los estatutos, con cuya redacción y aprobación se pondrá en marcha el proceso que debe desembocar en la primera edición de la Liga profesional. Ese trabajo les corresponde a los 16 equipos que militarán en Primera la próxima temporada –incluyendo a Alavés, Athletic, Eibar y Real–, que tienen dos meses de plazo para cumplimentar esta primera etapa. Después será el CSD el que, en un plazo de seis meses y tras recibir un informe de la RFEF, deberá aprobarlos e inscribirlos en el Registro de Asociaciones Deportivas.
A partir de ese momento, los clubes podrán inscribirse en la nueva Liga profesional, que deberá elegir su Junta directiva y un presidente, que deberá ser una persona ajena a los clubes que conforman el ente. Este organismo deberá suscribir un convenio de colaboración con la Federación Española, de la que dependerán el calendario, los ascensos y descensos, el arbitraje, los órganos disciplinarios y los límites al número de futbolitas extracomunitarias. El CSD tutelará la competición durante las tres primeras temporadas y, además, tendrá potestad legal para alcanzar soluciones cuando se enquisten las negociaciones entre las partes, algo que, visto lo visto, puede suceder de forma frecuente.