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Urdangarin ya no tiene que dormir en la cárcel y solo tiene que fichar un día a la semana

Instituciones Penitenciarias ha autorizado a Iñaki Urdangarin para que solo tenga que ir un día a la semana a la cárcel de Zaballa gracias a la modalidad de control telemático con la que cumple el tramo final de su condena en semilibertad. También puede salir del Estado por motivo laboral.

Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón llegan al juzgado de Palma (Illes Balears), en una imagen de archivo. (Jaime REINA | AFP)

La decisión de aplicar a Iñaki Urdangarin el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario sobre control telemático ha sido propuesta por la Junta de Tratamiento de Zaballa, contando con el visto bueno de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio español de Interior.

Instituciones Penitenciarias (IIPP) ha dispuesto que, en adelante, Urdangarin fiche en la prisión alavesa de forma presencial una vez a la semana, salvo si coincide con alguno de sus viajes fuera del Estado, caso en el que podrá hacer esta gestión vía telefónica.

Urdangarin disfrutaba desde febrero del régimen de semilibertad y ahora se ha dado un paso más al no tener que volver a prisión a dormir. En la decisión se ha tenido en cuenta su buen comportamiento y el cumplimiento del programa para presos por delitos económicos, según han indicado fuentes penitenciarias.

En febrero, IIPP autorizó a Urdangarin para seguir cumpliendo su condena por el ‘caso Nóos’ en la sección abierta de la prisión alavesa, después de que le fuera concedido el tercer grado un mes antes.

El traslado desde Madrid a Araba permitió al marido de Cristina de Borbón disfrutar de los fines de semana libres cerca de Gasteiz, donde reside su madre, así como realizar el programa de tratamiento por delitos económicos desde la sección abierta de Zaballa, a donde tenía que volver hasta ahora para dormir. También compagina lo anterior con un nuevo empleo.

Un periplo que comenzó en la cárcel de mujeres de Brieva

Urdangarin eligió la cárcel de mujeres de Brieva, en Avila, para cumplir su condena a cinco años y diez meses por corrupción en el ‘caso Nóos’, ingresando por primera vez el 18 de junio de 2018. La decisión de mantenerse aislado en un módulo sin contacto con otros presos ha sido motivo de discrepancias entre el juez de Vigilancia e Instituciones Penitenciarias.

A finales del pasado mes de enero, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria nº 1 de Castilla y León, con sede en Valladolid, estimó un recurso de Urdangarin y le concedió el tercer grado penitenciario, por lo que ya desde entonces estaba en semilibertad y solo tenía que dormir a diario en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid).

El juez revocó la resolución del director general de Ejecución Penal y Reinserción de 30 de diciembre de 2020, que aplicaba el principio de flexibilidad del 100.2 a su clasificación en segundo grado y destino en el citado CIS.

Hasta su tercer grado, Urdangarin ha disfrutado de otros permisos de salida, así como para asistir a voluntariado en una ONG de Pozuelo de Alarcón (Madrid), en aplicación del artículo 117 del Reglamento Penitenciario.