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Copa América: Brasil también se apunta la octava

Un penalti transformado por Debinha sentencia a la anfitriona Colombia en un partido igualado. Los dos finalistas disputarán los Juegos y Argentina se les unirá para representar a Sudamérica en el Mundial.

Brasil celebra su octavo título de Copa América, esta pasada madrugada en Bucaramanga. (Raúl Arboleda | AFP)

Brasil ya tiene ocho títulos de Copa América, una hegemonía que sólo Argentina pudo interrumpir en 2006. También anfitriona, poco ha faltado para que Colombia repitiese en esta ocasión pero un penalti transformado por Debinha ha resuelto la apretada final que se ha disputado esta pasada madrugada en Bucaramanga.

Las ocasiones se han sucedido en el primer tiempo, incluyendo un remate a la madera de la realista Manuela Vanegas. Brasil quería pero no podía y las locales, empujadas por una grada a reventar al grito de «Sí se puede», trataban de acabar con la imbatibilidad de su rival, que no ha encajado un solo gol en todo el torneo. La igualdad ha acabado a siete minutos del descanso, con un penalti de Vanegas sobre Debinha que la propia atacante del NCC ha transformado en el 0-1.

El equipo de Pia Sundhague –primera seleccionadora que se adjudica la Copa América– ha regresado mejor de vestuarios, buscando la sentencia primer y, al ver que no lo lograba, enfriando el partido después. En la recta final, Colombia ha dado el paso adelante al que le forzaba la situación pero su rival, aun sufriendo, ha aguantado la ventaja que le aseguraba su octavo título de Copa América.

También el billete al Mundial del próximo año, en el que, junto a Brasil, presente en todas las ediciones, representarán a Sudamérica Colombia –que regresa tras perderse la última edición– y Argentina. La Paraguay de Lice Chamorro y Chile, que esta vez se queda fuera del podio, disputarán la repesca intercontinental en busca de la clasificación. Por otro lado, las dos finalistas disputarán los Juegos de Paris y Chile como anfitriona, Argentina, Paraguay y la Venezuela de Gaby García estarán en los Panamericanos del próximo año.

Gaby pugna por el balón con Yamila Rodríguez, máxima goleadora del torneo. (Juan BARRETO/AFP)

Solo la tanda de penaltis ha separado a Venezuela de poder pelear por disputar su primer Mundial. Pero el partido por el quinto puesto, que le enfrentó a Chile acabó con empate tras 120 minutos de juego y victoria para la Roja en la tanda de penaltis. También se quedó con la miel en los labios Paraguay, que nunca ha disputado alguno de los grandes torneos intercontinentales y que cayó ante Argentina en el duelo por el bronce. Aún así, la repesca le dará aún la opción de poder disputar el próximo Mundial.

Lice Chamorro celebra un gol con Jessica Martínez. (Paola MAFLA/AFP)

La Albirroja disputó una gran fase de grupos, en la que ganó todos sus partidos excepto el que le enfrentó a Colombia. La alavesista Lice Chamorro regresa a casa habiendo disputado cinco de los seis partidos de su equipo –sólo se perdió la semifinal contra Brasil tras dar positivo por covid–, dos como titular y tres como suplente, y habiendo marcado uno de los dos goles que permitieron a su equipo derrotar a Ecuador y asegurar la segunda plaza de su grupo y la consiguiente clasificación para semifinales.

Gaby García, por su parte, ha sido titular en tres de los cinco partidos de Venezuela y ha seguido los otros dos desde el banquillo. Su compañera en la Real Manu Vanegas ha tenido mucho más protagonismo. Titular indiscutible para Nelson Abadía, ha marcado además dos goles y regresará a Zubieta con la medalla de plata, algo que Colombia sólo había logrado en otras dos ocasiones (2010 y 2014).

Manu Vanegas bate a la chilena Endler. (Juan BARRETO/AFP)

Luces y sombras

Su afición lo ha celebrado a lo grande, llenando estadios y apoyando a las suyas con pasión. No ha habido tanta suerte con los partidos de otras selecciones, con afluencia más irregular, y en algunos casos casi testimonial, a los estadios.

Con todo, el capítulo más lamentable de esta Copa América lo ha escrito la Federación anfitriona que, la víspera de que Colombia disputara la semifinal con Argentina, anunciaba su decisión de cancelar la Liga, alegando falta de planificación por las dificultades económicas de los clubes y, tras las numerosas y ruidosas protestas, sólo ha accedido a comprometerse a recuperarla para la próxima temporada.

Las luces han llegado principalmente en el terreno estrictamente futbolístico por la evolución general de las selecciones, especialmente evidente en el caso de Paraguay, Venezuela o la propia Colombia. Pero también en el ámbito organizativo aunque sólo sea porque, por primera vez en la historia, el campeón se ha embolsado un premio 1’5 millones de dólares, mientras el finalista se llevaba medio millón.

La argentina Yamila Rodríguez ha sido la máxima goleadora con seis dianas, una más que las brasileñas Adriana y Debinha. Y tras el golpe de los Juegos, en los que cayó en cuartos de final, Pia Sundhague se saca la espina convirtiéndose en la primera mujer que conquista la Copa América.

Pia Sundhague es manteada por sus futbolistas. (Raúl ARBOLEDA/AFP)

Campeonato OFC

No es la única seleccionadora que ha triunfado este año. De hecho, salvo el Campeonato de la CONCACAF que se ha adjudicado la Estados Unidos de Vlatko Andonovski, todos los grandes torneos continentales los han ganado selecciones entrenadas por mujeres.

Comenzó China, entrenada por Shui Qungxia, imponiéndose en la Copa Asiática el pasado enero, han sido después la Sudáfrica de Desirée Ellis en la Copa África y la Brasil de Pia Sundhague en la Copa América y lo será esta tarde en la Eurocopa la Inglaterra de Sarina Wiegman o la Alemania de Martina Voss-Tecklenburg.

Y a todas ellas hay que añadirles la selección de Papúa Nueva Guinea, entrenada por Nicole Demaine, que este fin de semana se ha adjudicado el Campeonato de la OFC disputado en Fiyi entre nueve equipos. Campeón inédito, rompe la hegemonía absoluta en el torneo de Nueva Zelanda, que este año ha renunciado al estar ya clasificada para el Mundial por su condición de anfitriona. Y eso precisamente abre las puertas a Papúa Nueva Guinea a la posibilidad de convertirse en la primera selección oceánica diferente a la neozelandesa que disputa un Mundial. El próximo febrero disputará la repesca intercontinental junto a  nueve selecciones de otras cinco confederaciones, con los tres últimos billetes en juego.