«Cobrar el desempleo nos visibiliza como una profesión más»
Lorea Ureta forma parte de la Asociación de Trabajadoras del Hogar (ATH) de Bizkaia, que ofrece a más de 500 trabajadoras del sector al año asesoramiento en materia laboral.
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El Consejo de Ministros ha aprobado recientemente el Real Decreto Ley que modifica la normativa laboral reguladora del sector del empleo del hogar. Entre las principales novedades, se reconoce el derecho al desempleo, hasta ahora inexistente. Pero la norma también refleja, critican, algunas carencias.
¿Cuáles son los precedentes de la norma aprobada recientemente?
La reivindicación histórica ha sido, principalmente, la equiparación en todos los sentidos del sector de empleadas del hogar con el resto de trabajadores. Con esto nos referimos a la equiparación al Estatuto de los Trabajadoras, al régimen general de la Seguridad Social, en salud laboral, inspecciones… Que esté todo más regulado.
En materia de Seguridad Social, ¿cómo valoran el reconocimiento a la prestación de desempleo?
El desempleo ha sido una de esas demandas históricas, y hasta el momento no existía ningún tipo de reconocimiento de este tipo. Independientemente de que la norma pueda quedarse corta, lograr esta prestación es un hito: por fin las trabajadoras del hogar van a tener derecho a cobrar el desempleo, que era el único que les faltaba. No se ha conseguido como nos hubiera gustado, pero es un paso.
Aunque hay que aclarar que este no es un logro del Gobierno español, sino que lo ha hecho porque no tenía más remedio después de que en febrero se ganara una sentencia en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En ella se decía que el Estado vulneraba todas las normas sobre discriminación en materia de género al negar el derecho a desempleo de las trabajadoras del hogar, un sector en el que más del 95% son mujeres.
Y en el caso del desempleo, ¿cómo se calcula el tiempo cotizado hasta la fecha?
Nosotras esperábamos un período de transición en el que a las trabajadoras del hogar que ya habían cotizado en la Seguridad Social –aunque no al desempleo, porque no les dejaban– se les iba a dar por cotizado ese tiempo para el paro. Pero no ha sido así y deben empezar de cero. Es decir, lo trabajado hasta ahora no cuenta para el desempleo, aunque sí para todo lo demás: para la jubilación, en caso de baja… Solo ahora, a partir del 1 de octubre, también lo hará para el desempleo.
Uno de los puntos que critican de la nueva norma es que en caso de cese por fallecimiento del empleador solo tienen un mes de indemnización, como recoge el Estatuto de los Trabajadores. ¿Qué supone esto en el caso de las trabajadoras del hogar?
Si trabajas en una tienda o en una fábrica, ¿cuántas veces te puede ocurrir que se muera tu jefe? Muy pocas. Sin embargo, en este sector, casi todas las internas se dedican al cuidado de niños y, sobre todo, de personas mayores. A diferencia de en otros trabajos, las trabajadoras del hogar cuando ven que se van a quedar sin trabajo, en este caso porque la persona a la que cuidan se va a morir, no se van. Hay una voluntad de querer acompañar hasta el final en ese proceso, incluso sabiendo que les va a resultar difícil encontrar otro trabajo.
¿Qué alternativa proponen ante esta situación?
El Estatuto de los Trabajadores solo da un mes de indemnización por cese debido a fallecimiento del empleador, lleves trabajando con esa persona 20 días o 20 años. Por eso creemos que sería conveniente una cantidad de dinero en función del tiempo trabajado, al igual que en los despidos.
Desde el punto de vista de la CAV, ¿existe la posibilidad de que desde el Gobierno autonómico se mejoren las condiciones a las trabajadoras de estos territorios, que no se han podido mejorar desde Madrid?
Sí, sin duda. El Gobierno Vasco siempre se escuda en una falta de competencias, pero tienen más de las que dicen, porque la materia laboral, Osalan, es una competencia ya transferida. Con ella no puedes sacar una norma que empeore las condiciones de la que ya existe, pero sí que las mejore. Por ejemplo, se podría legislar y regular el trabajo nocturno, los salarios, el tipo de contratos… Todo lo que no tenga que ver con la Seguridad Social, que es competencia de Madrid. El ámbito laboral es muy amplio, y aun sin tener todas las competencias se puede hacer mucho.
Siendo un sector ampliamente feminizado y con un gran porcentaje de mujeres extranjeras, ¿en qué situación quedan las trabajadoras sin papeles con la nueva norma?
En este sector hay muy poca economía sumergida entre las trabajadoras que tienen papeles. Según nuestras estadísticas, prácticamente ninguna interna está sin dar de alta, y en global el 90% de las trabajadoras están dadas de alta en la Seguridad Social. A su vez, el 42% de ellas son extranjeras. El hecho de estar sin papeles no significa no tener el resto de derechos, como cobrar el SMI, tener vacaciones, tener descansos, respetar la jornada o el derecho a indemnización en caso de despido. Desde aquí hacemos un llamamiento a que cualquier persona que vea vulnerado alguno de esos derechos acuda a su asociación más cercana para poder reclamar.
Por tanto, es verdad que existen trabajadoras que no tienen papeles, pero hay que recordar que no están dadas de alta en la Seguridad Social porque el Gobierno no quiere. La Ley de Extranjería obliga a pasar tres antes de ofrecer la nacionalidad y, a pesar de que la parte empleadora y la empleada quieran, no deja darlas de alta.
Valorando los pros y los contras, vemos que se trata de una reforma muy esperada. Pero, ¿es suficiente?
Conseguir cualquier tipo de derechos es un hito. En particular, cobrar el desempleo es un avance increíble, porque sigue visibilizando este sector como una profesión más, y reivindica que como tal tenemos los mismos derechos. Pero también es cierto que las organizaciones que estamos en la pelea siempre queremos más, y pedíamos que el tiempo ya cotizado sirviera para calcular el desempleo desde ya. Pero creo que es algo que algún día llegará.