La NBA 2022/23 empieza repleta de preguntas que hay que empezar a responder de una vez
Los vigentes campeones, los Golden State Warriors, no parten como favoritos para ganar el anillo. LeBron James quiere sumar su quinto anillo en unos Lakers que llevan dos años a la deriva. Los Brooklyn Nets quieren recordar lo que es un equipo. Esto es la NBA y desde el martes, esto empieza.
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Si nos gusta el baloncesto, no podemos vivir sin la NBA. Sea por el espectáculo, sea por el nivel de los jugadores, sea por las noticias que saltan de las franquicias. La temporada 2022/23 arranca a partir de este martes, 18 de octubre, con muchas preguntas en el aire y ninguna respuesta todavía. ¿Serán capaces los Golden State Warriors de seguir con su dinastía ganadora? ¿Renacerán los Lakers después de un par de años de mustia languidez? ¿Serán los Clippers de Kawhi Leonard y Paul George algo más que un “contender”? ¿Volverán los Bucks de Giannis Antetokounmpo a reinar? ¿Los Celtics, después de amagar el año pasado, conquistarán su decimoctavo anillo? ¿Podrán los Nets de Brooklyn olvidar el fiasco del año pasado y volver a ser competitivos? ¿Miami Heat, New Orleans Pelicans, Phoenix Suns, Dallas Mavericks, Philadelphia 76ers... volverán a la carga en pos del anillo o solo servirán de ”sparring” de los grandes? ¿Los Grizzlies retornarán a ser un ”coco” de play-offs?
Estas preguntas y tantas más, seguramente más pertinentes, se tendrán que ir respondiendo poco a poco, aunque lo cierto es que en la NBA no hay demasiadas cosas que se resuelvan si no es a grandes tragos. La propia competición transcurre en unos meses de lo más cargados, con un show que empieza y no para.
Hay que recordar que los Golden State Warriors, después de su calamitosa –por las lesiones– final de 2019 y dos años «de transición» entre lesiones y cambios de jugadores volvían a enfundarsae el anillo de campeón, esta vez sin Kevin Durant en su equipo y casi contra pronóstico. Su ADN de campeones trajo de vuelta, cuatro años después, a Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green y Steve Kerr al trono de la NBA. Reavivada, ¿puede continuar la dinastía de los Warriors?
Desafiando al ”Moneyball”
Incluso siendo los campeones en ejercicio, hay quien se tira a la piscina desde una altura equivalente al Santo del Ángel. Así, la cadena especializada ESPN, en sus pronósticos basados en diferentes coeficientes estadísticos, Golden State Warriors peleará por llegar a los play-offs. Definitivamente, la película ”Moneyball” –o el libro ”Moneyball: The Art of Winning an Unfair Game”– basada en la historia real de Billy Beane, gerente general del equipo Oakland Athletics, quien utilizaba las estadísticas avanzadas para fichar jugadores, está haciendo demasiado daño a los analistas. Por más repulsivo que suene la cita de Boza Maljkovic, habrá que recordar que las estadísticas, incluso las avanzadas, «son como el bikini, ya que enseñan mucho pero tapan lo esencial».
Así las cosas, a Steve Kerr y sus hombres realmente no les importan estas valoraciones y, en cierto modo, estar tan subestimados les sienta bien. Sin embargo, los ”Dubs” inevitablemente serán esperados en el turno, por una horda de rivales ambiciosos y armados, llamados Clippers, Suns, Lakers, Grizzlies o Mavericks, solo para la Conferencia Oeste, que un año más se volverá a confirmar como una trituradora de candidatos: el famoso ”Wild Wild West”.
El único borrón de esta pretemporada en el seno de la Bahía de San Francisco ha sido la pelea en un entrenamiento entre un Draymond Green que parece erigido en el Denis Rodman del siglo XXI –aunque mucho menos histriónico– y Jordan Poole, al punto que Green tuvo que salir a disculparse con el propio jugador y la plantilla al completo, por más que la franquicia ha decidido mantener la discreción.
«Estas cosas suceden. A nadie le gusta. No lo aprobamos, pero sucede. Draymond se disculpó con el equipo. Jordan estaba allí en la habitación… en cuanto a cualquier suspensión, castigo, multa, lo manejaremos internamente», explicó Steve Kerr –conocido por pelearse a tortazo limpio con Michael Jordan luego del «primer retorno» del icono baloncestístico–, tratando de echar tierra sobre el asunto. Al fin y al cabo, digan lo que digan las estadísticas avanzadas, los Warriors son los campeones en ejercicio, pero estos éxitos se empiezan a labrar cuando el mes de junio del año siguiente queda todavía bien lejos.
Y jóvenes como Poole –renovado hasta 2027, al igual que Andrew Wiggins–, James Wiseman, de 21 años, reclutado en segunda plaza en el draft de 2020 luego de que los Warriors ”tankearan”... o al menos se dejaran llevar... o el prometedor Jonathan Kuminga prometen darle un nuevo aire a los californianos.
La fiebre de California
LeBron James no se retirará hasta, al menos, jugar una temporada junto con su hijo Bronnie, y aún le resta un poquito, por lo que, en el ínterin, buscará otro anillo para los Lakers, a pesar de que la experiencia del año pasado mostrara que juntar a los amigos de LeBron y esperar a que «brotase la magia» no iba a ser una buena solución. Menos aún cuando Anthony Davis ofrece poca seguridad en sus grandes prestaciones por culpa de sus problemas físicos.

El año pasado por las mismas fechas, los Lakers estaban entre los grandes favoritos del campeonato, con la contratación de Russell Westbrook, poseedor del récord de número de triples-dobles en la NBA. Al final, los campeones de 2020 ni siquiera llegaron a los play-offs.
Westbrook, MVP en 2017, una auténtica bola de energía sobre un suelo de parquet, se pasó la campaña luchando por integrarse en un proyecto de juego que rápidamente se volvió tartamudo o incluso inexistente, e incluso siendo objeto de burlas por repetidos errores garrafales que delataban un evidente malestar.
Con su salario de 47 millones de dólares por temporada, los Lakers ni siquiera lograron vender a Westbrook en el mercado de agentes libres y al mismo tiempo reclutó a Pat Beverley, otrora ”culpable” por lesionar adrede a Westbrook en unos play-offs cuando el primero jugaba en Houston y el segundo aún no había salido de Oklahoma. Beverley, a quien también le gustaba envenenar la vida de LeBron James cuando jugaba en el equipo rival de los Clippers, aseguró que el hacha de guerra estaba enterrada, llamando incluso a su «mejor amigo» en los Lakers.
Esta relación, por el momento todo son risas, tendrá que pasar la prueba del campo, pues estarán compitiendo por el puesto de líder. A menos que Darvin Ham, inevitablemente bajo presión por su primer año como entrenador, decida asociarlos en el banquillo, a favor de Dennis Shröder. Pero el alemán, elegido en el quinteto ideal del pasado Eurobasket después de llevar a su selección a la medalla de bronce, cargándose a la Grecia de Antetkounmpo en el camino, acaba de lesionarse el dedo.
Sin embargo, el nuevo entrenador de Los Angeles ha hecho de la defensa su prioridad. En este sentido, Beverley aportará su agresividad y dureza a un grupo que la echó mucho de menos la temporada pasada. Pero habrá que ver si las vacas sagradas de los Lakers asumen este nuevo Padrenuestro.
«Los equipos que saben disuadir cuando es necesario son los que ganan. Si defendemos bien, si obligamos a los rivales a realizar tiros difíciles, si limitamos sus posibilidades de gol, si estamos presentes en el rebote, eso estará en el camino al éxito», ha dicho Lebron James, en vísperas de su vigésima temporada, durante la cual podría superar al legendario Kareem Abdul-Jabbar como máximo anotador de todos los tiempos de la NBA.
Sin embargo, a sus 37 años, su objetivo sigue siendo un quinto anillo de campeonato. Para eso, «lo más importante es estar disponible para el equipo». un LeBron que jugó solo 56 de 82 partidos la temporada regular pasada.
Incluso más que su líder, el extremo Anthony Davis no se ha librado de las lesiones en los dos últimos años, hasta el punto de haber sido criticado por su supuesta fragilidad. Tendrá muchas más cosas que demostrar ya que James le ha pedido que «tome las riendas en ataque».
¿Y los Clippers? Bien, gracias. Kawhi Leonard ha estado fuera 476 días. La estrella de los Clippers se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha durante los play-offs de 2021, volvió a jugar el 4 de octubre ante Portland: 11 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias, 2 robos en 16 minutos. Con él y Paul George, que sólo disputó 31 partidos la temporada pasada, lastrado por varias lesiones, la franquicia de Los Ángeles vuelve a aparecer como una de las favoritas al título.
Ganador del anillo con San Antonio y con Toronto, el salto de Leonard a tierras californianas ha sido un camino espinoso, pedregoso y sin tierra prometida al final del camino.

El regreso de ambas superestrellas no sería tan prometedor si el resto de miembros de la plantilla no hubiesen dado la cara de forma tan consistente cuando tuvieron que tirar del equipo por su cuenta. Si bien es cierto que el Oeste del año pasado no fue el infierno de temporadas anteriores, los angelinos se aferraron a la octava plaza con uñas y dientes durante toda la temporada regular, abonándose a las remontadas como forma de conseguir triunfos y tirando de carácter y de jugadores recuperados para la causa.
Con todo, la gran adición del verano es John Wall, quien, liberado por fin de la carga que era su contrato y capacitado para unirse al equipo que desease, escogió los Clippers como destino para esta nueva fase de su carrera.
Existe cierto halo de incertidumbre sobre un hombre que no juega desde abril de 2021, pero todo apunta a que llega en buenas condiciones para ser, si bien no la superestrella que fue antaño, sí un base de mucho nivel que aporte más armas a una de las plantillas más largas de la competición. Además, en una franquicia que fue capaz de rehacer las carreras de dos hombres que parecían relegados a buscar contratos mínimos como Reggie Jackson o Batum, no cabe sino ser optimistas con respecto a su rendimiento.
Los Nets y el Este
Solo las franquicias del Oeste podrían dar para un culebrón de posibilidades más o menos truncadas, como el esperado retorno de Zion Williamson en los Pelicans –con más de 500 días de ausencia de competición– o saber si Luka Doncic volverá a hacer magia con sus Mavs o si los Suns de Phoenix sabrán recuperarse del sopapo que se llevaron en las Semifinales de Conferencia, cuando, con el factor cancha a favor, fueron vapuleados precisamente por Doncic y compañía en el desempate de su serie, luciendo un pánico a ganar que recordaba aquellas eliminatorias perdidas por Phoenix ante los Houston Rockets en 1994 y 1995, cuando Charles Barkley perdió sus mejores opciones de ganar el anillo en ausencia de Michael Jordan.
Pero no solo del Oeste vive la NBA y los Brooklyn Nets volverán a la carga. El año pasado fueron un equipo de mucha prensa y no siempre buena, en cierto sentido porque Kyrie Irving, en aras de su libertad individual y un credo que solo a él le valía, se negó en redondo a vacunarse contra el covid-19, o mejor dicho, a decirlo abiertamente.
A lo que hay que añadir el traspaso de James Harden camino a Philadelphia que alivió tensiones de vestuario pero dejó el plantel neoyorquino algo huérfano de talento llegada la hora de la verdad, cuando los Boston Celtics les pasaron por encima.
Porque a cambio llegó el australiano Ben Simmons para no jugar y que lleva ya una ausencia de 470 días. El australiano no jugó la temporada pasada, y una vez traspasado a los Nets tras su pulso con la gerencia de los Sixers, por una incapacidad mental combinada con dolor de espalda.
Habiéndose convertido nuevamente en un jugador de baloncesto, ha mostrado signos alentadores en la pretemporada. Debería formar con Kevin Durant y Kyrie Irving un trío superlativo de un equipo decepcionante hasta el momento, que además recupera al tirador Joe Harris, ausente 323 días, por una lesión en el pie.

«Está bien… Todas las familias tienen problemas. Sucede, es una situación común en la liga. Pero ya quedó atrás», declara el entrenador Steve Nash, quien estará bajo más presión que nunca para finalmente construir un desempeño colectivo y crear un juego.
Si Irving y Simmons vuelven a convertirse en jugadores de pleno derecho y de éxito, su tarea se verá facilitada, habiéndose reforzado poco la plantilla en el receso de temporada, salvo por las llegadas de Markieff Morris y Royce O'Neal, así como del alero TJ. Warren.
Los Celtics fueron los “representates” del Este en las Finales, pero su entrenador, Ime Udoka, ya no sigue entre los “Orgullosos Verdes” después de que tuviera un lío con una empleada de la franquicia, algo que iría en contra de la reglamentación interna, un lío de faldas convertido en acoso, así que poca broma. Por ahora, los Celtics han apartado a su entrenador por espacio de un año, pero habrá que ver si regresa a este o a cualquier otro banquillo.
El equipo mantiene a su trío estelar formado por Jayson Tatum, Jalen Brown y Marcus Smart, pero a las órdenes de Joe Mazzulla, de 34 años y asistente de Udoka, elegido como técnico interino. La cúpula directiva y los jugadores han expresado su máxima confianza en el nuevo preparador, pero eso no pudo despejar completamente las incógnitas sobre el rendimiento del equipo.
Pero en el Este, pese a no llamarse “Wild Wild” a sí mismos, hay talento para regalar. Así, tras ser superados por completo por los Miami Heat en los últimos play-offs, los 76ers de Joel Embiid y James Harden deben dar un paso al frente en la primera temporada completa que disputarán juntos.
Tras un verano de entrenamientos, Embiid y Harden necesitarán afinar su conexión para alimentar su sueño de pelear hasta el final por el anillo. Si el malditismo vende, estos dos jugadores tienen como para hacer carrera vediendo carisma, aunque la edad no pasa en balde, sobre todo en el caso de Harden, así que más les vale que el “Process” comenzado hace ya años, concluya con éxito alguna vez.
La apuesta más segura parece la de los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y Jrue Holiday, no en vano ganaron el anillo en 2021. Con el griego al mando, Khris Middleton recuperado y Jrue Holiday en buen estado de forma, el equipo de Milwaukee no se pone límites.
Tras pagar la baja de Khris Middleton y caer en siete partidos en las Semifinales de Conferencia ante los Celtics, los Bucks encaran la nueva temporada con ganas de revancha.
Los campeones de 2021 mantuvieron intacto un equipo que mezcla poderío en la pintura, fortaleza defensiva y óptimas capacidades detrás del arco, liderado de forma incuestionable por el dos veces MVP Giannis Antetokounmpo.
En la lista de pretendientes a las plazas nobles del Este no pueden faltar los Miami Heat de Erik Spoelstra, cuya organización, disciplina e intensidad defensiva unida al alma competitiva de Jimmy Butler les convierte en un rival incómodo para cualquiera.
Pero a esta lista quieren añadirse los Cavs, una ola de talento y descaro que busca sorprender con Donovan Mitchell como incorporación estelar al lado del talento de Garland y de piezas como Jarrett Allen y Evan Mobley.
Como ven, hay muchas preguntas por responder en esta NBA 2022/23, y poca paciencia para empezar a responderlas desde ya.