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Nápoles, una dulce fiesta

El equipo del sur de Italia ha ganado la liga después de 33 años, algo histórico en la calcio. Después de los triunfos con Maradona, el equipo del presidente De Laurentiis ha dominado la liga con una mezcla de jugadores exóticos y espectaculares.

Alegría desatada entre los aficionados del Nápoles. (Alberto PIZZOLI | AFP)

En Nápoles nada es normal. No podría ser de otra forma en una ciudad que es un mundo, una manera de vivir y de disfrutar a cualquier nivel. 

También en el fútbol, quizás este deporte sea la máxima forma expresión de un pueblo que vive siempre entre la picardía y la malicia: capital no oficial del sur de Italia, lugar símbolo de la comida de la península, estereotipo de los estereotipos.

Nápoles, mejor dicho el Napoli, ha ganado la liga italiana, la Serie A, después de 33 años, por tercera vez en su historia: las dos victorias anteriores se habían dado en 1987 y 1990, con Diego Armando Maradona como estrella absoluta. Esta ha sido bastante distinta.

Osi y Kvaradona

La fiesta ha estallado oficialmente en Udine, donde los azzurri empataron 1-1 ayer, jueves, contra el Udinese: faltaba un punto para el triunfo matemático y esto ha llegado gracias a los goles de Lovric para los friulanos y de Osimhen, el protagonista absoluto de esta temporada napolitana.

El delantero nigeriano ha sido tan decisivo que en las pastelerías de Napoli su cara, con la máscara protectora y el pelo pintado de amarillo, se ha convertido en pasteles y galletas, incluso el babà, el dulce local más típico, un bollo untado en ron. Osimhen ha anotado 22 goles en la liga y 5 en la Champions League y en algunos momentos se ha parecido más a un superhéroe que a un futbolista: rápido, poderoso y ágil, la cosa mas cercana a Haaland de esta temporada.

La figura de Osimhen encima de un coche. (Alberto PIZZOLI/AFP)

De todas formas "Osi" no era un total desconocido, estaba en Nápoles desde 2020 y solamente algunas lesiones habían limitado su rendimiento. Por contra, muy pocos tenían informaciones sobre Khvicha Kvaratskhelia, extremo georgiano fichado por apenas 10 miliones de euros ya en abril de 2022: físico compacto de luchador grecorromano, desde la primera jornada de la Serie A ha empezado a regatear sin que nadie pudiese encontrar una solución. Con 12 goles y 12 asistencias ha sembrado el terror en las defensas: su obra maestra fue el 2-0 contra el Atalanta, cuando puso el balón en la escuadra con una finta que había desorientado a seis bergamascos en el área. De Kvaratskhelia a "Kvaradona" el paso ha sido breve.

Nombres y personajes casi exóticos, como la dupla defensiva formada por el kosovar Rrahmani y el coreano del sur Kim, o en la medular el camerunés Zambo-Anguissa, el eslovaco Lobotka y el polaco Zielinski. Por delante, con Osimhen y Kvaratskhelia, el mexicano Lozano. Más que una plantilla, una selección internacional con alma italiana, por supuesto: el capitán Giovanni Di Lorenzo y el portero Alex Meret entre los titulares, Matteo Politano y Giacomo Raspadori (autor del tanto contra la Juventus, hace dos semanas, que fue decisivo para conquitar la liga) entre las reservas.

De esta manera, gracias sobre todo a los goles de sus dos delanteros, el Napoli ha ido dominando tanto la primera vuelta como la segunda, después de la Copa del Mundo, llegando a 18 puntos de ventaja sobre la segunda plaza, la semana pasada, cuando la fiesta parecía a un paso de explotar en casa. Faltaba una victoria contra los rivales regionales de la Salernitana: desafortunadamente después del 1-0 de Olivera, ex del Getafe, llegaría el empate de Dia, ex del Villarreal. Ningún problema, las celebraciones han sido simplemente retrasadas al día de ayer, jueves. 

Desafortunadamente un chaval ha muerto en un tiroteo en la parte vieja de Nápoles, confirmando que en esta ciudad nada pueda ser normal.

Aficionados del Nápoles en la Piazza del Plebiscito. (Alberto PIZZOLI/AFP)

Como en una peli

Gran parte del mérito de este scudetto histórico lo tiene la directiva, empezando por el director deportivo Cristiano Giuntoli, perfecto en la búsqueda de jugadores “buenos-bonitos-baratos”, y el entrenador Luciano Spalletti, este toscano que siempre ha vivido con fama de perdedor de lujo y que cuando no pisa las canchas se dedica a su caserío “La rimessa” (“El saque”, en italiano) cerca de Florencia, donde produce vino y aceite.

Tampoco se puede obviar al presidente Aurelio De Laurentiis, verdadero “deus ex machina” del club, genio y figura de la calcio. Hay que recordar también que el fútbol es una pasión tardía de De Laurentis. Y es que en realidad es un peso pesado del mundo del cine, con su casa de producción, la Filmauro, especializada en los cinepanettoni, comédias ultra-taquilleras un poco cutres y estereotipadas que salen durante las fiestas de Navidad. Estos son algunos de los títulos más famosos: todo el ciclo de “Vacanze di Natale” pero también el durísimo “Un borghese piccolo piccolo”, obra maestra de Mario Monicelli.

Aurelio es hijo de Luigi y sobre todo sobrino de Dino De Laurentiis, importantísimo productor que tanto en Italia como en Estados Unìdos tuvo una carrera larguisima y exitosa (“Serpico”, “King Kong”, “Flash Gordon” y “Dune”, entre otros). En su familia este gusto para el espectáculo se ha mantenido, tanto en los terrenos de juego como en los eventos de la Liga italiana.

Han sido muchas las polémicas levantadas por ADL, que compró el Napoli cuando estaba hundiéndose en tercera división, allá por 2004, contra los poderes del norte: «Hemos ganado el scudetto de la honestidad», ha proclamado, acusando indirectamente otros equipos que, como la Juventus por ejemplo, están implicadas en procesos penales por un supuesto “dopaje financiero”. En un mundo del fútbol donde cada día hay mas presidentes o empresarios “ajenos” al balón, ADL es una cara reconocible, para lo bueno y para lo malo.

Al final, para De Laurentis el Napoli es un negocio rentable casi como la gran pantalla, o incluso más. Cuando el pasado verano vendió a parte de la columna vertebral del equipo como el capitán Lorenzo Insigne, el delantero belga Dries Mertens (que tiene un hijo nacido en Nápoles que lleva el napoletanísimo nombre de Ciro), Fabián Ruiz y sobre todo Koulibaly fichando a desconocidos como Kvaratskhelia, nadie pensaba en un triunfo tan claro; pero el tiempo le ha dado la razón a De Laurentiis.

Además, el club no tiene un sponsor fijo, por ejemplo, y decide según el periodo si producir camisetas especiales. Durante las últimas dos temporadas los azzurri han jugado con 12 elásticas distintas, incluso de estilo militar o con el perfil de la cara de Maradona.

Aficionados del Nápoles ven el partido frente al Udinese frente al mural dedicado a Maradona. (Alberto PIZZOLI/AFP)

Como no acordarnos de Maradona: el argentino sigue en los recuerdos de los hinchas cada vez que van al estadio, por cierto, que ahora lleva el nombre del “Pibe de Oro”. Cuando ganó la liga en 1987 y 1990, hizo suyo el equipo, mandaba él y nadie se acuerda quiénes fueron los entrenadores, y otros componentes de la plantillas –a algunos les sonará, quizás, Careca o Alemao–.

Ahora el Napoli es un proyecto mas funcional, mas futurible, a pesar de las sirenas del mercado que ya han empezado a sonar alrededor de Osimhen o de Kvaratskhelia. Un proyecto que en Champions League esta temporada ha chocado contra un Milan más experimentado en los cuartos de final, en un enfrentamiento donde el mismo Osimhen estaba medio lesionado. Se espera que el equipo siga dando pasos al frente, en aquel contexto único que es la ciudad partenopea. 

Aficionados celebran el título liguero, cada uno a su manera. (Alberto PIZZOLI/AFP)