El Sevilla de Mendilibar y el Leverkusen de Xabi Alonso salen vivos de Turín (1-1) y Roma (1-0)

Las semifinales de la Europa League cuentan con dos técnicos vascos, lo que representa al 50% de los semifinalistas en la segunda máxima competición continental. El Sevilla de José Luis Mendilibar se ha llevado un mazazo en el primer combate de la eliminatoria, ya que ha visto cómo la Juventus de Turín ha empatado en el descuento el gol que había anotado En-Nesyri en el minuto 25. A pesar de ello, el resultado no es malo.

Por su parte, el Bayer Leverkusen que dirige Xabi Alonso no ha podido sacar un resultado favorable al caer 1-0 con el gol de Bove en el 63 en casa de la Roma, que dirige Jose Mourinho, quien fuera entrenador del tolosarra en su etapa en el Real Madrid.

Los encuentros de vuelta de estas semifinales se disputarán el próximo jueves en el Sánchez Pizjuán y en el estadio del Leverkusen en Alemania.

Juventus-Sevilla, un final cruel

El Sevilla, que ha rozado un triunfo que le hubiera supuesto dar un gran paso para acceder a la que sería su séptima final de un torneo que ha ganado seis veces, ha ofrecido una gran imagen en la primera mitad. Ha tenido más el control del juego y ha hallado el premio a los 25 minutos, cuando, en una salida rápida en ataque, el extremo Luca Ocampos ha puesto un buen centro a En-Nesyri para que este empalmara el balón con la derecha y batiera al polaco Wojciech Szczesny.

Poco después, el argentino ha sido sustituido por una dolencia muscular por su compatriota Montiel y el Sevilla incluso ha podido hacer el 0-2 con un disparo de Rakitic que ha sacado con una mano el meta juventino.

Si bien en esa primera parte los de Mendilibar no han pasado apuros y ha recogido sus frutos con ese gol, en la segunda la Juventus ha apretado y, cuando nadie lo esperaba, ha empatado en el último suspiro, en el minuto 97, al remachar con la testa Gatti un centro de cabeza casi a la desesperada de Pogba.

Mourinho vs. Xabi Alonso: El profesor gana al alumno

En un partido con aroma especial por el reencuentro entre Jose Mourinho y Xabi Alonso, ha sido el profesor el que ha ganado la primera partida al alumno, que colocan al combinado italiano con ventaja para una vuelta en la que todavía está todo por decidir.

Las sonrisas que ha habido en el saludo inicial entre el portugués y el tolosarra, ambos con pasado madridista, han desaparecido en cuanto el colegiado ha señalado el inicio del choque. Cada uno ha tomado un camino y ha intentado anticiparse a los movimientos del otro, pero ha sido el luso el que se ha llevado el gato al agua apoyándose, una vez más, en un estadio entregado que ha llevado en volandas a los suyos incluso sin su estrella en el once inicial, el argentino Paulo Dybala sobre el césped, renqueante de una lesión.

El conjunto de Xabi Alonso ha salido muy intenso en el Olímpico de Roma, con dos acercamientos que, si bien no han terminado el ocasiones de peligro, han puesto sobre aviso a al Roma, un equipo que pese a todo sabe explotar al máximo sus virtudes y minimizar las del rival. 

Por eso cuando el árbitro ha señalado una falta en zona de nadie, el Olímpico ha celebrado, consciente de que en los momentos complicados el balón parado es su mejor aliado. Y de ahí ha llegado la mejor ocasión de la primera mitad, la que ha cambiado el partido y ha inclinado la balanza en favor del combinado giallorosso. Ha servido Pellegrini, ha rematado Ibáñez y ha tenido que salvar in extremis Kradecky, dejando el balón muerto en una zona en la que no ha podido llegar Abraham.

Desde esa ocasión, la Roma ha sido más Roma y Leverkusen cada vez más pequeño. Y en la segunda mitad se ha cofirmado la tendencia con la que había acabado el primer acto. Mucho más vertical que en el inicio, la 'Loba' ha empezado a percutir. Spinazzola, bien cubierto siempre por Frimpong, ha conseguido desbordar. Y Belotti y Abraham han empezado a carburar.

Otro balón parado ha vuelto a asustar a los de Xabi Alonso. Pero el partido lo iba a desbloquear un canterano, un jugador nacido en Roma, un jugador al que Mourinho siempre le ha dado su confianza y que es muy querido por su afición. Ha recuperado el balón cerca de la frontal el italiano, ha cedido para Abraham dentro del área, pero el ariete ha tenido que devolver el balón a su compañero, que ha desatado la locura en Roma en el minuto 63, acercando la que sería la segunda final europea consecutiva.