Jordan Theodore, tardío regalo navideño que viene para que Baskonia sea mejor equipo
«Estos jugadores ponen al equipo por delante de sí mismos», se ha alegrado el nuevo jugador gasteiztarra, que ya este viernes podrá debutar, con el 25 a la espalda, ante Valencia Basket a las 20.30 en Zurbano. Mientras, Ivanovic le avisa. «Es él quien debe adaptarse al equipo, noi al revés».
La Pascua ortodoxa se celebra semanas más tarde que en la tradición católica. Siendo ortodoxos el 72% de la población de Montenegro, se conoce que el influjo eslavo ha pesado más a la hora de recibir el regalo navideño con algún retraso respecto de lo esperado en el seno de Saski Baskonia. Pero aquí está el regalo navideño en forma de Jordan Theodore, que no solo ha aprovechado el jueves para presentarse, sino que intenta acoplarse a marchar forzadas a lo que requiere el club gasteiztarra, ya que este viernes toca vérselas una vez más con un Valencia Basket que, pese a su talento innato de meter la pata en los momentos clave, está adquiriendo una costumbre molesta –para sus rivales– de adquirir un carácter garrapatero gracias al cual parece imposible sacarlo de ninguna ecuación clasificatoria.
Pero antes de asumir el dolor de cabeza que supondrá volver a enfrentarse a Alex Mumbrú y sus muchachos, toca dar la bienvenida al nuevo base baskonista, un trotamundos del basket que sabe perfectamente quién es, dónde está, qué se le va a pedir y qué puede ofrecer.
«No puedo más que darle las gracias a Félix –Fernández, que ha comparecido junto con el jugador en su presentación– y al equipo por la ayuda que me están dando. No vengo a molestar ni a poner trabas al equipo, sino que intentaré ofrecer liderazgo, lucha y trabajo duro. Pero lo primero que debo hacer es adaptarme al equipo y subirme al buen camino que había tomando el grupo antes de que llegara yo. Una vez encuentre mi rol, iré a por todas desde mi cometido».
En ese sentido, el hecho de que Theodore y Dusko Ivanovic se conocieran desde la campaña 2019/2020, en la que coincidieron en el Besiktas turco, ha tenido un peso significativo que ni el jugador ni el propio entrenador han negado ni dejado pasar por alto. «Ha sido muy importante que Dusko y yo hubiéramos tenido un contacto previo, en nuestra etapa en el Besiktas. Sé lo que querrá de mí, que le gusta que su equipo juegue a un ‘tempo’ alto de juego, por lo que creo que podré adaptarme a lo que me pide».
El nuevo jugador baskonista ha apostillado que su llegada ha sido fruto de «unos días salvajes», en los que «desde que me entero del deseo de que me fiche el Baskonia he tenido que coger mis cosas, dejar París tomar este vuelo... pero todo ha salido bien y aquí estamos. Ha sido dejar un montón de cosas en París para venir con mi esposa y mi hija, pero hay un montón de gente allí para echarme una mano, de forma que, con la ayuda de Dios, aquí hemos llegado».
Y con ayuda divina o sin ella, el nuevo fichaje baskonista se ha mostrado complacido con lo que se ha encontrado. «Es una gran plantilla, con jugadores de mucha energía y mucho carácter, que aman este juego. Veo que no hay egoísmos, a diferencia de otros equipos en los que se centran más en las estadísticas y la situación personal de cara a la siguiente temporada; aquí el grupo parece haber entendido que lo primero es el grupo y que si al equipo le va bien, los objetivos individuales vendrán tras ello», ha afirmado el base nacionalizado normacedonio.
También se le ha preguntado sobre si hay un «afán de reivindicarse» al regresar a una Euroliga que disputó en la campaña 2017/18, en las filas de Armani Milano, algo que el jugador ha negado, precisamente, en beneficio del juego colectivo. «No estoy aquí para demostrar lo que soy o lo que puedo dar. Es gratificante poder regresar a la Euroliga tantos años después, porque además el juego ha cambiado desde entonces y yo también. La idea es venir a ofrecer lo que puedo aportar al grupo y a mis compañeros y, ya puestos, divertirme», ha indicado.
El manager general del club, Félix Fernández, por su parte, ha añadido que «el jugador tenía una cláusula de salida a al Euroliga en su contrato y hemos abonado la cantidad –a diferencia de las quejas mostradas por Metropolitan 92 vía redes sociales– y la operación ha sido muy rápida. En ese sentido, hay que agradecer a Jordan su predisposición. Sabíamos que no era una elección fácil introducir a un jugador en una plantilla con la buena química que ha formado, pero por el carácter que tiene Jordan y su forma de jugar, era uno de los candidatos posible para poder introducir en el equipo. Además, Dusko lo conocía y esa experiencia que tiene nos va a ayudar, sin duda, y solo nos va a aportar cosas positivas. Ya desde el primer entrenamiento se ve que nos da cosas».
El matiz de Ivanovic
Por ese mismo motivo del talante colectivo del grupo, el técnico montenegrino ha puesto en la balanza la capacidad del nuevo jugador y lo que tiene ya entre manos. Por un lado, indicado sobre Theodore que «en Besiktas jugó muy bien conmigo y además, aquel mismo año luego se fue a Unics Kazan y ganó la Eurocup». Y por eso mismo, el de Bijelo Polje ha dejado un matiz bien claro a la hora de establecer que el nuevo base de Saski Baskonia es una pieza que deberá adaptarse para hacer funcionar al equipo, y no al revés.
«Es un jugador con experiencia que nos puede ayudar, pero lo importante ahora es que se adapte rápido al equipo, porque no nos podemos permitir que el equipo se tenga que adaptar a él, sino que él debe hacer ese trabajo. Y esto va a ser una tarea difícil al principio, hasta que coja el ritmo de jugar con nosotros», ha advertido Dusko Ivanovic.
Aparte de las características técnicas o la agresividad defensiva que demanda de él, lo que más ha insistido el preparador del Baskonia ha sido que «él tiene que ser el base puro que necesitamos. El jugador que sea capaz de hacer que nuestra calidad de las otras posiciones resalte, a base de tomar las mejores decisiones, dando el balón a quien está en la mejor posición», a lo que ha matizado que «en lo que había en el mercado, él era la mejor opción».
Punto de ruptura
El primer examen de Jordan Theodore será este viernes a las 20.30 en el Buesa Arena. El nuevo base de Saski Baskonia podrá lucir ahí su dorsal 25 ante un rival directísimo como es Valencia Basket, que llega a Gasteiz con un balance de 11-11, un triunfo menos que los alaveses, luego de haber cortado ante Armani Milano una rachas de tres derrotas, dos de ellas en casa.
Si los gasteiztarras ocupan la octava plaza, empatados con Olympiacos, Mónaco y Maccabi, la escuadra taronja cierra el grupo de equipos con acceso al play-in, ya que tiene a Partizan con 11-11, justo en la undécima plaza, esa que esta campaña todo el mundo desea evitar.
Y es en ese punto de ruptura donde se viene moviendo el conjunto de un Alex Mumbrú en perpetua cuestión por la exigente –o más que exigente, ilusa– afición de Valencia Basket, en el que su propia continuidad parece siempre en solfa –aunque no menos que cuando entrenadores de la talla de Pedro Martínez, Joan Peñarroya, Jaume Ponsarnau o Txus Vidorreta anduvieron en las orillas del Turia–, de forma que caer en Zurbano, por muy lógico que se vea desde fuera, pudiera suponer el enésimo drama en el serial del conjunto levantino.

Con la duda de un jugador fundamental en defensa como Víctor Claver y una plantilla amplísima confeccionada a base de criterios más crematísticos que referentes al juego, Valencia Basket llega a Gasteiz a sabiendas de que lleva ya un buen número de partidos, así en la Liga ACB como en la Euroliga, en los que no gana al Baskonia ni como local ni de visitante. Desde los play-offs de la Liga ACB de la campaña 2021/22, con Spahija de entrenador del Baskonia y Joan Peñarroya entre los taronja, Valencia Basket no se impone al Baskonia –y aquella eliminatoria, para más inri, también cayó del lado gasteiztarra, ganando dos veces en La Fonteta–.
Así las cosas, cabe recordar que el pasado 1 de diciembre el Baskonia derrotaba en La Fonteta a los de Alex Mumbrú por 84-98. Con todo, la paliza más recordada es la del pasado 3 de marzo. Pese al aciago día de Markus Howard, los gasteiztarras apabullaban a los de Alex Mumbrú por 114-75, preludio de una racha de derrotas que descabalgaría completamente a los taronja de la pelea por los play-offs.
Es decir, que Alex Mumbrú todavía no sabe lo que es ganar a Saski Baskonia desde que entrena a Valencia Basket. Es por eso que el técnico de Badalona busque por todos los medios evitar quiebres en su juego y su ánimo de cara a llegar al final del duelo con opciones. «Tenemos que estar mentalmente preparados para sus parciales. Quedan muchos partidos y los del final serán todavía más clave, pero también lo es el del Baskonia. Tenemos que hacer buenos partidos fuera y para ello hay que estar preparados para la dureza mental», ha subrayado.