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El Galibier impulsa a Pogacar al liderato y Landa se mantiene entre los mejores

Culminando el demoledor trabajo realizado por UAE en la subida al Galibier, Tadej Pogacar ha atacado a 800 metros de la cima, soltando a Vingegaard en las últimas curvas y sacando una diferencia por encima del medio minuto en el descenso. Un sobresaliente Mikel Landa ha estado con los mejores.

Pogacar celebra su decimosegunda victoria parcial en el Tour. (Thomas SAMSON | AFP PHOTO)

No es habitual que llegue tan pronto la alta montaña en el Tour, una excepción que la ha aprovechado Tadej Pogacar (UAE) para poner tierra de por medio respecto a sus principales rivales, especialmente Jonas Vingegaard (Visma).

Después de que su equipo, que ha metido a tres de sus corredores entre los ocho primeros tanto en la etapa como en la general, dinamitase la carrera en la parte más dura de la subida al Galibier, el ciclista esloveno ha atacado faltando 800 metros para la cima.

En un principio, Vingegaard ha sido el único que ha podido soldarse a su rueda, pero una mala entrada en una de las últimas curvas del danés, le ha permitido a Pogacar sacar unos metros de ventaja y llegar a la cumbre con ocho segundos de ventaja más la bonificación.

Sin embargo, donde realmente ha sacado tajada ha sido en el vertiginoso descenso hacia Valloire, arriesgando en cada giro para obtener una diferencia de 35 segundos –bonificaciones aparte– sobre el terceto formado por Remco Evenepoel (Soudal), Juan Ayuso (UAE) y Primoz Roglic (Bora); y dos segundos más sobre Vingegaard y Carlos Rodríguez (Ineos).

A 53 segundos del nuevo maillot amarillo ha entrado un sobresaliente Mikel Landa (Soudal), que ha estado durante toda la exigente subida con los mejores, acompañado al entrar en meta por Joao Almeida (UAE), que ha realizado un trabajo encomiable para su líder en el Galibier.

De este modo, Pogacar comienza a encauzar el que podría ser el tercer Tour de su palmarés, con 45 segundos de diferencia sobre Evenepoel, que se marchan hasta los 50 respecto a Vingegaard y 52, en el caso de Roglic.

«Ha sido un sueño de etapa, porque quería ganar, ya que conozco muy bien este recorrido, pues entreno por aquí y es como si me encontrara en casa. He conseguido bonificaciones al paso por el puerto y en la meta. Tenía mucha confianza y buenas piernas desde el principio», ha reconocido el ahora líder.

También ha sabido elogiar el gran trabajo realizado por su equipo, que en la última ascensión le ha protegido del «mucho viento que daba de cara», lo que le ha permitido llegar a la última parte con las piernas frescas y arriesgar en una bajada «que en su inicio daba un poco de miedo».

Al balcánico todo le ha salido redondo, no así a otros corredores, que han sufrido un auténtico destrozo en esta primera etapa alpina. El más perjudicado, sin duda, quien portaba el maillot amarillo hasta la exhibición del UAE y al que solo le ha durado un día lucir la preciada prenda.

Richard Carapaz (EF), del que se esperaba en principio una mayor resistencia, ha cedido cuando todavía no se estaban ascendiendo las rampas más severas, incapaz de seguir el endiablado ritmo que ha impuesto Almeida. Ha acabado entrando en Valloire a 5.10.

Tampoco han podido hacerlo, casi al mismo tiempo que el sudamericano, Pello Bilbao (Bahrain), Enric Mas (Movistar), los Ineos Egan Bernal y Geraint Thomas –ya dejó signos el galés de no estar bien en las primeras etapas–, y Felix Gall (Decathlon).

Intentona de Oier Lazkano

Instantes antes de que todos estos corredores cayesen como fruta madura, el pelotón, impulsado en esos momentos por Pavel Sivakov (UAE), absorbía a un Oier Lazkano (Movistar), que era la punta de lanza de una fuga de 17 ciclistas fraguada en las primeras estribaciones de Sestriere, primer obstáculo del día.

Además del gasteiztarra, han conformado la escapada Chris Juul-Jensen (Jayco), Julien Bernard (Lidl-Trek), Bruno Armirail (Decathlon), David Gaudu, Romain Gregoire y Valentin Madouas (Groupama), Mathieu Van der Poel (Alpecin-Deceuninck), Stephen Williams (Israel-Premier Tech), Raúl García Pierna y Cristian Rodríguez (Arkea), Kobe Goossens (Intermarché), Warren Barguil (DSM), Alexey Lutsenko (Astana), Odd Christian Eiking y Tobias Halland Johannessen (Uno-X), y Mathieu Burgaudeau (Total Energies).

A decir verdad, el gran grupo ha permitido la fuga porque no había integrantes de equipos potentes, pero nunca les ha dejado que la diferencia se fuese más allá de los tres minutos, por el enorme interés que había entre los líderes por ganar la etapa y abrir diferencias en la general.

Pese a ello, Lazkano ha dejado constancia de que llega en buena forma a este Tour e incluso lo ha intentado faltando 14 kilómetros para coronar el Galibier, cuando ha saltado del grupo, logrando una ventaja de poco más de diez segundos respecto al resto, aunque la velocidad que se llevaba atrás ha impedido que su aventura diese fruto alguno.

La quinta etapa, que se correrá este miércoles, discurrirá entre las localidades de Saint-Jean-de-Maurienne y Saint-Vulba, sobre una distancia de 177,4 kilómetros y un perfil prácticamente llano, con solo dos ascensiones a sendos puertos de cuarta categoría (Cheval Blanc y Lhuis). En definitiva, una oportunidad para los velocistas o aquellos aventureros que hayan guardado fuerzas.