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¿Qué provocó el apagón? Lo (poco) que se sabe hasta el momento

A medida que la normalidad se restablece, autoridades y expertos buscan esclarecer qué sucedió durante esos cinco segundos en los que se evaporó el 60% de la energía del Estado español. Red Eléctrica señala a las instalaciones solares, y Pedro Sánchez mantiene todas las hipótesis abiertas.

Un hombre y un niño pasean por un mercado local durante un corte masivo de electricidad. (Miguel RIOPA | AFP)

A las 12.33 del lunes se produjo una caída súbita de 15 gigavatios de energía que, en apenas cinco segundos, dejó sin luz a la práctica totalidad de la península ibérica, lo que suscitó interrogantes sobre el origen del fallo. «El Gobierno va a llegar hasta el fondo de este asunto», prometió ayer Pedro Sánchez en una conferencia en la que dejó más incertidumbres que certezas: «Sería imprudente descartar cualquier hipótesis».

Mientras el servicio se restablecía de forma paulatina, las autoridades y los operadores del sistema energético trabajaron intensamente para esclarecer las causas de la crisis. Si bien el presidente del Gobierno español solicitó «tiempo» antes de abrazar alguna de las múltiples hipótesis, sí señaló a los operadores privados. «Vamos a llegar hasta el final y se van a exigir responsabilidades a los operadores privados si existieran», afirmó.

Tras la tercera reunión del Consejo de Seguridad Nacional, el jefe del Ejecutivo español comunicó, además, la creación de una comisión de investigación bajo la dirección del Ministerio español para la Transición Ecológica y la solicitud de un informe independiente a Bruselas. Posteriormente, por la tarde, mantuvo una reunión con la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, y representantes de las principales empresas energéticas: Iberdrola, Endesa, EDP, Acciona Energía y Naturgy.

¿Por qué señalar al sector privado?

En el momento del apagón, la energía fotovoltaica representaba el 58% del mix energético total que abastecía la red, lo esperado después de un día soleado y teniendo en cuenta el sistema de fijación de precios que obliga a escoger primero las tecnologías más baratas. Las energías renovables, sin embargo, son menos regulables ante una oscilación o desequilibrio como el que pudo producirse antes del apagón del lunes. Pero es que también se evidenció una falta de «colchón» o sistemas de respaldo, como los ciclos combinados, esenciales para compensar las variaciones y mantener el equilibrio en la red.

Algunas de las grandes centrales de ciclo combinado, mayoritariamente en manos de empresas privadas, estaban paradas, según afirmó el Investigador del CSIC y experto en energía, Antonio Turiel, en una entrevista publicada en NAIZ por Daniel Galvalizi. «Si la central de ciclo de gas combinado hubiera estado preparada para coger el relevo, los problemas hubieran sido más pequeños», añadió Turiel.

Habla la Red Eléctrica

Sánchez anunció que los técnicos de red eléctrica continuaban ayer haciendo un análisis de sus sistemas. En paralelo, las empresas privadas llevaron a cabo los análisis de las telemetrías de sus centros de gestión y producción. Todo ello para conocer con mayor detalle «qué pasó en esos cinco segundos que precipitaron la caída del sistema», insistió.

Hasta ahora, se ha examinado cómo se podría haber mitigado el problema, pero aún no se ha determinado qué pudo suceder en esos cinco segundos críticos. Ayer, expertos indicaron que podrían pasar días hasta conocer las causas exactas. No obstante, en una rueda de prensa celebrada ayer, Red Eléctrica Española (REE) ofreció algunas claves.

Con datos preliminares, descartó en primer lugar que el fallo se debiera a un incidente de ciberseguridad.

Así, responsables de REE indicaron que se detectaron dos incidentes graves, con tan solo un intervalo de segundos, que desestabilizaron todo el sistema eléctrico.

Eduardo Prieto, jefe de servicios de REE, aseguró que, a las 12.30, el sistema se encontraba «estable» en cuanto a frecuencia y flujos de potencia. Sin embargo, tuvo lugar un «evento compatible con una pérdida de generación en el suroeste del sistema eléctrico español». Un segundo y medio después, según precisó, tuvo lugar «otro evento compatible con una pérdida de generación». En ese momento, se produjo la desestabilización y se «degradaron» las condiciones de todo el sistema. Tres segundos después, el sistema no era capaz de sobrevivir a la situación extrema generada.

Según las autoridades, aún se necesita precisar en qué instalaciones específicas se produjo la pérdida de generación, si bien apuntaron a las instalaciones solares como posible causa inicial. ¿Implica esto que las energías renovables fueron el problema? En absoluto. El propio Sanchez señaló que un exceso en la producción de energía renovable no era la causa, y durante el día de ayer, diversos expertos sugirieron que la cuestión puede radicar en el modelo de integración de energías limpias en el sistema.

Según explicó a la agencia Efe el que fuera presidente de la Comisión de Expertos para Transición Energética, Jorge Sanz, hubo un desequilibrio momentáneo entre la producción de electricidad y la demanda, algo a lo que le cuesta adaptarse a la fotovoltaica. Ahora, el objetivo es determinar la causa de desajuste, que provocó una reacción en cadena. Finalmente, desaparecieron los 15 gigavatios porque «los sistemas de protección se activan. Si no, se hubieran empezado a fundir todos los cables», apunta Turiel.

Una isla energética

Por otro lado, la conexión con el sistema eléctrico europeo que se está desarrollando en el Golfo de Bizkaia tomó protagonismo en la rueda de prensa de la REE. De esta manera, Prieto aseguró que, de haber estado culminado el proyecto, el sistema hubiera sido más robusto y podría haber soportado mejor un incidente así.

Este hecho plantea la cuestión de por qué Alemania o Dinamarca, con más del 80% de su electricidad generada por energía eólica, no experimentan apagones como el del lunes. La respuesta reside en la interconexión: en caso de fallo, pueden importar energía de Alemania, Suecia o Noruega de forma casi inmediata.

No obstante, el nivel de interconexión del Estado español aún se sitúa por debajo de los objetivos establecidos por la Unión Europea, que eran del 10% para 2020 y del 15% para 2030, según datos de Red Eléctrica.

Concretamente, la conexión con el Estado francés ronda el 5%, muy lejos de los umbrales que demanda Bruselas, lo que sitúa la península como una «isla eléctrica» más vulnerable a los apagones.