El día de Remco
El inicio del Tour está siendo complicado para Evenepoel y el Soudal-Quick Step: perdieron tiempo y enfrentaron problemas en el sprint. Aun así, Remco sigue siendo una pieza fundamental con su potencia en la contrarreloj de Caen, donde buscará recuperar terreno frente a Pogacar y Vingegaard.
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El Tour no ha empezado demasiado bien para Evenepoel y el Soudal-Quick Step. En la primera etapa, los casi 40 segundos que perdió con respecto a sus dos principales rivales ya dolieron. Pero es que, ese día, tampoco Tim Merlier entró en el grupo que debía disputar el sprint y el golpe para el equipo fue grande. «No fue una sorpresa para ningún equipo lo que sucedió en ese punto», declaró Tom Steels, director del Soudal-Quick Step, refiriéndose al abanico provocado por el Visma y que dejó rezagados a Merlier y Evenepoel. «Depende de los líderes guiar al equipo, pero también de los capitanes de ruta guiar a los líderes», declaró el manager, Jurgen Foré. «Sólo cometimos un error, pero fue grave», fueron las palabras de Evenepoel. El equipo se reunió esa misma noche para compartir las opiniones y corregir errores.
Dos días más tarde, Remco se iba al suelo cuando preparaba el sprint para su compañero. Por suerte ya estaba dentro de los últimos cinco kilómetros y el tiempo perdido no le contabilizó, pero Merlier debió de buscarse la manera de llegar solo a la cabeza del pelotón y disputar el sprint. Incluso sin la ayuda del equipo, fue capaz de ganar la etapa y dar una primera alegría al Soudal.
Ya no es aquel equipo que dominaba las clásicas con Boonen, Stybar, Declerq, Lampaert o Alaphilippe. Hoy en día, el calificativo de wolfpack (manada de lobos) suena más a estrategia de marketing que a lo que transmiten sus ciclistas. Aunque, desde que convencieron a un juvenil Evenepoel para que aceptara su oferta entre todos los equipos que lo tentaban, han ido adaptando la plantilla a las necesidades de su estrella. Eso sí, sin contar ya con uno de los mayores presupuestos del World Tour, ni con una plantilla comparable a las de Visma o UAE. Por eso pesa tanto la baja de Mikel Landa, que debía ser la principal ayuda de Evenepoel en este Tour.
Por eso también, hace años que se viene hablando de una posible salida de Remco del equipo. Ocurrió en 2023, con los rumores de una fusión de equipos con el Visma y un año después, estuvo casi hecha su salida al Red Bull-Bora. Ahora vuelve a hablarse de una salida de Remco para el año que viene. Al fin y al cabo, es una de las piezas más preciadas del pelotón y le vendría muy bien un equipo capaz de competir con los de sus dos grandes rivales. Ineos o Red Bull están al acecho, como también lo está Lidl-Trek.
Todo pasa por Caen
Remco es una persona educada y discreta fuera de la competición, ese tipo de persona que rara vez va a generar una noticia al margen del ciclismo. Encima de la bici, por el contrario, ha demostrado ser un ciclista con genio, que corre como si estuviera lleno de rabia y con una determinación que ya le ha valido otras veces para alzarse con la victoria.
En el pasado Campeonato de Bélgica persiguió durante 40 kilómetros a Wellens, con Philipsen a su rueda; hasta que, a falta de pocos kilómetros, el ciclista del Alpecin no pudo seguir su ritmo. Remco criticó a su compatriota: «A veces hay tácticas extrañas, pero así no se puede ganar una carrera». «Hice lo que pude», respondió Philipsen.
Igual que le ocurría en su momento a Van der Poel, Remco confía mucho, a veces demasiado, en su capacidad extraordinaria como rodador. Esos esfuerzos brutales han sido suficientes para lograr alguna de sus más importantes victorias y es una de las razones por las que genera tanta admiración entre los aficionados. Otras veces, en cambio, terminan pasándole factura.
Por el momento, en la contrarreloj de Caen volverá a atraer los focos. Porque, aunque en esta edición del Tour, parece darse por descontado que veremos un duelo entre Pogacar y Vingegaard, Remco ha hecho méritos suficientes como para no descartarlo antes de tiempo. Es cierto que en las etapas de montaña de la pasada Dauphine no pudo seguir la rueda de Pogacar y tampoco la de Vingegaard. Pero también es cierto que, antes de eso, se había exhibido en la contrarreloj y que después se proclamó también campeón de Bélgica contra el crono.
Además, la de Caen es una contrarreloj muy apropiada para sus características, con largas rectas y algún repecho suave; perfecta para aquellos especialistas contra el crono. Y si en la pasada Dauphine, a Evenepoel le bastaron 17 kilómetros para sacar 20 segundos a Vingegaard y 48 a Pogacar, los 33 kilómetros de esta contrarreloj son distancia suficiente como para marcar diferencias importantes.
No sería extraño que, en las etapas de montaña, Evenepoel cediera ante Vingegaard y Pogacar. Igual que tampoco sería extraño que el propio Vingegaard cediera ante Pogacar. Pero precisamente por eso, hay que contar con Evenepoel para la contrarreloj. Porque, sus opciones de desafiar a los dos grandes de este Tour, pasan por hacer una gran etapa contra el crono y empezar a recuperar el tiempo que se dejó el primer día en Lille.