Vuelve Paul Thomas Anderson

Todo estreno de Paul Thomas Anderson constituye una cita ineludible para la cinefilia contemporánea; cada nueva obra del director es aguardada con gran expectativa y entusiasmo. Cuatros años después de la maravillosa ‘Licorce Pizza’ regresa con ‘Una batalla tras otra’; versión moderna de la novela ‘Vineland’, de Thomas Pynchon, escrita en 1990, sobre los movimientos radicales de los años sesenta. 

Bob Ferguson es un exrevolucionario cuya vida da un giro cuando su hija es secuestrada por un enemigo de su pasado. Desesperado por recuperarla, Bob se ve obligado a confrontar viejas heridas y a recurrir a un grupo de antiguos compañeros revolucionarios liderados por el experimentado Sensei Sergio. Juntos planean enfrentarse a fuerzas peligrosas, combinando astucia, estrategia y habilidades adquiridas en su pasado militante. 

La película, escrita, dirigida y producida por Anderson, cuenta con un reparto estelar encabezado por Leonardo DiCaprio, acompañado de Sean Penn, Benicio del Toro, Regina Hall, Teyana Taylor, Chase Infiniti, Alana Haim y Wood Harris. La música corre nuevamente a cargo de Jonny Greenwood, colaborador recurrente del cineasta.

Rodada principalmente en California y en El Paso (Texas) con cámaras VistaVision y filmación en 35 mm, la película apuesta por una estética visual de gran envergadura.

Paul Thomas Anderson

Es uno de los directores vivos más importantes y prestigiosos del panorama cinematográfico actual. Su cine se caracteriza por una mirada única hacia las complejidades humanas, una puesta en escena meticulosa y una narrativa que combina lo íntimo con lo épico. Desde sus primeras películas, como ‘Boogie Nights’ o ‘Magnolia’, ya dejaba ver esa habilidad para retratar personajes al límite, perdidos, contradictorios, pero siempre profundamente humanos. Hay en su cine una sensibilidad especial, una manera de mirar a los personajes con crudeza y ternura a la vez. 

Con obras maestras como ‘Pozos de ambición’, ‘The Master’ o ‘El hilo invisible’ alcanzó un nivel de madurez artística impresionante. Cada una parece un universo propio, con un estilo que se reinventa y sorprende, pero que nunca deja de ser reconocible. Lo que más deslumbra de Anderson es cómo sabe crear atmósferas que envuelven al espectador, cómo consigue que cada silencio, cada mirada o cada gesto de sus actores se sienta cargado de significado. Sus películas no solo se ven, se experimentan.