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Milei se juega su próximo bienio en las elecciones, con Trump y la corrupción en escena

Unos 36 millones de argentinos irán este domingo a votar para renovar la mitad del Congreso y un tercio del Senado, en comicios claves para la gobernabilidad del presidente ultra hasta 2027. El acercamiento extremo con la Casa Blanca y los casos de corrupción han sobrevolado la campaña.

El presidente de Argentina, Javier Milei, en el cierre de la campaña electoral en Rosario. (Luis ROBAYO | AFP)

Ejecutivos de JP Morgan, el mayor fondo de inversión del mundo, entre ellos su director, el billonario Jamie Dimon, aparcaron sus aviones privados en el aeropuerto de Buenos Aires. Los acompañaban varios lobbistas de la oligarquía financiera global, como Tony Blair y Condolezza Rice. Todos en la capital argentina para una cumbre sobre inversiones y reuniones con Javier Milei. Y todo ello, el día del cierre de campaña de las elecciones que definirán los próximos dos años de la Casa Rosada.

No es una visita menor en el actual contexto. JP Morgan es uno de los bancos que participa de la recompra de bonos anunciada por el Gobierno y de un posible préstamo privado por US$20.000 millones que podría hacerse efectivo si el rescate que ha hecho la Casa Blanca no alcanza para estabilizar el mercado de divisas.

Y Gl gobierno de Milei busca desesperadamente atraer inversores y cambiar la imagen global de Argentina, un paria en términos de confianza, montando estos cónclaves con popes de las altas finanzas.

Este es el marco en el que mañana se desarrollarán las parlamentarias de medio término, en las que se renovará la mitad de los escaños del Congreso y un tercio del Senado tras una campaña signada por los casos de corrupción del entorno de Milei y la alianza con tintes neocoloniales con Trump. Además, claro, de los problemas económicos.

Los escándalos por enriquecimiento ilícito son dos: el que afecta a la hermana y jefa de facto del gobierno, Karina Milei, y al presidente del Congreso, Adrián Menem, por cobrar comisiones ilegales a laboratorios; y el otro tiene que ver con un aliado y amigo personal del presidente, José Luis Espert, de quien se descubrió haber recibido miles de dólares sin justificar y 32 vueltos en su avión privado. Espert encabezaba la papeleta en la provincia de Buenos Aires, nada más ni nada menos, pero debió dimitir.

Trump, coprotagonista

El presidente de Estados Unidos ha sido un coprotagonista inusual en la campaña por sus declaraciones polémicas advirtiendo que mantendrá la ayuda financiera si los argentinos «apoyan» a Milei mañana en las urnas, lo que ha sido un regalo para la oposición.

Dos días después le dijo a un periodista en el Air Force One que Argentina «está muriéndose, no tiene dinero» y que lucha por sobrevivir (una justificación sobreactuada pensando más en los republicanos críticos que en Milei).

Así las cosas, la Casa Rosada se juega mucho este domingo: un varapalo electoral podría dejar a Milei a tiro de un posible juicio político (proceso que debe ser aprobado por dos tercios de los diputados y luego sentenciado por dos tercios de los senadores). Esa probabilidad, en formato casi de rumor, circula entre muchos dirigentes políticos y empresariales.

Igualmente, según los sondeos, La Libertad Avanza aumentará sus escaños en ambas cámaras aunque seguirá lejos de la mayoría absoluta. Se perfila como la lista más votada con alrededor del 35%, seguida de cerca por Fuerza Patria, el frente peronista (es clave que las diferentes familias del peronismo vayan en coalición), con alrededor de un 30%, aunque las realidades cambian mucho según la provincia.

El partido de Macri, PRO, concurre en casi todas las provincias en alianza con la formación de Milei, mientras que los sectores centristas y socialdemócratas que antes coaligaban con Macri ahora irán por separado y fragmentados.

El líder ultra encabezó el cierre de campaña nacional con Rosario como ciudad elegida. Rodeado de un enorme dispositivo de seguridad, se dio un baño de masas e intentó recuperar cierta mística ibertaria, entonó en el escenario la canción Panic show y aseguró que cuando la economía venía mejorando se encendió «la máquina de impedir», en alusión al Congreso, obstáculo para su motosierra de recortes. La cual mañana será, en cierta forma, plebiscitada.