INFO
Elkarrizketa
Christian Tein
Presidente del FLNKS (Frente de Liberación Nacional Kanaky Socialista)

«Paz es cerrar el paréntesis colonial de la historia del pueblo kanako»

Nació en 1968 en la Isla Ouen de Nueva Caledonia y creció en Saint-Louis. Militante de base, bregado en las calles, respetado y aglutinador, para la prensa francesa es un «duro entre los duros». Pero para su pueblo es ya una de las grandes figuras históricas del movimiento independentista kanaky.

Presidente del FLNKS, Christian Tein (Jon Urbe | FOKU)

Tras ser encarcelado por la justicia colonial francesa acusado de ser el «instigador de la insurrección de 2024» que se saldó con 14 muertos, cientos de heridos y daños que superaron los 5.000 millones de euros, Christian Tein, carismático líder independentista kanaky, está en libertad provisional. Tiene autorización judicial para volver a su país, pero no le dan un pasaporte. Visita Euskal Herria de la mano de EH Bildu y, antes de reunirse con Arnaldo Otegi, atiende a NAIZ para compartir sus reflexiones. 

La primera pregunta cae por su propio peso. Queremos saber cómo está tras más de un año en aislamiento en una cárcel de Alsacia, a 17.000 kilómetros de su país. «Han sido momentos muy difíciles, fuimos deportados por la fuerza, con acusaciones muy graves, con un traslado que duró tres días, esposados, en avión militar, pero esa es también la historia de la llamada ‘France des Lumières’, tan vigente en el siglo XXI. Nos dispersaron, a mí a Mulhouse-Lutterbach, totalmente aislado. Pero aquí seguimos, de pie, lejos de mi país, en el mismo combate de nuestros ancestros, convencidos de que un día conseguiremos la libertad de nuestro pueblo».

Pero tras la insurrección del año pasado, proyectan su lucha como la de unos indígenas saboteadores que lo destrozan todo, un problema de orden público que pide mano dura. Al propio Tein, presidente del FLNKS, lo han llamado «jefe terrorista supremo».

«Es un viejo método del que han hecho receta. Hay que designar culpables en la plaza pública, hay que satisfacer la sed de venganza de una parte de la población blanca de Noumea, que no sabe compartir, que no sabe construir junto a los kanakos. Nuestra lucha es un combate anticolonial. La Cellule de Coordination des Actions de Terrain (CCAT) organizó movilizaciones pacíficas, gigantescas, que conectaron con la gente joven kanaky. Como responsable de la CCAT jamás dije a los jóvenes, a los militantes, que la consigna era romper y quemarlo todo, atentar contra la vida de la gente. Nunca jamás hemos validado dañar a nuestro pueblo, a la gente humilde. Yo tengo una responsabilidad política: guiar a mi pueblo hacia su emancipación y su independencia». 

«París se aferra a los ‘últimos confetis’ de lo que llama gran imperio francés, a Kanaky, Wallis y Futuna, Tahití, las Antillas y la Guyana»

Pero ese estallido de ira popular fue una sorpresa para todos, también para los independentistas. «Sí, sí, la chispa saltó tras las cargas policiales en los barrios populares de Noumea. Nuestra lógica es la de construir, pero esa insurrección no cayó del cielo como si nada. Macron y su ministro de Interior Darmanin se afanaron en pasar la apisonadora sobre el dossier caledonio al tocar un punto fundamental: el censo electoral. No queremos ser minorizados en nuestra tierra, no queremos desaparecer como pueblo. En los acuerdos de Matignon y de Noumea de 1998 se sacralizó el censo electoral para que se identificara bien quién es el pueblo y quiénes serán llamados a decidir el futuro en el referéndum de autodeterminación. Querían usurpar los acuerdos de Matignon y Noumea, dando con una mano y quitando con la otra. Si se toca eso, cae toda la arquitectura de paz de los últimos 35 años».

Con datos, se entiende mejor la alarma de nuestro interlocutor: sumar 25.000 colonos al censo equivaldría a un 20% del total. Poca broma. «En los acuerdos se utilizó el término «congelar», o el de un censo «fijo», solo para permitir que el pueblo kanako no desapareciera. No pedimos nada extraordinario: Queremos guardar nuestra cultura, nuestros valores, costumbres, todo lo que somos, lo que nos hace ser». 

Acuerdo de Bougival

El pasado 12 de julio el gobierno francés y los unionistas firmaron un acuerdo sobre el futuro institucional, que el primer ministro Sébastien Lecornu quiere integrar en la Constitución. Tein fue de los primeros en adelantar un «no» rotundo, porque no se prevén nuevos referéndums y se diluye el pueblo kanako como sujeto. «El congreso extraordinario del FLNKS lo rechazó rotundamente porque contiene candados que no se pueden abrir, trabas que no se pueden retirar. Ya no es solo que abren la caja de Pandora del censo electoral, tocan también el tema económico y el reparto de fondos entre las tres provincias. Antes había una llave que era 50% para la provincia del Sur, 18% para las islas y 32 para la del Norte, era una forma de redistribución de la recaudación fiscal. Todo eso lo han cambiado».  

¿París, de alguna manera,  ensaya lo que hizo con Mayotte y Comoras en el Índico? ¿Que haya kanakos del norte, del sur y los de las islas, y no un solo país? «Algo de eso tienen en mente. Les dan más electos a la provincia del Sur, y acceder a la mayoría del Congreso de Nueva Caledonia se convierte en imposible para nosotros. Y luego no se habla del pueblo kanako, el sujeto es el pueblo caledonio, y en los acuerdos de Matignon y Noumea se hablaba de dos pueblos, el kanako y el francés. Por eso decimos que Bougival es una marcha atrás, un cuestionamiento de los fundamentos de los Acuerdos de Paz de 1998 que abrían un camino a la plena soberanía».

Christian Tein visitó Euskal Herria de la mano de EH Bildu.
Christian Tein visitó Euskal Herria de la mano de EH Bildu.


Congreso del FLNKS Y en todo este contexto, estando preso en aislamiento, llega el 53. Congreso del FLNKS y lo nombran presidente. «Cierto, las bases independentistas eligieron un preso al que reconocen su labor por la unidad y la cohesión del movimiento. Hacía más de 20 años que el FLNKS no tenía un presidente. Creo que el mandato es claro: abrir el Frente a nuevos partidos y sectores independentistas, y a los jóvenes para fortalecer el combate».

Hablemos del factor geopolítico. Disponen de una de las mayores reservas de níquel del mundo, vastas extensiones del Pacífico, se les ha acusado en la prensa francesa de querer abrir la puerta a China. «Detrás de lo que Macron llama el camino del Indo-Pacífico, están las tensiones China-EEUU. Los desafíos geopolíticos entre ambos se van a jugar en esas aguas, en esa región. Y luego, además de las reservas de níquel, hay que tener en cuenta que Tahití y Nueva Caledonia le dan a Francia su segunda mayor fachada marítima, París sigue dándose golpes en el pecho diciendo que el sol sale en el hemisferio sur y se pone en el otro, que el imperio francés es grandísimo, aunque no respete sus obligaciones». 

Pero siguen diciendo que Kanaky es el «último confeti» de ese gran imperio, el más estratégico. Y con razonamientos racistas del estilo de ¿cómo les vamos a dar a unos indígenas semejante riqueza y poder? «Es eso exactamente lo que piensan: que no tenemos la capacidad de decidir por nosotros mismos, que no tenemos la suficiente madurez y claridad de razonamiento. Mira, desde hace más de 20 años China extrae mineral de nuestras tierras, comerciamos con ellos con normalidad. Tiene tratados de asociación con Vanuatu, Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea, y nunca ha colonizado esos países, al contrario de Francia. París se aferra a esos ‘confetis’ que aludías, a Nueva Caledonia, Wallis y Futuna, Tahití, las Antillas (Guadalupe, Martinica, San Bartolomé y San Martín) y la Guyana. Hay una cosa que nos inquieta a todos los que buscamos abrir un camino de descolonización: Francia no sabe cómo hacer eso, y no tiene palabra. Por eso recorremos todos los rincones de Francia, para decir a la gente ‘no nos abandonéis porque el mal que nos hace vuestro gobierno, la justicia colonial que se ejerce, se hace en vuestro nombre’. Si  queremos la paz hay que cerrar el paréntesis colonial de nuestro país».  

Las nuevas generaciones

¿Y qué dicen sus hermanos, los pueblos melanesios agrupados en el GFLM (Groupe Fer de Lance Mélanésien), las Islas Salomón, Papúa Nueva Guinea, Vanuattu, Fiji, y la región de Nueva Guinea Occidental de Indonesia, de la que el FLNKS es miembro de pleno derecho? «Nos apoyan, saben que no serán totalmente libres en tanto que Kanaky no sea libre. El sitio que debe ocupar el pueblo Kanaky es junto a sus hermanos melanesios en una cuenca del Pacífico desnuclearizada, en paz, de naciones libres e independientes. Para nosotros esos son los frentes claves de nuestra acción exterior: Melanesia, la ONU y el Movimiento de Países no Alineados, que siempre nos ha apoyado».

«Creen que solo nos queda París, que si te sales del eje francés y europeo vendrán los ciclones y diluvios. Pero queremos ser independientes para elegir nuestras interdependencias, nuestros socios económicos y comerciales»

Y los jóvenes, las nuevas generaciones, ¿vienen con fuerza?, ¿la memoria se sostiene? «La reivindicación de libertad del pueblo Kanaky tiene ya 171 años. Nuestra historia está plagada de insurrecciones, lideradas por grandes jefes tribales, con miles de muertos, para una población muy pequeña (la población kanaky se estima en 120.000). En un momento dado, se tomó la decisión de aceptar el desafío y de entrar en el juego de los acuerdos políticos, y cada vez que llegábamos a buen puerto, el Estado francés daba con una mano para quitar con la otra. Pero visto en perspectiva, partimos de la nada y ahora tenemos dos provincias de tres, gobernamos la gran mayoría de los 33 municipios, las diferencias entre la derecha unionista y los independentistas son mínimas, solo tres escaños. Los independentistas siguen ganando terreno».  

Rezuma convencimiento. «Las nuevas generaciones continuarán en el combate, creo que verán a su país acceder a la independencia. Sí, soy optimista, si mañana me vuelven a llevar preso o termina mi existencia, Kanaky vivirá, porque la nuestra no es la historia de la lucha de los hombres, es la lucha de un pueblo. Nuestra lucha está unida a la coutume (costumbre), a los valores de solidaridad, de entrega, y eso no lo puedes apagar. Intentan pasar en fuerza, imponer Bougival, pero eso no garantiza la paz y la serenidad para construir un país solidariamente».