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No hay debate en torno a los Caídos

El Ayuntamiento de Iruñea proyecta un museo-memorial antifascista en el Monumento a los Caídos. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Hace un año, EH Bildu, PSN y Geroa Bai presentaron el acuerdo para hacer con el Monumento a los Caídos un centro de interpretación de memoria democrática y contra el fascismo. El acuerdo generó cierta polémica y movilizaciones favorables al derribo, así como alguna iniciativa por el mantenimiento del edificio tal y como está.

Durante este año, NAIZ ha publicado en su sección de opinión no menos de 40 artículos y cartas relacionadas con el acuerdo. Es, seguramente, el tema sobre el que más colaboraciones hemos publicado. La inmensa mayoría, unas 35, han sido artículos favorables al derribo. Como redactor de opinión de NAIZ, he tenido que leerme prácticamente todos y he podido seguir el debate sobre la cuestión. Y lo cierto es que no hay debate. No hay dialéctica. No hay desarrollo. Las pocas voces que han defendido opciones diferentes al derribo, este medio incluido, han salido escaldadas, pero no porque sus argumentos fueran inconsistentes, sino por la dureza de las respuestas. La beligerancia ciega de los defensores del derribo es asombrosa. Personalmente, lejos de convencerme, me ha alejado todavía más de sus tesis.

El Monumento a los Caídos existe como tal en 2025 por las correlaciones de fuerzas que ha habido en el Ayuntamiento de Iruñea durante los últimos 45 años. Durante décadas, el tema no ha estado en la agenda de la ciudad. El monumento no ha sido un tema prioritario para la gran mayoría de los y las iruindarras, y ahora tampoco lo es. En 2025, la opción del derribo está lejos de tener el apoyo institucional y social necesario para imponerse. Y no parece que esto vaya a cambiar. Pero, 45 años después, el acuerdo presentado hace un año tiene el apoyo de 15 de 27 concejales, prevé un memorial antifascista y está en desarrollo. Es una oportunidad histórica y las oportunidades hay que aprovecharlas. 

Es cierto que el acuerdo no cuenta con el apoyo de la plataforma de asociaciones memorialistas de Nafarroa, y, por supuesto, gozaría de mayor legitimidad si el conjunto del ámbito memorialista lo apoyara. En cualquier caso, en este momento, en base a la correlación de fuerzas y al pulso social, solo hay dos futuros posibles: memorial o mantenimiento del edificio como está.