La Comisión Antiviolencia quiere clausurar Mendizorrotza por unos murales de Iraultza 1921

Además de una multa de 60.001 euros, la denominada Comisión Antiviolencia ha propuesto el cierre de Mendizorrotza durante un mes por exhibir en su fachada exterior «murales, grafitis y pegatinas de promoción del grupo ultra Iraultza 1921».Iraultza ha anunciado que ha borrado los murales denunciados.

La denominada Comisión Antiviolencia ha propuesto sancionar al Alavés con una multa de 60.001 euros y la clausura del estadio de Mendizorrotza durante un mes por considerar que el club babazorro está apoyando a Iraultza 1921.

Según ha informado dicho organismo este viernes, el estadio alavesista «cuenta con murales, grafitis y pegatinas de promoción del grupo ultra Iraultza 1921 en su fachada exterior» y recuerda que esta comisión «recabó informes de seguridad y, en su reunión del pasado 28 de octubre, propuso una multa de 40.000 euros por la exhibición de estos dibujos».

«Sin embargo, los murales no fueron retirados. Sobre ellos se colocaron unos folios de color rojo formando un aspa y unos carteles con la leyenda: 'Censurado por el coordinador de la Ertzaintza», añade Antiviolencia, que resalta que La Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte prohíbe expresamente dar «promoción o apoyo» a grupos que dicha normativa considera como «radicales». «La Comisión considera que las medidas adoptadas no tapan los murales», precisa.

Reacción de Iraultza

Según ha anunciado Iraultza en sus redes sociales, en las últimas horas han borrado los murales denunciados por el Coordinador de Seguridad «en un acto de responsabilidad por no perjudicar al alavesismo». En el comunicado añaden que el nombre del grupo volverá a Mendizorrotza «aunque se empeñen en borrar nuestra historia».

El Glorioso volverá a jugar en casa el sábado a las 14.00 del mediodía contra el Celta de Vigo. 

Reacción del Alavés

El club también se ha pronunciado al respecto y ha señalado que presentará las alegaciones correspondientes para «proteger, difundir y honrar su legado, fortaleciendo la historia, los valores y a aquellos que nos han acompañado durante más de 100 años».

El Deportivo Alavés ha emitido un comunicado en contra de la sanción y ha explicado que «el club mantiene un firme compromiso con la preservación de su historia. Los murales presentes en el exterior del estadio son una representación gráfica del legado centenario del Deportivo Alavés y una forma de honrar a las personas, colectivos e hitos que han contribuido a construir lo que hoy es nuestra entidad».

En un segundo punto a añadido que «todos los actos llevados a cabo son parte del legado de un club. Su preservación es un deber colectivo y un valor esencial del deporte. Comprenderlo y respetarlo es una responsabilidad que nos concierne a todos: instituciones, clubes y aficiones». Asimismo, ha subrayado que el Deportivo Alavés «reafirma también su compromiso con un entorno deportivo respetuoso y alejado de cualquier forma de violencia».

La entidad babazorra ha instado a todos a descubrir los murales y conocer la historia del Deportivo Alavés, así como a las figuras que, durante generaciones, «han forjado una identidad y un sentimiento que se transmite de padres a hijos y que une a miles de personas en torno a un mismo escudo», ha finalizado su comunicado.

Multa a Osasuna

Por otro lado, se ha propuesto una multa de 75.000 euros a Osasuna por una «infracción muy grave» durante el encuentro contra el Oviedo disputado en el Carlos Tartiere el pasado 3 de noviembre.

En concreto, la Comisión Antiviolencia apunta que «el equipo navarro envió al club local un listado con aficionados que se desplazarían hasta Oviedo para asistir al encuentro. Entre ellos, había un seguidor sobre el que pesaba una prohibición de acceso a recintos deportivos», explica, y apunta que la Policía Nacional comprobó que el aficionado «seguía constando como abonado del (sic) Osasuna».

Finalmente, se ha propuesto para sanción a un grupo de manifestantes identificados por la Guardia Civil durante las últimas etapas de la pasada Vuelta, a los que se pretende castigar con multas de 3.000 euros.