Félix Placer Ugarte
Teólogo

3 de Marzo: memoria subversiva

Esta memoria subversiva que se va fraguando cada «3 de Marzo» nos conduce a una gran transformación.

Cada año en este día, se recuerda con diversos actos la masacre de aquella trágica fecha emblemática denunciando a quienes la provocaron y reclamando justicia y reparación para las víctimas y juicio, aún pendiente, para los culpables. Pero no se trata solo de un recuerdo imborrable en la conciencia gasteiztarra.

Es ante todo memoria cargada de significado, que no se diluye con el paso de los años desde 1976; por el contrario adquiere nuevos sentidos y profundidad en los actuales contextos económicos, sociales, políticos, ecológicos y culturales que exigen ahondar en la evolución de la conciencia de aquellos acontecimientos.

Su referencia central fueron y siguen siendo las vidas sesgadas por la masacre policial de Francisco Aznar, Pedro Martínez Ocio, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Perea, reclamando justicia y reparación. La conciencia colectiva los ha hecho símbolo de una lucha que no fue una derrota, sino una creciente concienciación que ha llegado a las generaciones más jóvenes y se ha hecho memoria subversiva. No es solo, por tanto, un aniversario que nos sigue conmoviendo. Cada año esta fecha representa un nuevo avance por los derechos humanos y las libertades, la democracia, la igualdad y la dignidad. Es la expresión de un esfuerzo mantenido y acrecentado por una sociedad nueva, solidaria, junto a otros muchos movimientos del mundo que buscan y van consiguiendo su lugar como sujetos libres superando esclavitudes y dependencias.

Por eso es radicalmente subversiva contra el despótico «orden» capitalista que ejerce su hegemonía avasalladora, ahora reforzada con las nuevas e invasoras tecnologías. Es reivindicación urgente por una vida digna, reclamación de acogida para inmigrantes y desplazadas. Es sensibilidad extendida por el cuidado y respeto de la tierra que habitamos, amenazada y contaminada por un desarrollo incontrolado y sin límite. Es derecho sanitario sin discriminaciones para personas y países. Es reconocimiento de culturas e identidades colonizadas y negadas, amenazadas. Es, en estas graves circunstancias, rechazo contundente de la guerra contra Ucrania y de todas las estructuras armamentísticas.

En última instancia el «3 de Marzo» se ha ido haciendo radical subversión del orden establecido por una economía de la exclusión y la inequidad que, en frase del papa Francisco, mata, como lo hizo aquel 3 de marzo en Gasteiz y sigue generando víctimas en un mundo sometido por ideologías y poderes neoliberales. Por eso el «3 de Marzo» ha ido incrementando su solidaridad con todas las personas, grupos y pueblos masacrados por la inhumanidad capitalista cuyas consecuencias de precariedad, explotación, marginación, pobreza, miseria, hambre, contaminación se extienden por el mundo entero y acosan a toda la humanidad.

Esta subversión no solo denuncia ese «orden» mundial impuesto para beneficio de unos pocos. Es, sobre todo, por encima de alienantes sentimientos de derrota y fracaso, un proceso de progresiva realización de una utopía que se va haciendo más posible y realizable. Por eso el «3 de Marzo» de cada año es llamada a toda la sociedad a abrir los ojos para ver lo que la pantalla única del imperio capitalista oculta con sus potentes medios mediáticos en favor de su beneficio y consumo excluyentes.

Es liberación de todas las ataduras de la dictadura del capital, subversión de las relaciones de dependencia y sometimiento para crear nuevas relaciones de igualdad donde nadie está sometido a nadie, porque caminamos unidas, unidos, como lo testimonian las manifestaciones de este día.

Es, por fin, subversión de falsos valores que giran en torno al poseer y acumular (tanto vales, cuanto más tienes), para centrarlos en el ser, es decir, en lo que a cada persona nos constituye como tales. Nos relaciona en una humanidad donde la solidaridad, el sentido de colaboración, del bien común, del cuidado de la tierra, del respeto, del diálogo, suscita una compasión auténtica que nos lleva al compromiso por quienes sufren las consecuencia de tantas injusticias y reclaman justicia con letras de sangre.

Esta memoria subversiva que se va fraguando cada «3 de Marzo» nos conduce a una gran transformación, a una honda regeneración de las personas, a una reflexión y acción ecológicas, a relaciones de diálogo con los demás. En esta perspectiva desaparecen términos como dominio, explotación, superioridad, exclusión, que han guiado el falso desarrollo de la humanidad. Deben convertirse en solidaridad, interacción, religación, sinergia, cuidado; en última instancia, en amor, en un amor comprometido de lucha ética liberadora por la justicia, la igualdad, la dignidad, el bienestar, movida y alentada por una espiritualidad profunda que el papa Francisco y otras muchas personas proponen y nos llaman a vivirla construyendo una sociedad de hermanos y hermanas.

Esta mentalidad ética inspira la línea del «Memorial 3 de Marzo» en el templo de San Francisco: «un proyecto de memorial abierto al barrio, a la ciudad y al mundo. Un proyecto que llevan años esperando las víctimas y toda la ciudadanía de Vitoria», como expresaba Memoria Gara en carta dirigida al Papa hace más de dos meses, aún sin respuesta, pidiéndole «intercesión» ante la falta de diálogo por parte del Obispo de Vitoria para llevar a cabo ese proyecto.

Este «espacio vivo» de memoria y derechos humanos será símbolo subversivo del «3 de Marzo», que remueva las conciencias, que motive con esperanza, que movilice con determinación y contribuya a lograr la liberación que subvierta nuestra sociedad y mundo para transformarlo en un espacio de justicia, solidaridad y fraternidad.

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