Natalia Escolar y Eneko Calle
Movimiento de Solidaridad con Palestina en Euskal Herria

73 años de limpieza étnica y apartheid

Las instituciones vascas deben cesar todos los acuerdos económicos, culturales, académicos y relaciones diplomáticas con el Estado de Israel hasta que cumpla con el derecho internacional.

Hoy el pueblo palestino conmemora el 73 aniversario de la Nakba, el desastre en árabe, y que marca el comienzo de las políticas de ocupación, colonización y limpieza étnica por parte del Estado de Israel.

Estos días estamos siendo testigos de que esa limpieza étnica ha continuado hasta el día de hoy. Desde el inicio del mes de ramadán la Explanada de las Mezquitas y la Ciudad Vieja de Jerusalén han estado sitiadas por el Ejército y la Policía israelíes; desde el pasado fin de semana más de seiscientos palestinos y palestinas han sido heridas por la brutalidad policial y militar, incluso en el interior de la Mezquita de Al-Aqsa; colonos israelíes armados amenazan, hostigan, persiguen y atacan a la población palestina, la mayoría de veces con protección de la Policía israelí; en el barrio de Sheikh Jarrah, más de veintiocho familias viven bajo la amenaza de ser desalojadas para entregar esas propiedades y tierras a colonos israelíes, en una estrategia más de judeizar la ciudad de Jerusalén; y esta violencia ha llegado hasta la Franja de Gaza, donde en dos días de bombardeos del Ejército israelí han muerto más de cien personas, entre las que se encuentran veinte niños y niñas palestinas.

Estos días en las noticias también nos hablan de ciudades y asentamientos israelíes como Askhelon, Holon o Tel Aviv que están siendo objetivo de los cohetes lanzados desde la Franja de Gaza, cohetes que pocas veces llegan a impactar en territorio israelí. Pero esas noticias no nos cuentan que muchas de esas ciudades o asentamientos en Israel han sido construidos encima de pueblos palestinos destruidos durante la Nakba en 1948, y que muchos de esos ciudadanos israelíes viven en casas y propiedades de palestinos y palestinas expulsados en 1948. Sí, eso fue la Nakba o el desastre para el pueblo palestino, más de quinientos pueblos palestinos destruidos, desaparecidos del mapa, y más de 800.000 personas expulsadas y desplazadas. Hoy son más de cinco millones de refugiados y refugiadas palestinas, a quienes Israel no les concede el derecho al retorno pese a tener el reconocimiento de Naciones Unidas.

Israel es un Estado de apartheid. No lo decimos nosotras. Recientemente un informe elaborado por Human Rigths Watch acusa a Israel de aplicar políticas de apartheid (segregación racial) y persecución a los palestinos tipificadas como crímenes contra la humanidad. Y ese régimen de apartheid se sostiene gracias a la complicidad de gobiernos occidentales y empresas, que proveen de servicios, infraestructuras y apoyo económico a las políticas de ese Estado.

Por eso, lo que está pasando en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalén no se puede separar de la construcción del tranvía en Jerusalén en la que está implicada la empresa de ferrocarriles vasca CAF. Este tranvía unirá Jerusalén con los asentamientos ilegales en territorio ocupado palestino, un proyecto que atraviesa el barrio de Sheikh Jarrah donde, como hemos dicho, colonos ilegales respaldados por el Estado israelí, sus fuerzas militares y policiales, están intentando limpiar étnicamente el barrio palestino.

Por todo ello, las instituciones vascas deben cesar todos los acuerdos económicos, culturales, académicos y relaciones diplomáticas con el Estado de Israel hasta que cumpla con el derecho internacional; así mismo, deben cancelar todas las inversiones en las empresas que se están lucrando de la ocupación de Palestina, como la empresa CAF; también deben presionar al Gobierno español para que ponga fin a la injusta detención de la trabajadora humanitaria Juana Ruiz Sánchez. Y finalmente, invitamos a la ciudadanía vasca a que, una vez más, intensifique la solidaridad con el pueblo palestino.

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