Jabiertxo Andiarena Martínez

A María Chivite, aspirante a presidenta del Gobierno de Navarra

Soy uno de los 55.478 navarros y navarras que el pasado 28 de mayo votó a EH Bildu, coalición soberanista vasca de izquierdas que se presentó a las elecciones autonómicas de Navarra. Una opción elegida por la nada desdeñable cantidad de 55.478 de ciudadanos y ciudadanas navarras (el 17,30% del electorado navarro llamado a las urnas ese domingo de mayo) que han hecho a EH Bildu tercera fuerza política de nuestra comunidad (podría decir segunda ateniéndome a los resultados del 23 de julio, pero me atendré a los resultados obtenidos en las elecciones al Parlamento de Navarra).

Tras el parón estratégico motivado por la celebración de las elecciones generales del 23J, el PSN ha retomado su actividad para formar gobierno y veo con perplejidad que ni siquiera la endiablada configuración del parlamento español tras el 23J ha hecho cambiar la injustificable actitud que usted, señora Chivite, continúa manteniendo para con los representantes legítimos de 55.478 ciudadanos y ciudadanas navarras. Evidentemente –faltaría más, cada cual negocia y pacta con quien quiere y puede–, no tiene usted ninguna obligación de negociar y/o pactar con EH Bildu, pero, le guste o no, como aspirante a presidenta de todos los navarros y navarras –incluido aquellos y aquellas que hemos votado a EH Bildu- sí tiene la obligación de hablar con nuestros representantes y al menos escuchar lo que 55.478 navarros y navarras opinamos sobre la realidad política, social, económica y cultural de nuestra comunidad.

Señora Chivite: mi voto y el voto de esas 55.478 personas es tan digno de respeto y políticamente tan válido y legítimo como los votos de aquellas personas que han votado al PSN o a Geroa Bai o Zurekin –Contigo, sus socios de gobierno «preferidos» y, por tanto, su chulesco empecinamiento en no hablar siquiera por teléfono con EH Bildu (un poquito de humildad no le vendría mal) es un desprecio continuo a la voluntad democrática de esos 58.478 navarros y navarras. ¿Va a continuar usted practicando el apartheid político contra un 17,30% del electorado navarro? ¿Acaso esas 55.478 personas somos ciudadanos de segunda?, ¿Es esta una buena manera de convencernos de que usted va a gobernar para todos y todas las navarras y de que, por tanto, le demos nuestro apoyo?

Al margen de este insultante desprecio hacia una parte importante de navarros y navarras, el intento del PSN por esconder su acción política en navarra es absurdo hasta el ridículo: toda Navarra sabe que el PSN ha pactado estos últimos cuatro años con EH Bildu para sacar adelante presupuestos, proyectos de ley, etc. y sabe también que hoy y aquí es solo EH Bildu –la fuerza que usted desprecia y ningunea día sí y día también– quien tiene la llave no solo de su investidura, sino de la gobernabilidad de Navarra durante toda la próxima legislatura. Señora Chivite: ¿Conoce usted el cuento del rey que bailaba desnudo pensando que vestía el más elegante de los trajes mientras sus súbditos se burlaban y reían a carcajadas? Pues usted, señora Chivite, lleva bailando desnuda desde que pactó con EH Bildu la aprobación del primer presupuesto allá por 2020. Sin vestido se puede bailar, pero sin música no hay baile y su altanería le impide aceptar que la música la pone EH Bildu porque así lo han querido miles de navarros y navarras.

Tratar de esconder esta realidad inocultable le hace flaco favor a un PSOE al que más le valdría normalizar sus relaciones políticas, hacer pedagogía al respecto y conseguir así que lo que no es sino una habitual y normal praxis política en cualquier estado democrático deje de ser útil como munición política para la oposición ultraderechista española, llamase esta UPN, PP o Vox.

¿De verdad que mientras todo el país y parte del extranjero observa como su partido prepara ya la delegación que viajará a Waterloo y Catalunya a negociar con las fuerzas independentistas catalanas su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, ustedes van a seguir haciendo el ridículo negándose a hablar con la tercera fuerza política navarra, la segunda fuerza progresista de la comunidad?

Señora Chivite y compañía: la sociedad navarra es madura políticamente y está perfectamente capacitada para ver una foto de usted y Laura Aznal sentadas en una mesa sin montar por ello corros de plañideras ni tribunales de inquisición que tanto gustan del Ebro para abajo. Estén a la altura de los ciudadanos y ciudadanas navarras a las que pretenden gobernar y vístanse para el baile, la hora de los cuentos se ha acabado ya.

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