Nos ceñimos en este caso a la situación de las personas mayores de 65 años que no pueden valerse por sí mismas para lo más básico de su vida diaria: levantarse, higiene personal, vestirse… Un área más restringida que la que se contempla en la entrevista pero de gran alcance social, tanto por el número de personas afectadas como por el conflicto social que se vive en ese sector.

En efecto, el 80% de las personas dependientes están en ese tramo de la vida y las personas organizadas en  Pentsionistak Martxan de Bizkaia nos consideramos afectadas  por el tema, ya que somos quienes más boletos tenemos para tener que acudir a esa asistencia social.

Digamos ya de entrada que la sensación que se transmite en la citada entrevista difiere mucho de nuestras informaciones. Según  declaraciones de la diputada, «somos los únicos que damos cumplimiento íntegramente a la Ley de Dependencia original aprobada a pesar de que no recibimos los recursos por parte del Estado prometidos en su momento»… «Bizkaia tiene en  marcha en estos momentos el 90% de los recursos que requiere el despliegue de la Cartera de Servicios Sociales».

«Son palabras al aire» en expresión de una persona experta en el tema a quien hemos consultado. Primero, porque no se sabe qué significa ese 90% ya que todavía no se puede cuantificar  a cuánto puede ascender el montante económico total que exigirá la Dependencia. Y segundo porque según el V informe sobre la situación de los Servicios Sociales en Euskadi  Bizkaia tiene un gasto inferior por habitante que Araba y Gipuzkoa en estas prestaciones.

Ahora mismo hay en ese sector un conflicto que desde mediados del pasado año lleva contabilizados más de 70 días de huelga y que lógicamente incide muy negativamente en la atención de la persona dependiente y tiene en vilo a sus familiares. Las trabajadoras tienen dos puntos de reivindicación: subida de salarios y mejora de los ratios personal/ residentes.

Tenemos constancia de que en las residencias de Gipuzkoa desde el 2008 hasta hoy se han revalorizado un 20% los salarios. Y en este momento no hay conflicto laboral. Me gustaría saber la evolución salarial en ese período referido a Bizkaia. Pero es el  otro punto que reivindican lo que más nos afecta a las personas mayores: los ratios de las personas cuidadoras –digamos las mujeres–. Nos ha llamado la atención que la falta de personal para solventar las eventualidades de cada momento en las residencias no sólo haya sido denunciada por las huelguistas –alguien podría decir que cargan las tintas interesadamente– sino que la reconoce parte de la patronal del sector e incluso desde alguna institución pública se ha pedido que se ponga al día la normativa vigente. ya que ha quedado claramente obsoleta.

Es más, hemos recabado datos de ocho residencias importantes de Bizkaia inmersas en el conflicto y hay una considerable coincidencia en la situación de las mismas. Tomamos como referencia la primera respuesta que llegó a nuestras manos: residencia de 120 personas en seis plantas; 2/3 de las mismas con dependencia de tercer grado (severa). Necesitan un apoyo constante: levantarse, vestirse, higiene personal, alimentación, necesidades fisiológicas, medicación, constantes incidencias… Ratio de gerocultoras: por la mañana 10 auxiliares más tres refuerzos para levantarse. Por la tarde ocho auxiliares más dos refuerzos para cena y acostarlas. Por la noche dos auxiliares para las seis plantas. Si alguna trabajadora se ausenta para ir médico etc… no hay sustitución.

En este tiempo que dura el conflicto la única declaración que han hechos los responsable forales de Bizkaia es que se trata de un conflicto laboral que deben solventar las empresas y las trabajadoras. Sin embargo, cuando la diputada de SS.Sociales afirma que el Estatuto de la persona cuidadora que saldrá en breve «persigue la dignificación de ese trabajo de cuidador (sic) que es tan importante en una sociedad como la nuestra» acaso quiere decir que  hasta ahora la Diputación no ejerce un control exhaustivo de sus recursos, que permite que en vez de servir para una mejora de las prestaciones pueden destinarse a garantizar rentabilidades exageradas?

Desde los sindicatos nos han llegado datos de las diferencias que existen entre las residencias subcontratadas y las de gestión foral.

Residencia de 200 personas:    

- subcontratada:16 gerocultoras por la mañana; 11 por la tarde; 5 por la noche (con tres refuerzos)

- gestión foral: 34 gerocultoras  por la mañana; 24 por la tarde; 8 por la noche.                          
-Diferencias  salariales entre 40/60% y 106 horas menos en el calendario laboral, a favor de éstas.

La primera lectura que se impone en una comparación de ambos tipos de Residencias es que, si está justificado el personal de las Residencias forales, en las privadas el ahorro (la ganancia empresarial) es desproporcionada. En efecto, el desembarco de grandes empresas en el sector en busca de rentabilidad está a la vista. La rentabilidad es el motor de las empresas, pero nos preocupa a costa de qué se quiere conseguirla en el sector de las personas dependientes:¿ a costa de la calidad de la atención? ¿A costa de la explotación laboral de las mujeres? Nadie debería escandalizarse de que lancemos esta hipótesis: es una realidad en nuestro mercado laboral.

Este espacio de que disponemos no permite muchas matizaciones pero nos permitirá la diputada de Servicios sociales manifestar Pentsionistak Martxan de Bizkaia no comparte su optimismo.

Y todavía no hemos dicho nada  de las personas con dependencia atendidas fuera de las residencias: en vivienda familiar. Son más de dos tercios. Y tendremos que abordarlo en otra ocasión, pero la diputada de Servicios Sociales sólo las ha mentado de pasada diciendo que habrá que abordar «el análisis del mapa  de servicios del territorio, como el Servicio de Ayuda a Domicilio» callando que ha sufrido un reducción del 25%.

Creo que habrá que volver sobre este tema.