Enrique Acuña Arranz

A Rosa Pérez Esquerdo, directora general de Osakidetza

En el contexto de las elecciones al Parlamento Vasco del 21 de abril de 2024, la necesidad de reformar el sistema sanitario vasco fue un tema central en las campañas. Con la formación de un nuevo gobierno de coalición entre el PNV y el PSE-EE, espero que esta vez cumplan con lo prometido y reformen lo que haga falta porque, de lo contrario, tendrán que rendir cuentas ante su electorado porque es muy fácil prometer cambios para ganar votos sabiendo que la sanidad es un problema que afecta a todos los ciudadanos y estos votaron confiados para que los graves problemas que afectan al sector se resuelvan lo antes posible.

Es preocupante observar cómo algunos partidos han intentado capitalizar el descontento popular mediante promesas poco realistas y alineaciones con discursos extremistas. Estos enfoques no solo desvían la atención de las necesidades reales, sino que también fomentan divisiones sin ofrecer soluciones prácticas a los problemas subyacentes.

Osakidetza enfrenta desafíos que no son nuevos, sino el resultado de años de planificación inadecuada y falta de previsión en la incorporación de médicos y enfermeras. Esta situación ha llevado a un déficit notable de personal médico, especialmente crítico en la Atención Primaria, y se ve exacerbada por el envejecimiento de los profesionales existentes.

De ahí que falten médicos en la mayoría de ambulatorios de Euskadi y en los hospitales. Es una cadena que pasarán años hasta que se pueda reparar el mal que los políticos hicieron, y me temo que los nuevos, por mucho que digan y prometan, no podrán arreglar si no se invierte el capital necesario para ello, porque, queridos ciudadanos, solo se trata de dinero, los profesionales de la medicina hacen un trabajo impagable, pero no producen riqueza directa (pero sí indirecta), poniendo sus conocimientos al servicio de los ciudadanos dándonos una buena calidad de vida en general y, sobre todo, para las personas de la tercera edad, pero eso requiere fuertes inversiones en sueldos acordes con su profesión, inversiones en investigación de las enfermedades y aparatos tecnológicos avanzados de la medicina moderna.

Actualmente, la plantilla del Servicio Vasco de Salud está compuesta por 40.341 profesionales, de los cuales 7.668 son médicos y 13.987 enfermeras (a fecha de enero de 2024).

Pero, según he podido saber por fuentes bien informadas, no hay médicos disponibles, dando razón a lo que apuntaba de una mala planificación de los dirigentes políticos.

Cuál es el motivo de que los jóvenes profesionales no quieran trabajar en la Atención Primaria o como médico de familia, es una pregunta que los responsables de Osakidetza deberían plantear claramente porque ya lo saben, el sueldo y una planificación atractiva debería hacer que los jóvenes  optaran por la atención primaria ya mencionada.

Le recuerdo que en mi pueblo, Zarautz, faltan médicos tanto diarios como de guardia, como le decían en la anterior nota, hay cuatro profesionales atendiendo en el PAC de la zona de 50.000 habitantes, cuatro, y si hay alguna baja, tres o dos, dejando el ambulatorio sin médico muchos días al mes, vergonzoso. ¿Ya ha previsto usted qué pasará cuando llegue el verano y se triplique el número de habitantes?

Pues usted verá cómo explicar a los ciudadanos la gravedad del problema y cómo solucionarlo, porque le puede explotar en las manos si hay algún caso grave.

Sé que entre marzo y mediados de junio se estaba dando vez para la extracción de sangre 30 días de antelación y sé también que esto se ha subsanado, por lo que agradezco el esfuerzo.

Espero sinceramente que los demás problemas sanitarios se solucionen por el bien de todos y en todos los sentidos.

Tenemos grandes médicos y personal sanitario de calidad. Ayudémosles, demos ejemplo a los políticos que hacen promesas, pero no están a la altura de las circunstancias.

Con el compromiso de seguir vigilante y activo en defensa de nuestros derechos sanitarios, quedo a su disposición para contribuir a este esfuerzo.

Atentamente.

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