En tal sentido, los nacionalistas vascos recuerdan la afirmación pacífica y colectiva de los derechos que le asisten a la nación, como así también la unidad territorial de Euskal Herria, manifestando además la voluntad inclaudicable de continuar luchando por estos postulados y el destino de autodeterminación del pueblo vasco.

El primer Aberri Eguna, tuvo lugar un 27 de marzo de 1.932, en la ciudad de Bilbo (capital del Territorio Histórico de Bizkaia). Los testimonios de la época, nos revelan que las calles de Bilbo se llenaron de miles de personas, siendo la gran mayoría jóvenes, los cuales portaban Ikurriñas (banderas vascas), en el marco de un clima festivo y colorido. Al año siguiente, el Aberri Eguna viajó a Donostia, donde asistieron miles de vascos y vascas junto a personalidades de la política europea, y la jornada se desarrolló en clima de gran fervor patriótico, en demanda de la libertad negada.

Será en el año 1.934 cuando la celebración se mudó a Gasteiz (capital del Territorio Histórico de Araba), y un año más tarde la conmemoración tuvo lugar en Iruñea (capital del Territorio Histórico de Nafarroa). Con lo cual, a esas alturas, el festejo patriótico, se había desarrollado, en cada uno de los cuatro territorios históricos vascos de Hego Euskal Herria.

En los años posteriores, las amenazas de la aviación nazi y la posterior instauración del régimen franquista impidieron continuar con la festividad. En tal sentido, en el año 1963 los jóvenes tomaron la iniciativa y convocaron a un Aberri Eguna. Esta vez las actividades tuvieron lugar en la localidad de Itsasu, en el Territorio Histórico de Lapurdi, en Ipar Euskal Herria.

Este año 2016 la convocatoria principal tendrá lugar el 27 de marzo en Iruñea, y desde la diáspora vasca bregamos porque el mismo se convierta en un día para la reflexión, privilegiando la tan necesaria unión de los partidos abertzales, conjuntamente con los sectores sociales, culturales, del trabajo y demás colectivos de nuestro país, en el convencimiento que somos parte de una milenaria nación Euskal Herria.

Por lo antes enunciado, es al pueblo vasco al  que le asiste el derecho a decidir sobre su futuro, como a todo pueblo-nación. En tal sentido, cuando producto de un trabajo militante tanto en Euskal Herria como en la Diáspora se logre conformar una fuerza plural que se adhiriera mayoritariamente a nuestros objetivos soberanistas, la labor patriótica inmediata será declarar de forma unilateral la independencia de nuestra patria vasca.