Iñaki Uriarte
Ciudadano peatón

Aburto encubridor

Una urbe de la envergadura por su complejidad como Bilbao no puede volver a soportar al alcalde Juan María Aburto (PNV). Sus dos anteriores legislaturas 2015-2019-2023 han sido más que suficientes para hartar a la ciudadanía, al menos a aquellos que tenemos un sentido social, cultural, urbano y ambiental de lo que debe ser una gestión sostenible, en su más amplio concepto, de la villa. Demasiado de lo realizado, por otra parte, obligado para cualquiera que gobierne una ciudad, ha estado regido por un populismo banal contando con una prensa leal, la propia del partido, "Deia", el periódico municipal mensual Bilbao, convertido en un panfleto de sus gestas dirigido por una intolerante censuradora Cristina Goikoetxea, otro influyente medio El Correo Español a cambio de exclusivas y una Telebilbao aduladora y superficial al servicio del poder.

Conviene recordar que este político, en su época de diputado de Presidencia de la Diputación Foral de Bizkaia, Aburto firmó (Orden foral de 1 de marzo de 2012), la resolución que concedía una subvención de 600.000 euros al Ayuntamiento de Alonsotegi para acometer unas obras de reparación supuestamente dañadas por las lluvias en noviembre de 2011, conociendo ya la enorme trama de corrupción continua existente en este ayuntamiento regido por el PNV, un compendio de delincuentes que muy tardíamente, por fin, ya han sido condenados por los tribunales. En cambio, el subvencionador permanece como si nada.

Otro percance que trata de esconder es el incendio provocado por los fuegos artificiales en la Aste Nagusia pasada en los edificios número 9 y 10 de Vda. de Epalza, en el Arenal con graves daños que en parte todavía no se han reparado. Muestra su imprudencia y voluntad encubridora cuando atribuía el fuego a defectos de la instalación eléctrica del edificio hasta que la investigación científica ha demostrado la evidente realidad.

Socialización del alcoholismo

Este alcalde ha claudicado de modo evidente y vergonzoso ante el cártel de la hostelería, especial y descaradamente regalando centenares de metros cuadrados de suelos en espacios públicos, para instalar extensos abrevaderos urbanos con enormes toldos y cerramientos acristalados que en realidad y a efectos fiscales deberían ser considerados ampliaciones exteriores en superficie del establecimiento para que se lucren los bares y similares. Una ciudad acaparada a todas horas por los ansiosos empedernidos bebedores que a todas horas impiden la movilidad peatonal, esa que teóricamente tanto se publicita y fomenta, pero poco le importa que el vecindario y los transeúntes padezcan sus consecuencias de incluso en ciertos lugares detestables, la calle Licenciado Poza, donde las personas no puedan acceder a los portales de sus domicilios y si protestan son agredidos por una turba embriagada. Esta negligencia repetidamente denunciada por amplios sectores vecinales es más que una agresión ambiental, es crear terrorismo vecinal, burlarse y agredir al vecindario que reclama un derecho fundamental, el poder descansar y dormir en sus domicilios al menos siete horas por la noche. Un consentido, si no, alentado atentado de la borrachería nocturna, al que el corrosivo periodismo colaborador, denomina perversamente «calles animadas, ambiente nocturno, la noche bilbaína», y que convierte a la ciudadanía en mártires urbanos. Bilbao es una ciuda d hostil al peatón.

Cuenta con la colaboración del concejal (ir)responsable del espacio público, Asier Abaunza más preocupado por favorecer la destrucción del patrimonio arquitectónico y garantizar la especulación urbanística, ejemplo Garellano. Y otro del mismo calibre, el concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo, Xabier Otxandiano que mientras lleguen manadas de turistas y la gente gaste, beba y calle, no le importa nada más.

Ante cualquier día de fiesta, reunión gremial o congresual se decreta una ampliación del cierre de tugurios y puticlubs dos horas más tarde del horario ya excesivamente autorizado, impropio de una ciudad civilizada, con los consiguentes conflictos de agresividad, delincuencia y criminalidad, que van en aumento a pesar de que se trate de ocultarlos. Todo ello para que la influyente Asociación de Hostelería de Bizkaia, unos hipócritas plañideros en la época de la covid-19, sigan presionando y enriqueciéndose por encima de todo, además de las cuantiosas subvenciones y exenciones otorgadas como si fuesen los únicos damnificados por la pandemia. Hay que señalar que el presidente de este gremio fue proclamado en 2021 nada menos que «Ilustre de Bilbao».

Festejos populares

Además del despilfarro de 12 millones de euro para comprar el festejo del Tour (con la sospecha del efecto centrífugo de un discreto retorno personalizado), hay que añadir otros tres millones que los medios e incluso la oposición municipal nada dice y que figuran en los presupuestos municipales de 2023. Un espectáculo de raíz deportiva e interés social manipulado publicitaria y políticamente que supera su dimensión competitiva. Convertido en un enorme negocio ambulante y en esta ocasión concebidos muy demagógicamente para, sin recato alguno, darse un baño de masas todo el sanedrín del PNV. Sus mayores beneficiarios serán de nuevo el cartel de la hostelería con la consabida manipulación de precios y engaño a los visitantes.

La sensibilidad del alcalde queda reforzada con su entusiasmo por la crueldad con los animales asistiendo con otros sádicos miembros de la corporación y más cargos públicos de su partido en otras instituciones, forales y nacionales, a la «Animalien Odolustearen Aste Nagusia», la semana de la sangre animal, en el ruedo municipal de la matanza con las sesiones de tortura, descuartizamiento y muerte pública para saciarse junto con la turba de la orgía de sangre amenizada por la banda municipal de música, no se sabe si obligada o voluntariamente. Tardes de gloria que llenan de satisfacción sus retinas, alimentan el alma y crean carácter. Luego posan ante otras violencias. Un mandatario incapaz de convocar una consulta ciudadana para acabar de una vez con este terrorismo mortal a otras especies animales.

Prevaricación

Ha mostrado, además de incultura y sensibilidad, su incapacidad para mantener y respetar los bienes públicos culturales, prevaricando, más que presuntamente, al permitir el expolio de un espacio público, que es parte del Parque, no del Museo de Bellas Artes y el extraordinario monumento allí emplazado, la escultura "Euterpe" dedicada al compositor y músico Arriaga, sustraída impunemente por el Museo el 11 de octubre pasado. Esto es un delito contra el patrimonio que está contemplado en la Ley Orgánica 10/1995, del Código Penal, artículos 322 y 404.

Este monumento figura en el Inventario Municipal de Bienes y Derechos del Ayuntamiento de Bilbao, (Tomo XIV. Epígrafe 03,pág. 22). Muebles de Carácter Histórico-Artístico o de Considerable Valor Económico. UE, n.º de registro 320800000048. Descripción. «Monumento a Juan Crisóstomo Arriaga, obra de Francisco Durrio. Ubicado en el parque de Doña Casilda». Debe resaltarse, esta precisión de ubicación, es decir, se trata de un elemento cultural inserto, integrante, de un conjunto monumental y que está registrado como un bien público de propiedad municipal. Según la Ley 6/2019, de Patrimonio Cultural Vasco, Art. 28. Régimen jurídico de los bienes culturales de titularidad pública. 1.– «Los bienes de titularidad pública inscritos en el Registro de la CAPV del Patrimonio Cultural Vasco son imprescriptibles e inembargables».

No pasa desapercibido su apasionamiento y devoción monárquica, como del resto de políticos del PNV, cada vez que el rey de los españoles irrumpe en Bilbao y si viene con su mujer se agregan las políticas del partido para poder tener un imborrable recuerdo fotográfico. Resulta asombrosa y dolorosa su indiferencia ante el pretendido absurdo traslado de la cirugía cardíaca del Hospital de Basurto al de Cruces por empeño la desacreditada consejera de Salud Gotzone Sagardui y su equipo de Osakidetza, actualmente paralizado por un juzgado.

Con estos pocos ejemplos, pero con otros muchos fracasos, más parece sorprendente que haya personas sensatas, elementalmente concienciadas y una elemental cultura ciudadana que puedan votar a este político y su séquito, personajes que rehúyen del trato social, incapaces de sostener un debate público.

Su penúltima frase para la historia, al parecer, tuvo una premonición divina para el 6 de mayo: «Estamos preparando el balcón para ofrecer la copa a la ciudad». ("El Correo" 22/03/2023). Se refería a la del futbol, de las otras está repleta la villa. Otro de los recursos populistas de los políticos caciques, antaño era Panem et circenses, pan y circo, ahora es vino y futbol. Fácil y agradecido modo de seducción de masas y alienación de la plebe, domesticar a la ciudadanía para que en lugar de personas participativas con criterio sean seres sumisos. Todo ello augura otra legislatura decepcionante, presentada como triunfal.

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