Isabel Pozueta, Ángel Mª Julián Urrizola (*)
Padres y madres de los jóvenes de Altsasu

Agradecemos y miramos al futuro

Fue una muestra de dignidad colosal, y en el imaginario de todas las personas que compartimos los diferentes momentos del día, va a quedar como parte de nuestra biografía en lo social y lo humano. ¡Qué suerte tuvimos por haberos tenido junto a nosotras y nosotros!

Las madres y padres de Alsasua no alcanzamos a agradecer todo el calor, el apoyo, la ayuda y la solidaridad que hemos recibido con la demostración cívica y plural que el pasado sábado, 16 de junio, abarrotó las calles de Pamplona.

Fue una muestra de dignidad colosal, y en el imaginario de todas las personas que compartimos los diferentes momentos del día, va a quedar como parte de nuestra biografía en lo social y lo humano. ¡Qué suerte tuvimos por haberos tenido junto a nosotras y nosotros! ¡Qué suerte tuvo Iruñea por haber sido testigo de que personas diversas en todos los aspectos inimaginables confluimos en un grito por la justicia!

Consideramos que la mayor manifestación de la historia en Navarra debiera hacer reflexionar a todas las instancias que tienen en su mano revertir la injusticia que estamos padeciendo y dar los pasos oportunos en la dirección correcta, porque la sociedad exige democracia, justicia y respeto a los bases de convivencia y porque se están produciendo profundas transformaciones en las convicciones de gran parte de la sociedad.

Desde el inicio de este caso nuestros hijos e hijas, junto al pueblo de Alsasua, sufrimos un ataque mediático bárbaro. Los hechos que en cualquier otro pueblo hubieran sido juzgados como una pelea de bar, en nuestro caso se magnifican dándole una caracterización como delito de terrorismo. Vinieron las detenciones, ingreso en prisión, peticiones fiscales desorbitadas e inhumanas. Todo ello acompañado de faltas de garantías antes y durante el juicio. Posteriormente escuchamos la sentencia con penas que rayaban el delirio por su desproporcionalidad. Y no contentos con esa barbarie, desde fiscalía se recurre la sentencia para, desde un ensañamiento extremo, volver a traer el fantasma del terrorismo.

Nuestro hijos e hijas han sido juzgados por un tribunal excepcional. En todo el proceso judicial ha quedado evidenciado que la sombra de la Guardia Civil es muy alargada y se percibe un empeño explícito en generar dolor guiado por una lógica vengativa.

El cúmulo de despropósitos, junto a esta cruda realidad, ha indignado a gran parte de la sociedad navarra. Esta sociedad ha asistido a una maniobra dirigida desde los poderes centrales a usurpar a los tribunales ordinarios la competencia de investigar y enjuiciar los hechos ocurridos en territorio navarro, y ha visto estupefacta cómo se castiga injustamente a sus ciudadanos.

Este caso desde su origen ha sido totalmente desproporcionado y ha conmocionado a todo el mundo, hemos abierto los ojos ante una realidad de tremenda injusticia y las manifestaciones del 14 de abril y del 16 de junio son la muestra de que vivimos, pensamos, decidimos, y deseamos vivir dignamente y desde la justicia.

Tras un juicio sumarísimo totalmente politizado e ideologizado, y sin haberse probado nada, hablamos de justicia con mayúsculas, y en nuestro caso decir justicia supone desde hoy, pedir claramente la libertad para los de Altsasu.

Por ello, y en la defensa de la calidad democrática, los derechos humanos, los principios que deberían ser garantizados en un verdadero estado democrático de derecho, la convivencia, la paz, la libertad y la justicia, solicitamos a los actores institucionales, políticos, sociales, académicos, mediáticos y del sistema judicial a que propongan e implementen las medidas necesarias para revertir esta situación injusta y para impedir que nada parecido pueda ocurrir a ninguna ciudadana o ciudadano.

Medidas legales para impedir el uso extensivo de la ley y los abusos de poder. Medidas para reformar rigurosamente el delito de terrorismo en el sentido de lo recomendado por los relatores de Naciones Unidas. Medidas para que ninguna persona navarra pueda ser juzgada por hechos ocurridos en Navarra en otro juzgado que no sea el ordinario, tal y como ya ocurría antes de la limitación de los Fueros en 1841. Un apunte revelador: la única excepción a la jurisdicción ordinaria en aquella época era la Santa Inquisición ubicada en Logroño. Medidas para acotar la injerencia externa y el excesivo poder de unos tribunales excepcionales.

Para todo ello ofrecemos a los actores políticos, sociales, culturales, académicos, jurídicos e institucionales la propuesta para la creación de una «Mesa para la regeneración democrática y la recuperación de derechos y libertades». Una propuesta que invitamos a ser debatida y a llenar de contenido para que encontremos soluciones efectivas a fin de que hechos similares no vuelvan a ocurrir a nadie y se haga por fin justicia. Justicia garantista, justicia enraizada en nuestra tierra, justicia que actúe al nivel de los estándares democráticos de respeto a los derechos y las libertades que prevalecen en la sociedad navarra.

Volvemos a agradecer vuestro arrope y os pedimos que sigáis con atención las convocatorias que tanto Gurasoak como la plataforma Altsasukoak aske iremos haciendo en el futuro.

¡Os necesitamos! ¡Gracias!

* Firman también Miren Edurne Goikoetxea, Javier Ignacio Abad, María Teresa Ciordia, Amaia Amilibia, Antxon Ramírez de Alda, Miren Nekane Ortigosa, Mª Carmen Cano, Alfredo Urquijo, Miren Olea, Juan Miguel Urdangarin, Elena Garisoain, Jazinto Bengoetxea y Juan Carlos Calleiras Vital

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