José Manuel Bujanda Arizmendi

Antes y tú, no; ahora y yo, sí

«Aparentan haber sido ajenos» (Jon Azua).

Reconozco que he dudado, y mucho, con el título. La duda estriba entre el que parece, entre este otro: "Sin acritud y con humildad", o "De la necesidad virtud" y este otro: "Aparentan haber sido ajenas". Me he decidido por el que encabeza este artículo. Estimo que este responde más y mejor al contenido de lo que sigue. Y sigo parafraseando al autor de la cita, Jon Azua, así manifiesta en un reciente artículo publicado en este mismo medio: «Y proclaman la necesidad de nuevos ciclos que se supone resolverían todas las demandas exigibles por sociedades con sensación de insuficientes respuestas a todo lo demandado para hoy, a la vez, en todas partes, culpabilizando a los gobernantes en ejercicio de fallos o insuficiencia en sus políticas y soluciones esperables, mientras se autoproclaman como nuevos actores que pretenden pasar del no a todo a la promesa salvadora de un paraíso idílico que llegaría de sus manos, aparentando haber sido ajenos a lo sucedido hasta el momento. Su activa oposición a iniciativas constructivas se esconde tras la máscara de la novedad y la falsa ausencia de protagonismo destructivo. Dice, con buen y sosegado tono, la joven promesa y candidato de EH Bildu Pello Otxandiano que, en su opinión, la política convencional tiene una alternativa real, que es solvente, por supuesto, capacitada e ilusionante a tope, una alternativa, en definitiva, capaz de poner en marcha a este país al ritmo de sus posibilidades, una alternativa que ofrece un horizonte de esperanza en este nuevo ciclo político (sic). Fin de la cita.

Y yo me digo que sí, que claro, que de acuerdo con una alternativa de poder dentro del sistema convencional ahora que son tan convencionales. Muy legítimo todo ello pero sin hacer trampitas. «Ciclo político» nuevo, bien, ¿y el supuesto «ciclo político» superado y pasado? Ese del que no quieren hablar ni hacer memoria justa, ni asumir cómo fue. No se puede hablar de innovación en muchos campos y de darle la vuelta a todo, y ser incapaz de mirar al pasado y de darle una vuelta a «eso». Como dice el candidato a lehendakari del PNV, Imanol Pradales, «Hace falta soñar primero, arriesgar después y finalmente, dar pasos decididos para llegar al objetivo».

Vuelvo a mis manifestadas dudas en cuanto al título a decidir ("Sin acritud y con humildad" y "De la necesidad virtud"). Y no desdeño, de ninguna de las maneras, lo de la humildad, lo de sin acritud, lo de la necesidad y la virtud. Veamos, escribo estas líneas sin acritud, quizás con cierta ironía y sin pretender zaherir a conocidos o amigos de formaciones políticas varias. Presumo de tenerlos. Me jacto de ello. Por encima de líneas partidistas e ideologías siempre he valorado el cuajo de la persona, su empatía, cercanía, saber estar, ser y su capacidad de ponerse en el lugar del otro. Hay gente buena en (casi) todas las formaciones políticas. Creo en los puentes, personales e ideológicos, no en trincheras partidistas cuáles lugares cómodos de confort personal ideológico-político. «Zubigintza» es el arte de establecer puentes diversos, salvo con el sectarismo y chulería política. Pie en pared al neofascismo. No pretendo dar clases de nada a nadie. No soy el adecuado. Apuesto por la evolución, personal y política. He sido sujeto activo en esto de la doble evolución. Con humildad y sin acritud. Pero ello no me impide abordar la actualidad política vasca, pues entiendo que lo cortés no quita lo valiente, ni lo valiente y lo cortés. Escribiré, pues, lo que veo, pienso y creo.

Por mi parte siempre he manifestado y en varias ocasiones, y me reafirmo en ello, que Euskadi es una nación, la mía, que tiene legítimo derecho a tener su lugar en una Europa unida y diversa en sus culturas y lenguas, en sus expresiones estatales, nacionales y regionales, soy de los que creo en la negociación, en el no impedir y en el no imponer, en el derecho a decidir de los vascos y vascas, a su concreción pactada y en la bilateralidad respetuosa entre Euskadi y España. Y con humildad me alegro, y mucho, que otros y otras se acerquen a estas referencias. Ello es bueno como país, el futuro y para todos. Pero suele suceder en la práctica política, inconscientemente incluso, del adanismo político (sé que me repito) quien pretende establecer nuevas reglas de juego, y también las excepciones pertinentes interesadas a ellas. Y ello también sucede en estos lares de nuestros amores y desamores. Y sucede que quien practica el siempre oportunista adanismo entiende que su recién «descubierto» es lo único correcto. Y así, nada les impide en su actual lógica y después de décadas contrarias apoyar, incondicionalmente dicen, al actual Gobierno de España y a un partido que no ganó las elecciones. Lo mismo en Catalunya y en Navarra.

Pero en la Euskadi de los tres territorios no. Allá sí, aquí no. Antes no, ahora sí. Tú no, yo sí. Algo les impide no apoyar al Gobierno Vasco cuyos socios bien que ganaron las elecciones, y muy claramente por cierto representando nítidamente a amplias capas de la sociedad vasca. Un Gobierno que concitaba por cierto la mayoría absoluta del Parlamento vasco. No lo apoyaron en 2012, 2016 y 2020. Es decir no lo han hecho nunca. Allá sí, pero aquí no. Y les parece correcto, incluso necesario, gobernar en Iruña sin ganar las elecciones, igual que en Bermeo, por ejemplo. Defienden que gobierne la lista más votada cuando a su vez presentan de cabeza de lista por Bizkaia a quien fue Alcaldesa de Durango sin haber ganado las elecciones anteriores. Aprueban el presupuesto del Gobierno municipal PSE-PNV en Gasteiz sin que el PSE ganara las elecciones. ¿Pragmatismo, posibilismo y/o mirada larga a futuro? ¿Buenismo de bienquedas y/o populismo de manual? ¿O ambas? Pero alguien decide en ese mundo; sin embargo, alguien entiende correcto no aprobar el presupuesto del Gobierno foral PNV-PSE en Bizkaia cuando el PNV sí ganó las elecciones de una manera muy clara y contundente. Diferentes varas de medir. Por cierto, eso de que gobierne el partido más votado, ¿en votos, escaños, o el que concite apoyos para ello?

Pero mirémoslo en positivo y ver la botella medio llena. Bienvenidos a entender que negociar no es claudicar, que negociar no es sinónimo de debilidad y dejación de principios, a reconocer con sus hechos que otros hace ya décadas varias acertaron en su camino y en su opción política, negociadora y pacífica. Creo que a veces rectificar es de sabios, con coraje personal y audacia política. Hablo de evolucionar con cierta humildad política y personal. Pero insisto en lo de «Madrid». De la casi hasta ahora oposición total y radical con respecto a esas veleidades del nacionalismo histórico e institucional que traicionaban al Pueblo Trabajador Vasco, por un simple plato de lentejas, ahora, en cambio, entienden, deciden y apoyan con decisión que sí, que hay que hacerlo, que es lo correcto, que es lo adecuado, que es lo acertado, que son los nuevos tiempos. Y así pasan ipso facto de la impasible y blindada unilateralidad ortodoxa a la bilateralidad eficaz. Quizás hayan descubierto que lo mejor suele ser a menudo enemigo de lo bueno. Me alegro de que lo hayan descubierto. Me congratulo con que hayan descartado el todo o la nada, aquello de «Amnistia ez da negoziatzen», «Ikurriña bai, española ez», «PNV español» u otras expresiones categóricas que hasta hace poco eran de catecismo.

Quienes expedían certificados de abertzalismo emergen del callejón sin salida al que condujeron a generaciones de jóvenes. Sí, ocurrió, sucedió. Pero, y a pesar de todas las cuestiones habidas y por haber, por mi parte confieso que quiero demasiado a la Euskadi de los siete territorios, a la Euskal Herria transfronteriza del Zazpiak Bat para descartar cualquier tentación de levantar trincheras entre nosotros. Apelo a los proyectos colectivos de País, a la «zubigintza» y tender puentes. Sí al futuro compartido inclusivo, solidario e integrador. Futuro transversal e ilusionante. Por las siguientes generaciones de vascos y vascas. Sea pues. Sí. Continuará muy pronto.

Bilatu