Juan Karlos Izagirre
Exalcalde de Donostia

Aprender, también de los aciertos

Qué bonita metáfora la que utilizó Jasone Agirre en una entrevista: «somos como una piedra de río que la fuerza del agua va moldeando y haciendo rodar, siendo cada vez más bella y fuerte». Esas aguas sois todas las personas que creéis en este proyecto al que estáis dando forma.

«De los errores se aprende», hemos oído siempre. Claro. Pero también de los aciertos. La vida es un devenir de ambos, aunque a veces tendamos a magnificar unos u olvidar otros.

En este sexto aniversario del nacimiento de Bildu y en vísperas del primer congreso formal de EH Bildu quisiera hablar, sobre todo, de los aciertos en este recorrido, que de errores suficientemente hemos hablado.

Fue un acierto el nacimiento de Bildu. Han sido seis años intensos, repletos de esfuerzos, de buenos y malos momentos, de emociones. Bildu nació consciente de que iba a tener una vida dinámica, progresiva, innovadora, basada en sumar cada vez más, en abrirse a nueva gente. Y creció, y así sigue, ahora como EH Bildu.

Nació sabedora de que iba a ser criticada y atacada, pues nacía con el claro objetivo de cambiar las cosas, y al «sistema» no le gusta que le cambien nada. Pero nació de una manera loable, honesta, con un mensaje valiente e ilusionante.

Por encima de las diferencias, nos comprometíamos a hacer el camino juntos en lo que nos unía, en lo importante: la defensa de los derechos de las personas y de los pueblos, el convencimiento de que la política se puede hacer fuera de los despachos, con el pueblo, consiguiendo que sea el pueblo quien realmente gobierne, de abajo arriba. Y así hemos trabajado, lo que es un gran acierto.

Es un acierto poder afirmar que a la gente de EH Bildu no nos distancian las diferencias sino que nos une la alegría de luchar por una sociedad más justa, feminista, multicolor, respetuosa, culta, libre... Yo así lo he vivido y lo sigo viviendo.

Tuve el honor de ser el alcalde de Donostia cuatro años. Años difíciles, no lo negaré, pero creo que fue un acierto saber relativizar y poner una sonrisa a tantas situaciones kafkianas que llegamos a vivir.

Conocí a tanta gente honesta, convencida, luchadora, defensora de lo colectivo por encima del individualismo... que mereció sobradamente la pena.

Donostia, y Euskal Herria, está repleta de gente así. Soy un convencido de que tenemos la oportunidad de trabajar todos y todas juntas. Convencido de que nuestras luchas y sueños serán más fructíferos si conseguimos hacer el camino juntas. Convencido de que no es cuestión de imponer o vender discursos propios como los mejores. ¡Qué va! Al contrario.

Me encanta que cada cual tenga su discurso propio, lo defienda y lo argumente. Y me encanta más todavía que seamos capaces de buscar lo que tengamos en común para hacer el camino hacia ese nuevo modelo, sociedad y país, juntas. Todo un acierto.

EH Bildu se está renovando. Natural. EH Bildu debe renovarse continuamente. Qué bonita metáfora la que utilizó Jasone Agirre en una entrevista: «somos como una piedra de río que la fuerza del agua va moldeando y haciendo rodar, siendo cada vez más bella y fuerte». Esas aguas sois todas las personas que creéis en este proyecto al que estáis dando forma.

Y en este fluir hemos detectado cosas a mejorar, como no podía ser de otra manera. Ahora toca dar protagonismo a las personas, a todas aquellas que quieran compartir el camino, independientemente de donde lo iniciaron. Como también toca crear estructuras ágiles, de respuesta rápida, autónomas. Maddalen Iriarte, como yo, diría que toca construir la casa que organizaremos y decoraremos entre todas. Para quien le guste más el lenguaje formal: toca crear un sujeto político propio. No sé que es más acertado.

Si algo me confirmó los cuatro años de alcaldía es que Donostia es preciosa, sí, pero lo que de verdad hace bello el paisaje y la vida es la gente que mira a su alrededor, piensa, argumenta, razona, propone, aporta, dialoga, y muestra su disposición a construir y avanzar. Ese, y no otro, es el gran potencial de Donostia y de cada uno de sus barrios y pueblos.

Y con todas estas personas, y más, me gustaría compartir, caminar, rodar... los próximos años.

Compartiremos errores y aciertos, reiremos y lloraremos, sufriremos y gozaremos, pero siempre desde el convencimiento de que avanzamos hacia esa nueva Donostia que soñamos.

Termino animándoos a participar, desde ya, en la construcción de este espacio en común, abierto, que será la nueva EH Bildu.

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