Aprovechamiento forestal en los Pinares de Lerín: 20.094 pinos por 9.500 euros
El preocupante proyecto presentado en octubre de 2019 por el Ayuntamiento de Lerín para intervenir en los Pinares, logró obtener los permisos de Gestión Forestal del Gobierno de Navarra para su ejecución. Esto se produjo tras encargar Medio Ambiente un «Plan Técnico de Gestión de los Pinares Comunales de Lerín» (2022), en respuesta a las inquietudes expresadas por parte de vecinos y seis colectivos ecologistas navarros. Gracias a estos esfuerzos, se logró retrasar el inicio de las talas hasta el presente año.
Recientemente, hemos obtenido ese Ayuntamiento el «Pliego de Condiciones Técnicas para los Aprovechamientos Forestales» en esta primera fase. Tras un análisis exhaustivo, hemos encontrado datos que no concuerdan, revelando cifras alarmantes sobre los daños ambientales que podría causar la ejecución del proyecto. Por si estamos equivocados, hemos solicitado una reunión con los responsables de Gestión Forestal que firmaron dicho pliego, pero hasta el momento no hemos recibido respuesta.
En esta primera fase de actuación ya aprobada y adjudicada, observamos lo siguiente:
A) Se realizarán clareos de ejemplares jóvenes, con el apeo de 31.632 árboles. Esta intervención nos parece urgente, debido a la proximidad entre cada pie, lo cual impide el desarrollo del conjunto arbóreo en esas áreas.
B) También se llevarán a cabo claras en áreas con ejemplares adultos, con el apeo de 20.094 árboles en esta primera fase. Estos ejemplares, que tienen alrededor de 70 años y un diámetro medio de 23 cm. pueden vivir muchos más años y no existe justificación alguna para su eliminación, excepto los cercanos a viviendas.
Según el «Pliego de Condiciones» aprobado por el Ayuntamiento, se intervendrá en un total de 99 hectáreas, con extracciones totales de 1.200 m³ de madera. La adjudicataria es la empresa Excavaciones Elcano Sesma S. L. ubicada en Miranda de Arga, que está especializada en excavaciones, movimiento de tierras y construcción de edificaciones, lo que plantea serias dudas sobre su capacidad para llevar a cabo aprovechamientos forestales respetuosos con el entorno.
Al analizar la cantidad que el Ayuntamiento percibirá por la saca y venta de los 20.094 ejemplares adultos −sin incluir los jóvenes debido a su falta de valor económico−, se estima que será de 9.516 euros. Esto implica que se está valorando cada árbol adulto a poco más de 2 euros. Una alternativa a considerar podría ser recaudar de esa cantidad a través de una iniciativa ciudadana, lo que permitiría evitar la tala y sus consecuencias ambientales.
Si analizamos los costos ambientales de la construcción de nuevas pistas, el inevitable deterioro de las zonas de actuación causado por el uso de maquinaria pesada, el estado en que quedarán las áreas intervenidas, los daños a esos suelos frágiles y a especies de fauna y flora que los habitan... y a esto sumamos la eliminación de sumideros de gases CO₂ que se perderán con las talas, hace que la supuesta ganancia económica de 9.516 euros se transforme en pérdidas por el significativo impacto ambiental.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que el Ayuntamiento de Lerín se encuentra en una situación económica crítica, dado que resulta difícil de entender cómo pueden justificar una decisión tan cuestionable desde un enfoque de gestión responsable y sostenible. La valoración irrisoria de cada árbol adulto, junto con la elección de una empresa sin experiencia en aprovechamientos forestales, plantea serias dudas sobre las prioridades y la ética de ese Ayuntamiento.
En el Pliego de Condiciones se puede leer: «Ante la particularidad del entorno del aprovechamiento, todas las actuaciones deberán ser previamente consensuadas sobre el terreno con personal de la Dirección General de Medio Ambiente». Dado el historial de dejadez de Gestión Forestal en relación con aprovechamientos pasados semejantes, esta afirmación genera más escepticismo que confianza. Recordemos cómo quedaron devastados los montes de Allo y Lezaun, las actuaciones realizadas en Larraga y en varios enclaves de la Ribera. Las palabras del Pliego de Condiciones deberían ser respaldadas con acciones concretas y mecanismos de supervisión efectivos que no existen.
Desde la redacción del Plan Forestal por parte del Gobierno de Navarra en 1999, el Planeta ha experimentado cambios significativos debido al Cambio Climático, que han impactado de manera directa nuestras masas forestales. Estos cambios se manifiestan a través de fenómenos ambientales como el aumento de las temperaturas, sequías prolongadas, lluvias torrenciales, incendios y plagas, todos ellos inducidos por el calentamiento global. Estas condiciones están generando un estrés considerable en nuestros bosques y poniendo en riesgo su existencia. Es fundamental revisar y actualizar el actual Plan Forestal, que ha quedado obsoleto y que prioriza los beneficios económicos a la sostenibilidad ambiental. Además, un Plan Forestal que sea igualmente aplicable a zonas húmedas y a entornos secos no puede ser adecuado.
Aunque el Gobierno de Navarra presenta planes como «Navarra Horizonte 2030», la «Hoja de Ruta del Cambio Climático» o «SoilValues», al mirar más a fondo, no podemos evitar sentir frustración, ya que parecen centrarse en el desarrollo económico más que en la verdadera conservación del medio.
En otro plano, Medio Ambiente no hace cumplir la Ley Foral 13/1990, de 31 de diciembre, que protege y promueve el desarrollo del patrimonio forestal de Navarra y que en su artículo 23 dice refiriéndose a proyectos de interés público: «En los proyectos de construcción de infraestructuras de interés general en los que se produzca disminución de la superficie forestal, se incluirá proyecto de reforestación o de restauración forestal en la zona afectada de una superficie no inferior a la ocupada». Surge entonces la inevitable pregunta: ¿A qué proyectos se ha aplicado esta ley? ¿Acaso a las numerosas instalaciones eólicas que ahora decoran las cumbres de los montes navarros?
La necesidad de preservar nuestras masas forestales es fundamental y ha sido reconocida por las Naciones Unidas al incluir en su Agenda 2030, específicamente en el Objetivo de Desarrollo Sostenible, el compromiso con la «Vida de Ecosistemas Terrestres». Este objetivo aboga por «proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres; gestionar de manera sostenible los bosques; combatir la desertificación; detener invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de biodiversidad». Es crucial que esta perspectiva se refleje en las políticas medioambientales. Nos gustaría que Gestión Forestal, Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Lerín, tomasen nota y modificasen el Plan de Gestión de esos hermosos Pinares.
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