Araba no se merece esto
El trabajo desarrollado durante décadas está aflorando en Araba al calor del nuevo tiempo político que ha abierto en Euskal Herria. Así lo creen los autores de este artículo, representantes de EH Bildu, quienes destacan el baldío intento del PP de tratar de obstaculizar el cambio que de forma inexorable se está instalando en un herrialde «cada día más de izquierdas y más abertzale». Desde ese punto de partida, emplazan al resto de fuerzas políticas a que escuchen a la sociedad alavesa y acierten a interpretar sus demandas, cuya fortaleza, advierten, «arrastrará cualquier dique que la derecha intente construir».
Cualquier persona que se haya encontrado en medio del mar nadando contra la fuerza de las olas conoce lo absurdo de su esfuerzo. Tal vez por la lejanía con la que nos suena desde Araba eso de las mareas, tal vez por lo poco habituados que los conservadores están a los cambios, el PP está en una situación parecida. Durante los últimos años estamos siendo testigos y actores del nuevo escenario que se está abriendo en Euskal Herria. A pesar de que el PP sigue empeñado en construir diques para impedir el avance de nuestro pueblo hacia la resolución del conflicto, la fuerza que tienen las ansias de paz de la sociedad vasca supera la cerrazón de Madrid. Una mayoría favorable al cambio avanza, fuerte, ante una minoría que intenta, sin éxito, seguir imponiendo su posicionamiento retrogrado. Este choque de fuerzas tiene uno de sus principales exponentes, precisamente, en Araba.
El nuevo tiempo abierto en Euskal Herria ha facilitado que el trabajo realizado durante décadas aflore en Araba. Gracias al compromiso de gran parte de la sociedad alavesa, la fotografía actual es bien diferente a la de hace 30 años. Ya no somos un territorio en blanco y negro donde habitan curas y militares. Araba, a día de hoy es una realidad llena de color y esperanza que avanza y transforma el herrialde en la dirección del cambio político y social, cada día más de izquierdas y abertzale.
El PP mira atónito la fuerza de este cambio; precisamente en el herrialde en el que aún gobierna las principales instituciones. Lucha, en vano, por seguir imponiendo su proyecto conservador y españolista, sin querer aceptar la fuerza del cambio que la sociedad de Araba ha emprendido y que no abandona. Las fuerzas políticas que acierten a conectar con los deseos de esta mayoría social, saldrán fortalecidas y avanzarán junto al pueblo, arrastradas por la marea. Aquellas que, aferradas a la imposición de su proyecto político, sigan intentado luchar contra el cambio, se verán abocadas al fracaso y acabaran representando a una minoría.
El PP puede seguir rememorando viejos tiempos en blanco y negro. Soñando que aquel fatídico 3 de marzo de 1976 consiguieron aplastar el ansía del pueblo trabajador por un cambio social. Puede seguir defendiendo, como hace el señor De Andres, que el derecho al aborto sirve «para hacer la selección del sexo de su bebe» o que «es más fácil para una niña el poder abortar que el comprarse un paquete de tabaco». Puede seguir encubriendo sus responsabilidades en decisiones ruinosas, como la del alquiler de San Antonio, que sólo sirven para que sus acólitos se llenen el bolsillo mientras malgastan el dinero público. Sin embargo, debiera ser consciente de lo absurdo de luchar contra la corriente del cambio.
Desde EH Bildu queremos emplazar al resto de fuerzas políticas de Araba para que escuchen a la sociedad y acierten a interpretar qué está demandando. Y desde nuestro punto de vista la corriente de ese cambio se expresa de forma clara. La mayoría social alavesa no se somete ante una realidad de crisis económica que han generado las nefastas políticas de burbujas financieras e inmobiliarias. No acepta que bajo el paraguas de esa crisis se inyecte dinero a los bancos, para que luego estos mismos desahucien a las personas con menos recursos. No acepta que cada día se dedique menos dinero al impulso de nuestra lengua, el euskera. La mayoría social rechaza que el motivo para dictar cambios de leyes sean facilitar a las grandes empresas energéticas que reabran Garoña o impulsen el fracking o que, rindiendo pleitesía a los sectores más rancios de la iglesia y de la derecha española, se legisle en contra del derecho de una mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Mientras que esas mismas leyes, cuando de responder al histórico contencioso de Trebiño se trata, se convierten en un tótem inamovible.
Esas demandas, y las luchas por defenderlas, son precisamente las que han traído a Araba hasta el momento actual, y las que siguen engrosando la fuerza del cambio que arrastrará cualquier dique que la derecha intente construir.
El PP de Araba, el que encabezan De Andres y Maroto, sigue empeñado en obstaculizar este proceso y, en base a imposiciones, responder tan sólo a los intereses de la élite política y económica. Sin embargo, aquellos supuestos gobernantes que pierden contacto con la sociedad que se creen representar, que ignoran los cambios que suceden en su entorno, están abocados al fracaso. De Andres y Maroto viven tan preocupados por defender los intereses del Partido Popular, muchos de ellos diseñados con la perspectiva única de contentar a los sectores más radicales del españolismo, que intentan ignorar lo que ocurre en el herrialde y el municipio que gobiernan pero no representan. Uno y otro nos ofrecen las dos caras de la misma moneda, De Andres con sus explícitas ofensas a esa mayoría social y Maroto con sus insultantes teatrillos para disfrazar la que, en el fondo, es exactamente la misma postura. Y este modelo político, con dos maneras de imponerlo, es el que se ha extendido en sus respectivos equipos de gobierno; diputados como Javier Ruiz de Arbulo y Marta Alaña, o concejales como Marian Castellanos, son conocidos por imponer el mismo talante.
Y mientras los representantes del PP sigan enfrascados en defender sus intereses particulares, la ola que ha generado una mayoría social abertzale y progresista les arrastrará y verán, desde muy lejos, que el herrialde que creían conocer ya no es el mismo.
Esta es la fotografía actual en Araba: una mayoría social por el cambio y una minoría política intentándolo frenar. El trabajo de los representantes políticos que también apostamos por el cambio debe estar a la altura, y debemos corresponder a las necesidades y demandas de esa mayoría social. Desde todos los ámbitos, buscamos la misma meta: avanzar en el imparable proceso del cambio político y social. En EH Bildu trabajamos en esa dirección; tanto en el ámbito laboral y social, como en el educativo, lingüístico, cultural y territorial. Un día sí y otro también, intentamos conectar y desarrollar dinámicas conjuntas junto al resto de colectivos y ciudadanos de Araba.
Es pues momento de arrinconar al PP y buscar entendimientos que faciliten alternativas que correspondan a la mayoría social de nuestro territorio. En EH Bildu estamos preparadas para afrontar el reto y construir una Araba cada vez más de izquierdas y abertzale. La fuerza del cambio político y social es imparable. Todos los intentos de frenar ese cambio y retrotraer nuestro herrialde a tiempos pasados serán arrastrados por esta fuerza. Si somos capaces de generar acuerdos que avancen en la dirección que marca una mayoría social, apuntalaremos un nuevo tiempo en Araba.