Enric Vivanco Fontquerni

Asco infinito

El espectáculo que ofrece el fútbol es machista en su esencia, y es muy difícil librarse de él incluyendo los seguidores

El mundo del espectáculo futbolístico se caracteriza por su esencia machista del mismo nivel que el militarista. Solo hay que observar la piel pintarrajeada que llevan estos mercenarios, y la forma como muestran la alegría por los goles que consiguen, que es de un bochorno existencial. Es un mundo de sumisión obligada de las mujeres, a su descarado e infantil comportamiento sexual hacia ellas. Se sabe que en los grandes o pequeños jolgorios, algunos directivos forman parte del mismo. Es un entorno absolutamente viciado por el penis loco e inmaduro de semejantes mamarrachos.

Soy socio del FC Barcelona, y me produce un asco infinito como el Club, calla de una forma que como en las declaraciones iniciales del entrenador del primer equipo, que prácticamente le dio ánimos al presunto violador. Esta fauna futbolera son unos parásitos ideológicos que por donde pasan lo pudren todo, arropados por los idiotas seguidores incapaces de reaccionar hacia esta inmundicia violadora. El periodismo deportivo llevo años predicando que es el más corrupto de todos con diferencia del político, por lo tanto el nivel es infraperiodístico. El espectáculo que ofrece el fútbol es machista en su esencia, y es muy difícil librarse de él incluyendo los seguidores. Los comentarios poniendo en duda la versión de la mujer, refleja que el macho alfa, es un castigo divino, equivalente a la mujer alfa. Mientras la humildad no impregne a los humanos, no tenemos remedio.

La representación que se pudo ver en un juicio hace poco de un futbolista respecto a trapicheos de maletines invisibles, fue lo habitual, solo faltó que el que lo juzgaba lo abrazase. Esto es la norma en ese mundo de los traspasos de esclavos podridos por el dinero. El mundo del fútbol espectáculo esta atiborrado de violadores, ladrones y delincuentes mafiosos. Por ello hace años que he dejado de ir y seguir esta cosa que es miseria pura. Una lucha entre gladiadores era infinitamente más decente que todo este bochorno del que viven miles de parásitos. Mi contradicción existencial es cómo sigo pagando la cuota de socio, es únicamente porque mi abuelo fue de los primeros que se hizo socio en los tiempos decentes de su fundador Gamper, que tuvo una muerte digna de un ser humano. Pero mi paciencia se ha acabado y no quiero seguir poniendo dinero a toda esta basura indecente.

Atentamente,

Bilatu