Mikel Arizaleta
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Banalidad, don Pedro

Pues allá tú, don Pedro Sánchez, con tu consejo a tu gente: No pactar ni con el PP ni con EH Bildu. Hay frases que son mentira y frases que son programa.

Que el PSOE no pacta con el PP es sencillamente mentira. Que no pacta con Bildu es mentira y programa: mentira en Euskal Herria, programa en España. El PSOE vende desde tiempo lo que no es, vulgarmente a eso se denomina vender el alma al diablo.

Con Felipe González y su gente al frente nos mostró parte de su cara, su X vital en política. Creó el GAL y la muerte institucional, equiparándose al Israel del Mosad, a la  USA de la CIA estadounidense, a los gobiernos matones del mundo en versión chapuza, pero tan asesinos y siniestros como ellos. ¿La OTAN? De entrada no. Hoy el estado español vende y exporta guerras por el mundo.

Es triste pero es verdad: la mayoría de los gobiernos del mundo son una banda de asesinos, corroborado por los hechos en las diversas partes del orbe de manera terca. Y por mucho que llamen asesinos a otros a gritos y voces, no por ello dejan de ser banda de asesinos. Ya lo dijo aquel kurdo  con aquellos dos dientes en su boca: nos llaman asesinos quienes destruyen nuestro pueblo a bombazos. Los refugiados de la tierra, víctimas de gobiernos demócratas, socialistas, liberales, democratacristianos, fascistas..., matones en resumidas cuentas, son legión. Nunca hubo tantos en la historia.

Con Zapatero y su ceja nos dejó otro rasgo de ese socialismo europeo: su venta al capital, su vaciedad, su corrupción. El dejar en la cuneta de la vida a los trabajadores del mundo, un socialismo que mata la esperanza, la ilusión y la dignidad del hombre.

Ayer, vestido con la bandera española de fondo y tu mujer de rojo, dijiste de nuevo banalidades desde el circo Price; sigues ejerciendo en el socialismo de payaso Augusto con tu nariz de Pinocho, tus zapatos grandes y tus vestiduras de colores.

Hace años, a finales de los sesenta, desde otro circo, el Krone de Munich, oí a otro hombre, cardenal éste, quien  aun proviniendo de orígenes y militancia fascista gritó a  tiempo a las gentes del mundo: “cuando doy pan a los hambrientos me llaman santo, pero cuando pregunto por qué hay pobres me llaman comunista”.  Aquel hombre pequeño, llamado Helder Cámara, terminó siendo un hombre grande de la liberación y, como tal, fustigado y perseguido.

La banalidad, la trivialidad, la insustancialidad… sigue siendo rasgo destacado en los gobernantes de nuestro tiempo. Y don Pedro Sánchez es uno más de esa numerosa lista.

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