Asier Ilarregui, Ignacio Barriuso, Arkaitz Nikolas e Iñaki Lizarbe
delegados de LAB de los Bomberos Forestales

Bomberos forestales de Navarra

Con esta última convocatoria, con la que prometían la mejora de la situación, no solo no lo hacen, si no que la empeora y la recrudece, creando todavía más incertidumbre e inestabilidad en nuestro futuro laboral. El cambio injustificado endureciendo las pruebas físicas no tiene nombre.

Tras otro año esperando la prometida convocatoria quinquenal, aunque solo dé para cubrir a lo sumo tres años, fue publicada por fin en el BON del 28 de diciembre, para variar, con tan solo unos meses de retraso.

Tras leerla y releerla, quedó claro que no era una inocentada de tan típico día navideño, sino que esta vez parecía ser real el sacrificio al que iban a ser sometidos los bomberos forestales de Navarra.

Pueden los lectores, si desean, perdonar el hecho de haber utilizado el término de «bombero forestal», ya que, a pesar de llevar algunos de nosotros décadas en esta profesión, no se nos reconoce ese puesto, como sí está ocurriendo en otras comunidades, sino que se nos califica como «Peones» y «Conductores Auxiliares», a pesar de que a día de hoy y por la ambigüedad de nuestra gran variedad de diferentes contratos, nadie sepa a ciencia cierta auxiliares de qué somos, si de jardinería, enfermería, administración o de bombero. Por lo visto, tal es la rareza de nuestros puestos laborales.

Tras años trabajando en este servicio y sufriendo los varapalos de un gobierno que parecía querer hacer de esto un negocio privado, no solo parece que con este nuevo, al que se le ha dado margen y tiempo, no conseguimos mejora alguna, si no que por el contrario, nos sentimos atacados hasta la saciedad con no sabemos exactamente que propósito.

Por lo que a nuestros superiores se refiere, con esta convocatoria han dejado claro el interés que mantienen en tener una plantilla precaria y temporal, a la que poder ignorar y presionar según les convenga para realizar tareas que no nos competen. Esto se debe por ejemplo a la incapacidad de éstos en la organización de los Servicios Auxiliares. De ahí el provecho que hacen de nuestro colectivo, como comodines, para hacer labores que están a veces fuera de lugar, y de esta manera, ocultar la carencia de liderazgo que desbordan para organizar y hacer funcionar a pleno rendimiento algunos sectores del servicio de bomberos.

La dejadez hacia nosotros llega hasta límites insospechados, ya que aun habiendo presupuesto para mejorar la situación, son incapaces como viene sucediendo estos pasados veranos, de llegar al cupo de contratación publicado en el BON, puesto que al no haber personal dedicado exclusivamente al tema forestal, lo dejan todo para última hora, cual mal estudiante, al que salva la buena voluntad del personal contratado para sacar el trabajo adelante, a pesar de la falta de medios, de formación y sobre todo de personal.

Ahora, con esta última convocatoria, con la que prometían la mejora de la situación, no solo no lo hacen, si no que la empeora y la recrudece, creando todavía más incertidumbre e inestabilidad en nuestro futuro laboral. El cambio injustificado endureciendo las pruebas físicas no tiene nombre.

Esperamos y deseamos, que por medio de estos párrafos, los autores intelectuales de la convocatoria se den por aludidos y rectifiquen la misma, ya que parece que no se dan por aludidos en las escasas reuniones a las que parece, tenemos el honorable privilegio de poder asistir cada seis meses.

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