Andrea Mercero Crespo
COA Beloso

COA, centro de (des)protección

¿Qué está ocurriendo con el sistema de protección de menores? Posiblemente si no eres cercano a todo lo que conlleva el sistema de protección del menor, estés fuera de la verdadera realidad, de lo que está ocurriendo con una parte de la población más vulnerable en Navarra. Concretamente en este escrito nos referimos a COA Beloso (Centro de Observación y Acogida), pero nuestra situación no es un caso aislado, afecta a otros COAs y otros recursos de menores y jóvenes.
Según define la Cartera de Servicio Sociales del Gobierno de Navarra “Servicio de atención inmediata, de carácter provisional, con funciones de protección, valoración y diagnóstico, que ofrece a los y las menores un entorno residencial o familiar seguro y protector desde donde se les procura la adecuada cobertura de sus necesidades físicas, sanitarias, psicoemocionales y educativas”.  En nuestro centro ingresan menores en situaciones graves de desprotección con los cuales se lleva interviniendo mucho tiempo desde otros recursos y que recalan en el COA después de haber intervenido con ellos/as y sus familias en su entorno más próximo.

Trabajamos con niños, niñas y adolescentes que portan mochilas muy pesadas y están viviendo situaciones extremas en esa etapa tan importante de su vida y que con toda seguridad les marcará en su futuro. Tienen que pasar el duelo de la separación de su entorno y la adaptación a un hogar nuevo en el que vivir con personas desconocidas, en definitiva, es muy difícil imaginar que se mueve en su interior y más si cabe, ponernos en el lugar de los/as menores. Supuestamente en nuestro centro se garantiza una estabilidad, protección, intervención multidisciplinar, tanto con los y las menores como con los progenitores y en la cual están implicadas muchas figuras profesionales y recursos variados. Es cierto que esto se ha dado durante años y que ha sido una trabajo duro, pero gratificante y efectivo. Hemos observado como menores que venían rotos, han podido realizar un proceso positivo, pero a día de hoy esto no ocurre. Hablemos de la realidad actual, la situación la cual lleva meses sucediendo y cíclicamente durante años. No es posible dar la atención e intervenir de la manera que se garantiza y se define en la Cartera de Servicios Sociales de Navarra. Es imposible e inviable por ratio, por sobreocupación, por espacio, en definitiva, por condiciones adecuadas para poder realizar una intervención de calidad. Actualmente residen 28 menores en un recurso de 15 plazas. Al ser un centro de urgencia no se puede prever los momentos de sobreocupación, pero algo que podía ocurrir en momentos puntuales, se está normalizando y aceptando sin buscar soluciones. Hemos llegado a tener en el centro 31 menores. Y no solo es hablar de números. Hay que tener en cuenta los perfiles de los menores que se acoge, perfiles que ha evolucionado en los últimos años y que necesitan cada vez más recursos terapéuticos. Todos y todas las menores necesitan atención especializada, pero hay casos especiales que necesitan una dedicación y atención más individualizada.

¿Qué ocurre cuando menores que han sufrido tanto y emocionalmente están tan dañados, se relacionan con otros perfiles que están igual o peor? ¿Cómo se les puede ayudar si no disponemos de medios y recursos adecuados? Los menores explotan. Día a día los turnos en este centro se han convertido en interminables y exclusivamente asistenciales. Estamos apagando fuegos, no interviniendo educativamente. Es muy frustrante como profesionales y trabajadoras de lo social ver está situación y no poder realizar una intervención educativa en condiciones. Nuestros menores no están en un programa de protección sino de desprotección, y ya no hablamos de la parte de valoración y diagnóstico. No se puede llegar a realizar una intervención en condiciones, como nos gustaría, como sabemos hacerla y se merecen y necesitan las/os menores. Realmente se están haciendo malabares para poder llegar, poniendo todo de nuestra parte, pero somos humanas. A diario sufrimos agresiones por parte de los/as menores, ya que están en un punto de desbordamiento emocional que no pueden controlar. Tenemos varias compañeras de baja, por agresiones, por ansiedad, periodos muy largos de baja. Está situación es insostenible tanto para los menores, a los cuales no se les está preservando ni protegiendo, como para las trabajadoras. Desde esta carta, queremos denunciar la situación que ocurre en nuestro centro, y somos conscientes que ocurre en otros centros. Queremos soluciones reales, no parches.

Solicitamos a Gobierno de Navarra, al Departamento de Derechos Sociales que implante más recursos a todos los niveles para garantizar una atención eficiente e individualizada, aportando soluciones, no parches. Estancias de los menores en los centros acordes a lo establecido en la Cartera relativo a temporalización, a los recursos profesionales, a los perfiles y al espacio. Queremos que se deje de ver la intervención social simplemente como gasto, porque la falta de intervención en cortas edades, conllevará a un gasto mayor a futuro. Somos una inversión a futuro y con el tiempo se obtendrán beneficios y lo más importante estos menores vivirán procesos personales acordes a sus edades. 

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