Irati Zubieta y Carmelo Lasa
En nombre de la Asociación Vecinal Zabalsanche Auzo Elkartea

Comercio local, vida de barrio

Nuestras compras las queremos hacer en el barrio, en la plaza, con verduras y productos de los alrededores, en las pequeñas tiendas de siempre.

Otro comercio se cierra en el barrio, en este caso una juguetería de toda la vida, de las de referencia en la ciudad. Una juguetería que ha sido el lugar donde poder comprar un juguete de calidad, sostenible, cuando ni siquiera utilizábamos esa palabra, juguetes para aprender a jugar, a crecer, en definitiva, a vivir. Juguetes que se vendían llenos de consejos pensados para la niña o el niño a los que iban destinados, juguetes que acariciaban y soñaban. Unos juguetes que no estaban separados en estanterías por «sexos». Qué diferencia con esas otras tiendas donde está la sección azul y la sección rosa.

Por desgracia, no es la única tienda que cierra en el Ensanche. El pequeño comercio sobrevive a duras penas en un barrio donde la gran avenida se ha convertido en un centro comercial al aire libre para las tiendas de las multinacionales, que ni son sostenibles, ni cercanas, ni muchas veces éticas. La situación de crisis planetaria que estamos viviendo, ha sido la puntilla para muchas de esas pequeñas tiendas familiares, para esos pequeños negocios que comenzaron llenos de ilusión y esfuerzo.

En los meses que ha durado el confinamiento por la crisis originada por la covid-19, hemos tenido tiempo de pararnos a pensar en el modelo de vida que llevamos. Ha llegado el momento de reflexionar de manera colectiva sobre qué tipo de barrio, de ciudad y de sociedad queremos. Las relaciones vecinales, la movilidad y accesibilidad, la atención a las personas desfavorecidas, la escucha a las personas ancianas, los espacios para descansar, disfrutar y jugar, y también nuestro consumo, dónde y cómo lo hacemos.

Una tienda de barrio hace barrio. No es una frase hecha, ni un eslogan. El pequeño comercio fortalece el barrio en sus relaciones y cercanía, con una mejor atención a la clientela y mayor confianza en la compra; sin necesidad de utilizar el coche particular ni de hacer un gran trayecto para comprar; fomenta el conocimiento de las personas y las propias circunstancias de cada persona y también la solidaridad; las personas mayores son bien atendidas y tenidas en cuenta; y nos interpela constantemente sobre el consumo que realizamos, en dónde gastamos el dinero, incluso en el origen del propio producto. Porque apelamos y defendemos el consumo responsable, con nosotras y nosotros y con el planeta.

En Zabalsanche tenemos claro que nuestras compras las queremos hacer en el barrio, en la plaza, con verduras y productos de los alrededores, en las pequeñas tiendas de siempre y en los nuevos comercios de gente joven y emprendedora que ha apostado por este barrio. Son muchas las reflexiones necesarias y las ideas para hacer del Ensanche un barrio más vivo, y van surgiendo poco a poco. Tenemos la oportunidad de aprovechar este parón para hacer el barrio que queremos entre todas y todos, los que llevan «toda la vida» viviendo aquí y las personas que llegan renovando la ilusión del Ensanche. Porque queremos seguir pensando y viviendo el Ensanche entre todas las vecinas y vecinos. Es momento de apostar por el barrio, por el Ensanche.

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