Bixente Atxirika Etxabe

¿Cuál es el futuro de los pueblos pequeños?

En Busturialdea-Urdaibai se ha puesto encima de la mesa el diagnóstico de la comarca y retos de futuro que ha propuesto el G. vasco. Nada novedoso que no pueda decir un estudio de estas características. ¡Más de lo mismo!

Solía decir un «aitxitxe» de mi pueblo que «planes sin cuentas son cuentos».

En la comarca, en dos poblaciones viven la mayoría de los habitantes.

¿Y los pueblos pequeños que papel juegan?

¿Qué tipo de economía? ¿Qué aportan los pueblos pequeños a la sociedad? ¿Qué piden los pueblos pequeños a la sociedad?

Si tiramos semillas en el cemento no saldrá nada. Las ideas son estériles si no hay dónde sembrar, si no hay personas o grupos que tomen, analicen, elaboren y pongan en marcha las ideas. Todavía esta comunidad está a la espera de «la gran fábrica» pero esta no lo van a poner. El objetivo es ilusionar y ser agentes activos. Las propuestas se han limitado a mejorar las carreteras, construir un polígono industrial o pedir al gobierno que traiga empresas.

En todos los estudios aparece «hay que atraer»... empresas, turismo, talento, gente joven para los pueblos... Quiero reivindicar que dejemos a un lado el «ni» y empecemos a pensar en el «gu».

Es cierto que las administraciones tienen que dotarnos de infraestructuras, financiación, pero es necesario que la sociedad de la zona cojan la mochila del desarrollo local.

Si queremos pueblos vivos, para ello una premisa es crear puestos de trabajo en el propio pueblo.

Es notorio el envejecimiento de su población y el éxodo de los jóvenes. La comarca no ofrece oportunidades y están obligados a salir fuera de ella. La población de Busturialdea tiene un nivel formativo alto, pero no somos capaces de canalizarlo.

El PIB de la comarca es relativamente bajo, ocupa el 17 puesto de 20 de la CAV. En Bizkaia ocupa el puesto 6 de 7. (Datos 2020)

En nivel de paro era la octava de una clasificación de 11 comarcas. Según datos de Lanbide ocupa el puesto 21 de 30 comarcas de la CAPV. El paro juvenil es ligeramente superior al de Bizkaia. Con un abandono socioeconómico bastante pronunciado, desde los años 70.

Los servicios de cuidados han aumentado significativamente, aunque se prestan en situaciones precarias.

Desde el punto de vista social, se traduce en despoblamiento, mayor tasa de envejecimiento, aislamiento, menor acceso a servicios, núcleos rurales-dormitorio...

Los pueblos pequeños tenemos que trabajar juntos, tenemos mucho que aprender los unos de los otros y compartirlos. Tenemos que buscar sinergias de colindancia o problemáticas parecidas para trabajar conjuntamente. Identificar y contactar con los agentes clave que trabajan en el desarrollo rural y el fortalecimiento de las pequeñas comunidades incluyendo a las organizaciones, agentes sociales, personas interesadas, empresas e instituciones...

Tenemos que repensar nuestra relación con la ciudad. Necesitamos conocernos más, conocer lo que nos ofrecemos el uno al otro y valorarlo.

Los pueblos pequeños tienen que aprovechar sus recursos más potenciales e intentando minimizar las desventajas y las amenazas más reales.

Creemos en los pueblos que tienen vida popular; en los que crean posibilidades en el campo laboral y social

Necesitamos un parque de viviendas de alquiler social, no podemos desaprovechar el éxodo de ningún joven y de esta manera poder estimular la maternidad. Lograr un reequilibrio poblacional. La Diputación Foral de Bizkaia tiene la última palabra en los HAPOs de los pueblos pequeños, pero no vemos avances, para ellos siguen siendo el área de servicio de las grandes Urbes. Tenemos que dejar de ser pueblos de postal.

¿Qué retos, problemas y oportunidades tenemos para salir adelante? ¿Y cómo responder?

Sentitu, pentsatu, ekin!

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