Mikel Arizaleta
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De fiscales, jueces, políticos y zipayos

El fiscal general de la Alemania Federal, Siegfried Buback, fue asesinado por la RAF el 7 de abril de 1977 en Karlsruhe. El gran poeta alemán, el admirado judío Erich Fried de nacionalidad austriaca, que sabía mucho de campos de concentración y dolor, escribió al poco tiempo de este atentado una poesía, que no conviene echar en el olvido y cuyos últimos versos fueron criticados por algunos: «Es wäre besser gewesen ein Mensch hätte nicht so gelebt». Mejor hubiera sido que un hombre no hubiera vivido así.

Y lo mismo he pensado al ver hoy en la tele, Hamaika, a unos ertzainas encapuchados, armados y anónimos, arrastrar de malas maneras a gente que se defendía de manera pasiva. He visto cargar sacos de patatas y traseros de vacuno de cien kilos de mejor forma y manera en las plataformas de los camiones. En la Ertzaintza asoma demasiadas veces el odio, maltrato y venganza contra el joven rebelde y crítico. Siguen pregonando en calles y plazas la sumisión, su papel a lo largo de la historia y en el presente. La voz de su amo, los pregoneros y voceros de la injusticia en el mundo.

El 1 de mayo de 2015 escribía el Sr. Makazaga, estudioso de la torturra entre nosotros, un artículo titulado «Ibarra, encubridor de la tortura», en el que glosaba la sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, TSJPV, que había declarado «nulos de pleno derecho» cinco artículos del decreto de ayuda a las víctimas de los mal llamados «abusos policiales». Unas víctimas, entre las que están las de la tortura, a las que una vez más se maltrata como víctimas de tercera.

Decía el Sr. Makazaga: «… he venido denunciando una y otra vez al presidente del TSJPV, Juan Luis Ibarra Robles, como encubridor de la tortura y dado que parece no querer darse por enterado lo voy a volver a hacer, repitiendo punto por punto las razones, con sobrada base documental, por las que lo considero directo encubridor de esa lacra». Y enumeraba algunas muy claras, para concluir: «Juan Luis Ibarra Robles es un buen ejemplo de encubridor de la tortura situado en altas instancias del Estado, pero no deja de ser uno más en un estado completamente carcomido por esa lacra». Y el fiscal, que nos ha tocado en suerte, otro cara pan, y que hace pareja con él, en modo alguno alzarán la voz y demandarán ante la actuación anónima de la Ertzaintza esta mañana. Por el contrario serán su baluarte.

La postura del PNV, PP y PSOE con respecto a la tortura siempre fue un poema y una loa a la misma. Durante años han tirado del estribillo: «decía el manual de ETA que había que denunciar siempre haber sufrido tortura». Invento sacado de la manga por ellos y el Ministerio de Interior para justificar su colaboración con la tortura.

Los jóvenes juzgados denunciaron haber sufrido torturas; sus torturadores declararon en el juicio como testigos y peritos, y los únicos que censuraron su comportamiento y su conducta y alzaron la voz fueron los torturados. Y en medio resonó la voz del juez y del fiscal: ¡cállense, acusados, torturados, porque nosotros contribuimos a la misma! ¡Somos peones de tortura! Y los partidos, antes citados, gritan a coro en parlamentos y altavoces: ¡nosotros acatamos las sentencias judiciales, que es lo democrático! Y se cierra el ciclo. Y tú te callas porque lo democrático es torturar a quien nos apetece.

Los ertzainas, a los que he visto maltratar a jóvenes esta mañana, aparte de encapuchados iban sin identificar porque de lo contrario hoy habría denuncias concretas contra algunos en los juzgados. Pero no, el anonimato sigue siendo su aliado de impunidad de torturadores, de jueces, fiscales, políticos y ertzainas.

¿Que por qué ocurre eso? Porque jueces, fiscales, PNV, PP y PSOE también amparan la tortura y el maltrato.

Sí Fried, mejor hubiera sido que este tipo de gente no hubiera nacido.

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