Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería
En Euskal Herria, debe reconocerse a Araceli Sánchez Urquijo (1920-2010), nacida en Sestao, «niña de la guerra» emigrada a Rusia donde se formó como ingeniera, regresó al Estado en 1956 y un año después fue la primera colegiada en Ingeniería de Caminos Canales y Puertos.
Hoy, 23 de junio se celebra desde 2014 el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería, creado por la Women's Engineering Society (WES) en el Reino Unido con motivo de su 95° aniversario, y con carácter internacional desde 2017. Aunque no está entre las conmemoraciones vinculadas a UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Su objetivo es difundir y concienciar de la importancia de la ingeniería, profesión ejercida tradicionalmente por los hombres, para homenajear a aquellas mujeres , especialmente a las pioneras en las diferentes modalidades de la ingeniería, con su progresiva presencia en un ámbito esencialmente tecnológico y masculino.
La WES es una adelantada sociedad académica profesional creada en el año 1919 después de finalizada la Primera Guerra Mundial para en agrupar a aquellas mujeres que desempeñaban imprescindibles trabajos de ingeniería en sustitución de los hombres que movilizados masivamente participaban en el conflicto bélico. Esta urgente y necesaria actividad queda testimoniada en dos magníficos cuadros, muestra de un realismo social de emergencia: “The Munition Girls”, de 1918. de Alexander Stanhope Forbes (1857-1947) que se encuentra en el Science Museum Group Collection de Londres, y “For-King-and-Country”, de 1918 de Edward-Frederick-Skinner (1865-1924) en Imperial War Museum, también de Londres.
Una vez finalizada la guerra numerosas mujeres quisieron continuar en este novedoso sector laboral, industrial mostrando su disposición y capacitación para puestos de trabajo en el campo de la ingeniería. Asimismo, constituyó una notable oportunidad profesional para las sucesivas generaciones que desde entonces contribuye al desarrollo igualitario, económico y cultural de la sociedad.
Celebración bastante similar pero distinta, al día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra cada año el 11 de febrero, que en cambio fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 y amparada por UNESCO, con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, además de lograr la igualdad de género y su empoderamiento. Este día es un recordatorio de que desempeñan un protagonismo fundamental y que su participación debe favorecerse con la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
En el ámbito mundial destacan especialmente dos mujeres pioneras. Elisa Leonida Zamfirescu (1887-1973, Rumania) al parecer fue la primera mujer ingeniera en el mundo. Tras ser rechazada Escuela de Puentes y Caminos de Bucarest lo logró en Berlín, en 1912, un ejemplo de superación a todos los impedimentos y complejos de la época. Se dedicó además a la docencia y la investigación de geología.
También debe destacarse a Emily Warren Roebling (1843-1903), estadounidense. Es el caso singular de una persona sin formación académica pero con una decisiva contribución a la conclusión del Puente de Brooklyn (1870-1883) entonces el más largo del mundo de 1.825 metros. Después de que su marido Washington Roebling, ingeniero jefe del proyecto enfermara, su mujer Emily se convirtió de hecho en el ingeniero jefe de la obra transmitiendo las ordenes de ejecución de su marido y recogiendo el avance de la construcción.
En Euskal Herria, debe reconocerse a Araceli Sánchez Urquijo (1920-2010), nacida en Sestao, «niña de la guerra» emigrada a Rusia donde se formó como ingeniera, regresó al Estado en 1956 y un año después fue la primera colegiada en Ingeniería de Caminos Canales y Puertos. Falleció en Terán de Cabuérniga (Cantabria).
A pesar de su negativo recuerdo en Bilbao, no puede obviarse la figura de Pilar Careaga Basabe (1908-1993) que fue la primera mujer ingeniera en el Estado en una brillante carrera que terminó con 21 años, aunque no ejerció como tal y que con especialidad en ferrocarriles condujo la maquina de vapor de un tren entre Madrid y Bilbao. Posteriormente se dedicó a la política siendo en 1969 alcaldesa de Bilbao, la primera mujer en una capital del Estado hasta su dimisión en 1975 debido a las grandes polémicas que creó por sus impositivos criterios urbanísticos y su radical ideología franquista.