Agustín Rodríguez
Iniciativa Ciudadana Altza XXI

Donostia: urbanismo de esquizofrenia

El pasado 4 de octubre, en reunión celebrada en la casa de cultura Tomasene, la concejala de urbanismo del Ayuntamiento de Donostia, defendió, ante más de 100 altzatarras, la recalificación del ámbito de la antigua fábrica de Zardoya-Otis para la edificación de 546 viviendas bajo el argumento de que la densificación del suelo urbano es el único criterio que permite hacer un urbanismo sostenible, que permita no tener que ocupar el suelo rural, verde, virgen.

A los 20 días, el alcalde de la ciudad ha declarado a la prensa que el proyecto de edificar 3.000 viviendas en Auditz-Akular sigue sobre la mesa. Es decir, que, en Altza, la densificación brutal del ámbito de 20.000 m² de Zardoya, en Herrera, no va a suponer no ocupar también los prados, bosquetes, lomas y vaguadas del ámbito rural que conocemos como Auditz-Akular. No entendemos dónde ha quedado la sostenibilidad.

La promoción del ámbito de Zardoya, además de un buen pelotazo urbanístico para la multinacional Otis, va a llevar a las comunidades de Herrera y Altza a una situación de densificación insostenible. Los datos así lo corroboran.

En un estudio de campo recientemente realizado, que se presentará públicamente el próximo 7 de noviembre, se ha concluido que el estándar de dotación de espacios libre, parques y jardines es en Altza de 1,92 m² por habitante, cuando históricamente el mínimo legal siempre ha sido 3 veces mayor y la Organización Mundial de la Salud recomienda desde hace décadas entre 10 y 15 m² por habitante. El documento de diagnóstico del Plan Estratégico que fue encargado por la junta del distrito-este, ha venido a confirmar esta situación: de los ámbitos calificados como F10 y F20 por el Plan General del 2010 en Altza (espacios libres, parque y jardines) solo un 18 % reúne características para ser computable, el resto no.

En conclusión, la situación deficitaria en espacios libres y zonas verdes de Altza no es solo una percepción de la población, sino una verdad basada en los hechos.

Por otro lado, tanto el Plan General como la doctrina y práctica urbanística moderna propugnan la mixtura de usos en la ciudad. Quiere ello decir que no han de impulsarse espacios y entornos mono-funcionales. En la misma línea, las Directrices de Ordenación del Territorio del Gobierno Vasco rechazan la recalificación automática de zonas de actividades económicas para sustituirlas por uso residencial. En definitiva, el uso económico se ha de entremezclar con las viviendas.

Y, sin embargo, en Altza se ha hecho siempre todo lo contrario de lo que se debe hacer. En las últimas décadas, se ha permitido e impulsado la desaparición, y sustitución por uso residencial, de Nerecán, Ramón Vizcaíno, Rutilita... hasta el punto de desertizar de puestos de trabajo el territorio altzatarra. El Avance del nuevo Plan General es totalmente consciente y subraya esa situación y ha computado el déficit de puestos de trabajo: mientras en otros ámbitos de la ciudad hay 1 persona por puesto de trabajo, en Altza hay 6 personas por cada puesto de trabajo. Es decir, que la amenaza está detectada: la desertización económica de Altza. Y también las consecuencias: la ausencia de opciones laborales en el entorno altzatarra, el fracaso escolar más acusado entre los jóvenes altzatarras y, en definitiva, la falta de expectativas laborales de los jóvenes de nuestro entorno. Y ahora, habría que añadirle el caso Zardoya, motivo por el que habremos de concluir que las consecuencias referidas traen causa directa de la política urbanística del Ayuntamiento y que su responsabilidad es ineludible.

Para terminar, el alcalde justifica la edificación de miles de viviendas en Auditz-Akular en el hecho de que el Ayuntamiento a través de la compra de terrenos tiene mucho dinero invertido. En cualquier caso, está claro que no puede considerarse un argumento que sirva como criterio urbanístico para la ocupación de los suelos.

Tenemos que pedir tranquilidad al Sr. Goya, porque ese dinero estará muy bien empleado si se utiliza en la resolución de la penosa situación de los barrios de Altza. Al fin y al cabo, en la última década, todos los grupos municipales vienen aceptando que Altza es el resultado de los abusos y el caos urbanístico y las y los altzatarras siempre hemos reivindicado la reparación urbana, la redotación y la necesidad de reponer zonas verdes. Y esos pueden ser unos legítimos objetivos para el dinero invertido en Auditz-Akular, en un gran parque para todos los altzatarras.

Ha llegado el momento de que el Ayuntamiento priorice una política urbanística digna y realmente sostenible, sin dejar que sean las hipotecas del pasado las que hagan urbanismo.

Al momento de redacción de este escrito se hace pública la opinión de la concejal del PSOE, señora Garmendia, en el sentido de que rechaza la masificación urbana de 3.000 viviendas en Auditz-Akular. Sin embargo, no nos da tiempo a alegrarnos porque acto seguido ha propuesto que se ubique en las campas y prados de Autiz-Akular un parque tecnológico. En Altza queremos que aquí pasen cosas, que se creen puestos de trabajo pero, por decirlo brevemente, Auditz-Akular no es el sitio, por el mismo motivo que no lo es para acoger 3.000 viviendas. La estrategia de ocupación de suelos tiene que pasar por preservar el suelo rural, por los servicios que presta, la absorción del carbono, la generación de recursos hídricos y alimentarios, la lucha contra el cambio climático, etc. Sra. concejala, la cuestión no es qué colocamos en Auditz-Akular, sino que ese es un espacio a preservar, como se ha decidido que sea Antondegi, y prácticamente por los mismos motivos. Auditz-Akular tiene que ser un espacio natural. Para el parque tecnológico hay otros sitios en Altza con suficiente superficie, por ejemplo, el área industrial obsoleta de Txingurri.

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