Álvaro Carasa y Eva González
Concejales de Izquierda-Ezkerra en el Valle de Egüés-Eguesibar

Egües, el valle de los preferentistas... y de las desapariciones

100.000 euros de todos los vecinos y vecinas del valle. Esa es la cifra que el ex-alcalde de UPN, Josetxo Andía, decició un buen día invertir en preferentes. Lo hizo a pesar de ser una inversión especulativa e incompatible con la gestión de recursos públicos.

Lo hizo sin concurso público ni nada parecido. Lo hizo en marzo de 2011, cuando ya era bien sabido (y más por un profesional de la banca como él) que era muy mal negocio. Lo hizo en una entidad intervenida por el FROB para la que trabajaba y en la que estaba en excedencia. Lo hizo en la oficina que dirigía en ese momento Ángel Jiménez, también concejal (entonces y ahora) de UPN en Egüés. La pérdida para el municipio ha sido de unos 70.000€ de la ‘inversión’.

Ahora, desde su grupo dicen no saber nada de esa operación (este último incluído), a pesar de que tanto Estefanía Clavero como Alberto Idoate eran consejeros de Andacelay (sociedad pública que hace la compra), y que el propio Ángel Jiménez, además de director de la oficina era miembro de la Junta de Andacelay. Además, todos ellos miembros del entonces equipo de gobierno de Egüés (ella teniente de alcalde) y gobernando con mayoría absoluta, con la consiguiente falta de fiscalización por parte de la oposición al no estar presente en los órganos que toman esas decisiones.

Ahora, todos ellos niegan saber absolutamente nada. Ellos solo gobernaban el Ayuntamiento, gestionaban la sociedad, aconsejaban en el Consejo, adjudicaban a las empresas, formaban parte de las mesas de contratación (junto a las mismas empresas a las que habían adjudicado, por cierto) dirigían la oficina de la entidad donde se compraron las preferentes...y obviamente, cobraban por todo ello las correspondientes retribuciones, dietas de asistencia, etc. Pero saber, dicen no saben nada de nada. Ellos y ellas simplemente...estaban, calentaban la silla, se iban, y cobraban (o eso dicen ahora).

Tampoco reclamaron a Nasipa, la empresa que está detrás de casi todo lo denunciado en este Ayuntamiento, 1,2 millones de euros que debía pagar como gastos financieros, tal y como establecía el concurso por el cual ganó en una mesa de contratación en la que un miembro de la propia Nasipa decidía a quien se le daba la obra. Ese dinero, por cierto, será muy dificil recuperar, pues Nasipa ahora está en concurso de acreedores y el Ayuntamiento, al ser socio será el último en cobrar.

De locos. Nasipa participa en la decisión de dar a Nasipa una obra en la cual posteriormente ni abona, ni se le reclaman los 1,2 millones que debe abonar tal y como cita el propio concurso. De esto, en UPN tampoco saben nada de nada. Solo estaban por ahí.

Y ahora lo del bar perdido. El Ayuntamiento hace unas gradas nuevas en el campo de futbol y ordena pagar a Nasipa por desmontarlo con los propios módulos. Los módulos costaron al Ayuntamiento 154.000€, desmontarlo no llega a 15.000€. A pesar de que técnicos del área económica del Ayuntamiento advierten de ello, el bar es desmontado y entregado, al parecer a una subcontrata de Nasipa.

Ante todo esto, UPN, ya no a nivel local, sino regional, a través de Sergio Sayas manifestó recientemente que no tienen nada más que decir del tema, osea, que tampoco saben nada de nada. Para haber gobernado tantos años el valle han perdido mucho y se han enterado de muy poco. Nos preguntamos si se sienten cualificados para seguir representando al partido con mayor representación en el valle.

UPN ya cerró en falso el caso Galipienzo. Luego vino el caso Potau, y más tarde el caso Andía. Si su elección es volver a cerrar en falso les auguramos muchos problemas, pero eso, obviamente, no es problema nuestro, aunque si de los vecinos y vecinas del valle.

Bilatu