Noto una atmósfera de euforia. Parece que estamos cerca de la firma de un nuevo acuerdo nuclear con Irán que asegure que el régimen en Teherán no desarrolle armas atómicas en los próximos años. Ya hubo un acuerdo nuclear con Irán, que firmaron EEUU, Rusia, China, el Reino Unido, Francia, Alemania e Irán con la coordinación de la Unión Europea. Las negociaciones para aquel acuerdo empezaron en 2006, pero no fue hasta 2015 que el acuerdo se firmó. Luego llegó Trump al poder en EEUU, y en 2018 dejó ese acuerdo unilateralmente. Ahora, desde hace más de 16 meses, han habido negociaciones para un acuerdo nuevo. Hay problemas que resolver pero todas las partes involucradas indican que estamos cerca de un acuerdo nuevo.

Según las noticias que han ido apareciendo en los últimos días, después de casi año y medio de negociaciones la UE considera «razonable» la respuesta del gobierno de Teherán a su propuesta, a la espera de la evaluación que hagan EEUU y Reino Unido. Y según estos últimos países, aunque hay escollos que resolver, están cerca de la firma de un nuevo acuerdo nuclear con Irán. Europa vislumbra un alivio en un mundo lleno de tensiones, guerras, conflictos interminables o amenazas a la estabilidad en varias regiones del mundo. Y eso sin mencionar los problemas económicos que sufrimos por toda Europa –especialmente en los países que son muy dependientes del gas y petróleo rusos– que ven poco remedio a su dependencia a corto plazo mientras los precios siguen por las nubes. Al menos ahora parece posible un nuevo acuerdo nuclear con Irán. Claro que todo el mundo espera que Irán pueda aumentar sus exportaciones del petróleo y gas natural a los mercados internacionales, lo que puede bajar los precios, aunque los líderes en Teherán también son muy calculadores y la cuestión de si los precios de petróleo y gas a nivel mundial van a bajar o no, es todavía una cuestión por resolver.

Tanto en Washington como en Teherán, existen fuerzas contra el pacto, pero el Ayatolah Jameneí, líder supremo actual de Irán, sabe que las severas sanciones que sufre la población podrían amenazar la estabilidad del régimen.

Irán reclama garantías de que EEUU no se volverá a retirar del acuerdo nuclear, mientras Europa intenta apuntarse un tanto diplomático que asegure la estabilidad en el Oriente Medio.

EEUU ha dicho que los principales detalles para el regreso al pacto nuclear con Irán ya han sido resueltos y confía en que la negociación ya haya entrado en su recta final.

El 16 de agosto, Irán envió al alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, su respuesta a la propuesta de la UE para salvar el pacto nuclear. En la respuesta, se menciona que hay diferencias en tres cuestiones y EEUU ha mostrado flexibilidad en dos de ellas, pero la tercera cuestión trata de las garantías del acuerdo, y según IRNA, la agencia de noticias oficial iraní, la diferencia persiste en esa cuestión. El ministro de Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdolahián, parece indicar que la firma del acuerdo está cerca pero pide flexibilidad a EEUU.

Las negociaciones se han visto afectadas por el ataque de un islamista radical al escritor Salmán Rushdie, además de que EEUU acusa a un miembro de la Guardia Revolucionaria iraní de planear el asesinato del exasesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Bolton.

Las tres principales cuestiones pendientes en las negociaciones por un acuerdo nuclear con Irán, son las siguientes:

1. Garantías de que EEUU no abandonará de nuevo el acuerdo, como hizo el expresidente Donald Trump en 2018;

2. La petición iraní de que se cierre una investigación del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) acerca del origen de las trazas de uranio encontradas en tres lugares que Irán no había declarado;

3.Las garantías del acuerdo que vayan a incluirse en el texto final.

Sin embargo, en otros temas, como las sanciones estadounidenses contra la Guardia Revolucionaria iraní sí que se han alcanzado acuerdos.

Irán y las potencias occidentales negocian la restauración del acuerdo nuclear de 2015 que limitaba el programa nuclear iraní a fines pacíficos, a cambio del levantamiento de sanciones contra Irán. Pero hay que recordar que no estamos hablando de «todas» las sanciones. Por ejemplo, hay algunas sanciones impuestas contra Irán por ser, presuntamente, un Estado patrocinador del terrorismo y nunca ha habido ninguna negociación con Irán para que esas sanciones se levanten, aunque Irán claro que lo desea.

El nombre formal del acuerdo nuclear con Irán es el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC, o JCPOA según sus siglas en inglés), y lo firmaron Irán, China, EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia, Alemania y la Unión Europea. Tras su firma, el PAIC fue incorporado al derecho internacional a través de la Resolución 2331 del Consejo de la Seguridad de la ONU. El acuerdo estableció el levantamiento de las sanciones económicas contra Irán a cambio de la limitación, por parte iraní, a usos pacíficos su programa nuclear, en desarrollo desde mediados del siglo veinte (durante el régimen del último Shah). También se estableció un mecanismo de vigilancia de posibles incumplimientos de la mano de la OIEA.

Varios factores explican que Irán negocie con EEUU, con los que no mantiene relaciones diplomáticas desde la revolución que trajo al poder el actual régimen iraní. Un factor muy importante es el creciente descontento social en Irán, unido al sufrimiento económico provocado por las sanciones internacionales, que obligaron a la República Islámica a aceptar la vía diplomática como medio para demostrar a la comunidad internacional las intenciones pacíficas de su programa nuclear. Los demás firmantes vieron en el acuerdo una oportunidad para asegurarse de que Irán no se hiciera con armas atómicas, y para la Unión Europea, también una oportunidad para aumentar sus intercambios comerciales con el país. Los detractores del acuerdo afirman que no debía existir fecha límite para restringir el programa nuclear iraní, sino una suspensión indefinida. De hecho, incluso si llegamos a un pacto que ninguno de los firmantes vuelva a romper, incluso en ese escenario, las restricciones contra Irán se pueden aplicar durante diez o quince años, pero después, la República Islámica puede reanudar su programa nuclear tal como estaba antes del acuerdo. El régimen iraní empezó a incumplir sus obligaciones en 2019, en represalia por la salida unilateral de Trump del acuerdo, en 2018. Pero el 20% de enriquecimiento de uranio, que tiene lugar en Irán, está muy por debajo del 90% requerido para desarrollar una bomba atómica.

Para mí, una cuestión importante es que, como muchos dirían en EEUU, «¡nos hemos fijado mucho en los árboles, pero hemos perdido de vista el bosque!». Nos hemos fijado en lo que los líderes de cada país involucrado dicen y hacen en las negociaciones para un acuerdo nuclear, pero quizá estamos olvidándonos de esta cuestión: ¿para qué va a servir un acuerdo nuclear? ¿No sería mejor si, en vez de enfocarnos tanto en el tema del desarrollo o no –por parte iraní– de armas nucleares que solo sirven para una guerra o para amenazas de guerra, nos enfocamos en gastos sociales que beneficien a toda la sociedad? Como, por ejemplo, gastos en sanidad pública, en educación pública, en un buen sistema de seguridad social (que, de paso, también falta en los EEUU) u otros gastos sociales. Sería bueno que los políticos, por muy «líderes» que sean en sus respectivas sociedades, no se fijaran tanto en sus posiciones de liderazgo, sino en el hecho de que están donde están para servir a sus respectivas sociedades, a sus pueblos. Para mí, claro que es un deber nuestro asegurarnos de que nuestros gobiernos reduzcan los gastos militares y aumenten los gastos sociales. Esta me parece lo lógico; es una cuestión de estar en buen camino o en un camino equivocado.