Ricardo Cruz-Lopez
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El coronavirus y el sufrimiento de Euskal Herria

Este asunto parece totalmente sorprendente: ¿Cómo relacionar una pandemia a nivel mundial y la tristeza específica de Euskal Herria?

El título que he utilizado para este artículo, en apariencia, le parecerá extraño a más de una persona. ¿Tiene algo que ver el coronavirus con el sufrimiento y la triste situación de Euskal Herria? Pues, aunque no tenga una relación directa, tal vez no esté tan alejados uno del otro el enorme sufrimiento que el conflicto vasco durante tantos años le ha traído a Euskal Herria y el que esta pandemia nos ha traído y, por ello, en este artículo intentaré aclarar los contextos de las dos situaciones y las graves consecuencias que le han reportado a nuestro pueblo.

En primer lugar, como todos sabemos, Euskal Herria ha conocido un conflicto largo, triste y doloroso durante muchos años, que hoy todavía, aunque los vascos de un lado y del otro defiendan lo contrario, permanece vivo y sus dolorosas consecuencias continúan, aunque, como he dicho anteriormente, la gente piensa que está solucionado y da prioridad a otros temas. Ahí están los presos, los torturados, la represión de la Guardia Civil y de las fuerzas policiales, ETA, aunque al principio practicó una lucha liberadora, los asesinatos que cometió posteriormente provocaron la tristeza y el rechazo, en general, en la sociedad vasca, se dividieron las familias, los grupos de amigos y las cuadrillas, tantos y tantos íntimos amigos desde la infancia dejaron de saludarse entre ellos... El tema todos lo conocemos sobradamente y, por ello, no me extenderé sobre ello. Solamente quiero decir una cosa sobre esto: me sorprende extraordinariamente la poca importancia que las dos fuerzas políticas más importantes de Euskal Herria, el PNV y la izquierda abertzale, le conceden a este tema. El PNV, en mi opinión, anda en su mundo, algunas cosas las hace bien, no lo voy a negar, pero no le da la suficiente importancia a que nuestro pueblo consiga la paz y no utiliza la gran fuerza que tiene en ese trabajo de construcción de la paz. La izquierda abertzale, por el contrario, está inmersa en los sueños revolucionarios de Che Guevara, aunque haya cambiado las formas, cree que un día el pueblo se levantará contra los enemigos y que nos vendrá un liberador y, en mi opinión, no es capaz de entender la profunda tristeza de Euskal Herria, porque cree que un días se llevará a la práctica su proyecto liberador. El sufrimiento, por lo tanto, continúa ahí y no tiene trazas de desaparecer.

En segundo lugar, y aquí viene el núcleo del análisis de mi artículo de hoy, planteo el siguiente tema: el covid-19 y la tristeza de Euskal Herria. ¿Tienen algo que ver entre ellos? Este asunto parece totalmente sorprendente: ¿Cómo relacionar una pandemia a nivel mundial y la tristeza específica de Euskal Herria? Por supuesto, una realidad no ha originado la otra, sería una locura decir lo contrario, pero me parece que ha sucedido lo siguiente: este pueblo ha conocido profundamente durante muchas y muchas décadas el dolor del contencioso vasco y, con sus claro-oscuros, cuando parecía que un rayo de esperanza aparecía en el cielo y que la paz estaba más cercana, nos ha venido el covid-19 y todo lo que ha creado: la enfermedad, la muerte de las personas, el miedo, el desasosiego, en el aspecto económico el gran sufrimiento que ha traído y traerá a muchos ciudadanos nuestros –les quiero transmitir a todos mi solidaridad–, la intensificación del individualismo, los cambios que provocará en la sociedad... y no voy a continuar, porque, desde que empezó la crisis, se ha hablado ininterrumpidamente sobre este tema en todos los periódicos, televisiones, radios y medios de comunicación, y no puedo añadir nada nuevo a lo que ya se ha dicho. Hay, por el contrario, un tema que, en mi opinión, no se ha mencionado tanto y, que como pueblo y como comunidad, tiene una gran importancia: en términos generales, el dolor que el covid-19 le ha traído a la sociedad, ¿no será otro dolor añadido al que desde hace mucho tiempo sufría Euskal Herria? Es decir, si hasta ahora, por las razones mencionadas anteriormente, y por muchas otras seguramente, estábamos tristes y cabizbajos como pueblo, este nuevo problema que nos ha venido ahora y que tendrá unas repercusiones tan profundas, ¿No nos golpeará mucho más? ¿No nos quitará o, al menos, nos disminuirá la fuerza para trabajar en la pacificación? Me preocupa bastante este tema y, como siempre, no veo a las personas de mi alrededor demasiado preocupadas. ¿Seremos capaces de construir un pueblo y una sociedad libres y basados en los derechos humanos de todas las personas? No lo sé, pero lo que estamos viendo estos días con el preso Patxi Ruiz, y no es más que un ejemplo, no me hace sentirme excesivamente optimista.

Para terminar, diría lo siguiente: aunque ya sé que es muy difícil, intentemos, conjuntamente con supera y curar el daño que nos ha traído el covid-19, curar el profundo dolor que tenemos como pueblo, para que consigamos una sociedad vasca sana y libre, sin violencia y fundamentada en el respeto a los derechos humanos de todas las personas.

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