Queremos soluciones ya, pero no las tenemos. Queremos respuestas fáciles en tiempos complejos... leíamos en la prensa del día 26

Desde lo resolutivo y lo operativo respectivamente, son mas una justificación a aceptar que no les queda otra, que un reconocimiento de incapacidad. Por causas ajenas al gobierno o no, pero incapacidad que viene a decir que con las medidas aplicadas hasta hoy no han sido capaces de atajar los PCR positivos. Sin información añadida a la que nos llega por los medios, la mayoría acepta bien aplicar mayor rigor restrictivo... porque nos arrimamos en exceso.

Según el Instituto Carlos III, los hospitalizados y muertos por enfermedades al 30 de setiembre, no ha sido superior al de otros años. Sin separar por causas con el nuevo patógeno, estamos enfermando igual que con el causante de la gripe estacional. ¿Porqué obligaron a toda la población a guardar las mismas medidas, cuando la misma OMS (David Nabarro) reconoce que fué y será un nuevo error hacerlo? Formados en años para autogestionar la salud, hoy como siempre, nos aplicamos en cuidados al menor síntoma de resfriado por invasión de patógenos gripales. Crece la experiencia al superarlo; el sistema inmunitario se fortalece... por la dieta e inestimable ayuda de la fiebre amiga.

¿Restricciones para protección sociosanitaria global o de reducción psicosocial? Todo muy sospechoso, como mínimo por ser medidas muy infantilizantes. Una invasión y burla a nuestra madurez; desprecio al esfuerzo familiar de años demostrando experiencia y conocimiento de cómo mantener activo nuestro sistema inmune. Desde ese afán pionero del Sr. Urkullu, hasta el Sr. Otegi pidiendo medias de hasta cinco veces mas rastreadores PCR incentivados; ¿en que parámetros ubicamos? ¿locura invasiva, inconsciencia o irresponsabilidad?

Educar en salud y nutrición desde la escuela, y dejarnos crecer «enfermando» físicamente en comunidad, es razón economica y ecologica de progreso. De otra manera, nos restan individualidad y merman nuestra salud, en base a «remedios» demostradamente peores que la propia enfermedad (OMS) que dicen combatir, como es el uso generalizado de mascarillas al aire libre. La estadística clínica de consecuencias hasta de terminar en la UCI, aunque la causa no hacen constar en los informes por orden de «los de arriba», dice todo.

En una sociedad secularmente enferma, desestructurada por conflictos sociales y familiares que devienen en transtornos psicológicos derivados de precariedad y pobreza creciente, ¿qué muestras de prevención, protección y recuperación, que no sean anulantes psicofármacos tóxicos e invasivos, nos han dado estos mismos gobernantes hasta hoy empeñados en conducirnos en cuidados para la salud física con un taca-taca sanitario? lo mismo en lo psicoemocional... ninguna.

Injustificable e increible el exceso de celo paternalista de gobiernos a la cola de la UE, en PIB/gasto médico-hospitalario percápita, a la cabeza en farmaceútico «Escuchemos a quien hay que escuchar», concluye. De hacerlo bastante mejor lo iríamos resolviendo, a infinitamente menor gasto público y desgaste de la salud psicoemocional de toda la ciudadanía... que es lo que enferma de verdad.