Jesusmaria Soubies Garate
Miembro de Arabako Pentsionistak Lanean -APL- Gaurgeroa

El principio del fin del crecimiento de Mercedes en Gasteiz, o más bien el principio del fin de la tiranía de la gran patronal

Lo que se juegan es una política patronal e industrial impositiva, una práctica contractual laboral a capricho de las grandes empresas. La patronal se juega mucho en este referéndum, y la población trabajadora mucho más

En las negociaciones de Mercedes Benz entre el Comité de Empresa y la Dirección, los alemanes buscaban un fin desde el principio: precarizar las condiciones de trabajo y negarse a una subida del IPC real de los salarios, es decir reducir salarios. La 6ª noche les salió mal: la platilla lo tenia bien claro. El plan de Mercedes fracasó, pero en ningún momento se cuestionó la famosa inversión.

La patronal ha hecho piña con los dueños de Mercedes Benz. La presión y el «bulling» sobre la plantilla es enorme. Los medios de comunicación de estos últimos días, miércoles, jueves y viernes con titulares en primera plana, no dejan lugar a dudas: se trata de un «bando patronal», de un «se hace saber», vergonzoso. Además de dirigirse a la propia plantilla de Mercedes, se dirige a toda la opinión pública vasca, en particular a la opinión pública de Gasteiz para que presiones a la platilla de Mercedes a votar SÍ. Insisten en la «responsabilidad». Aseguran que además de a las 5.000 personas directas de la plantilla afectará a otras 30.000 más.

Esa exhortación a la sociedad para que presione a la plantilla de Mercedes a que «entren en razón», es la principal razón por la que los agentes sociales y la propia sociedad puede y debe opinar sobre este asunto: como lo estoy haciendo yo mismo, por ejemplo. Es más, si es tan importante el tema en litigio, hágase un referéndum sobre un nuevo marco jurídico laboral que se adecúe a los nuevos tiempos. Naturalmente, toda la sociedad debe votar. Y si algo no es justo ni razonable a la hora de tomar una decisión trascendente, es presionar hacia una decisión concreta, el dictador Franco ganaba así todos los referéndums: que si sale que NO va a ser el Principio del Fin de…
 
A qué juega la dirección de Mercedes: según su portavoz, Emilio Tito sólo cabe el SÍ, que es la única papeleta «responsable». O sea, que el futuro económico, laboral y jurídico de la población trabajadora, dependerá de las propuestas que hagan multinacionales como Mercedes Benz SÍ o SÍ, y cómo no, también, por derivación, el futuro ecológico, el de la transición energética, el del modelo de transporte, el del agotamiento de recursos, y el de las soluciones a todos esos problemas, deberá pasar por las propuestas que hagan las grandes multinacionales y las elites económicas… el resto basta con que vote SÍ.

Pero la realidad es tozuda y delata la hipocresía de nuestros gobernantes, que más que perfiles políticos empiezan a mostrar los de «mandarines» y «zares». No hay más que ver con que insensatez gobiernan los asuntos públicos y cuan injustas son las soluciones que adoptan ante los problemas mundiales y globales; y cuanto sufrimiento producen las medidas que se están tomando ante ellas; las angustiosas situaciones que provocan sus decisiones en los sectores sociales más pobres y en los países más pobres.  

Naturalmente, lo que se juegan en Mercedes no es una inversión de 1.200 millones en la planta gasteiztarra. Lo que se juegan es una política patronal e industrial impositiva, una práctica contractual laboral a capricho de las grandes empresas. La patronal se juega mucho en este referéndum, y la población trabajadora mucho más. Es lamentable, aunque ya no sorprende a nadie, que sindicatos como UGT y CCOO: agentes sociales por «antonomasia» se alineen una vez más con la patronal.

El NO, no será ningún principio del fin para la clase trabajadora, sino el principio del fin de la postración laboral y sindical en la que estamos inmersos; el principio del fin de la impotencia y pesimismo laboral; el principio del fin de los contratos basuras y de salarios de mierda.

El resultado de Mercedes, va a ir más allá de su valla; afectará a toda la población trabajadora: y no lo digo yo, lo han dicho ellos. Es hora de decir BASTA, el futuro es mucho más importante, mucho más serio de lo planteado, y va a requerir mucho más  que esos 1.200 millones, que por cierto son parte de la plusvalía producida por los propios trabajadores y trabajadoras de Mercedes Benz.

Referéndums sí, pero que sean democráticos no pucherazos.

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