Txus Pérez Artuch

En setiembre: papel, lápiz y goma

De aquí a enero nos atiborrarán con el mensaje de que la guerra no cesa, las conflictos energéticos van a la deriva, que es una situación insostenible allá por donde se mire.

Por si alguno o alguna no se ha enterado todavía y, a pesar de que todos los indicios son inequívocos, ¡aquí está! El noveno, el archinombrado, el esperadísimo, el temido, el inevitable… ¡setiembre! Le quito la «p» para aflojar guindas del tema, porque dicen que nos vienen curvas de veritas. Porque el meneo serio empieza ahora, ¿no? Llevamos desde mitad de mayo oyendo el incesante chismorreo de que llegará un otoño dramático, aterrador energética y económicamente hablando, y que volveremos a las peores situaciones de crisis e incluso las superaremos con creces. Pues faltan veinte días para iniciar ese otoño climático, pero el que nos ocupa ya lo tenemos descosiendo la pernera. Señores y señoras políticas, ¿podemos hacer ya clic en nuestras rutinas? ¿Ya podemos dar las vacaciones, la playa, el sol, y nuestro estado de bienestar por olvidados? Cuatro meses metiendo cizaña y miedo con lo que nos viene encima, pasándonos a la plebe la patata caliente de que el ahorro pasa por cada una de nuestras casas, sueldos y cestas inasequibles de la compra, y ustedes disfrutando igualmente de sol, playa y vacaciones (ojo, que bien merecidas las tienen), como si no supieran y manejaran lo que se avecina y está por venir.

De aquí a enero (hasta hace no mucho febrero era realmente frío; ahora ya no sé qué decir) nos atiborrarán con el mensaje de que la guerra no cesa, las conflictos energéticos van a la deriva, que es una situación insostenible allá por donde se mire, que habrá que tirar de carbón «del verde», o mejor, del brasero para calentar este lodo manoseado por los malos, malísimos, ma-lo-sos.

¿Han intentado en todo este tiempo llegar a acuerdos reales, verídicos, sinceros, prolíficos, humanitarios, pacíficos sin pensar en blanco gana a negro, Norte sobre Sur, Occidente&Oriente, dinero borra paz o Europa-USA contra hoz y martillo? Sale más rentable y eficaz para el tejido de la telaraña el trabalenguas infalible de: «la inflación derivada por la guerra, erra que nos desenergetizó, tizó, buena desestabilizadora, dora económica será, será». No traba mucho-mucho, ni rima-rima, pero a base de repetirlo calará-calará.

¿Qué hay de aquello que llamaron la última oportunidad para salvar el cambio climático autoprovocado? Jua, jua, jua. Voy al banco a ver si me regalan un paraguas que va a empezar a llover y no ha de parar.

Señores políticos, en sus manos y prestos a sus mensajes. Papel, lápiz y goma.

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