Jesus Cantero Gonzalbo

Engels: el segundo violín del marxismo o el primero del ecologismo

¿Cuantos kilómetros tenemos en el país vasco? ¿Cuántos están protegidos? El mar ha sido nuestra segunda patria, ello nos obliga a protegerlo.

Friedrich Engels nació el 28 de noviembre en Bramen Alemania, puede que sea las dos cosas. Hace unos días atrás ha sido su bicentenario de nacimiento y que prácticamente nadie se ha acordado de Engels a pesar de su aportación a los cambios filosóficos, políticos, económicos, etc.

Empresario exitoso de una fábrica textil, siempre le acompaño esa contradicción de ser un autentico «gentleman», que es de lo que criticaban sus detractores, de el decían que era un «gentleman comunista y sus ideales igualatorios».

Pero mientras Marx se centraba en la economía política y la crítica al capitalismo, Engels se centro más en la naturaleza, «fue pionero del ecologismo, el urbanismo, el feminismo, la tecnología, el darvinismo, etc».

Es de resaltar su aproximación al pensamiento ecológico cuando conecto la revolución industrial con la destrucción y el daño al medio ambiente, y que le conecta con la realidad de hoy en día. Y escribió, «Los ciudadanos pueden trabajar en armonía con la naturaleza y comparte con ella, pero para controlar esta relación se requiere una revolución completa del modo de producción hasta ahora existente y con el orden social contemporáneo». Más claro…

Conviene no olvidar a esta persona central de la historia de las ideas cuyo bicentenario, desgraciadamente ha pasado bastante inadvertido.

Hoy en día estamos muy pendientes de una vacuna que nos libre de una muerte física ante la pandemia que estamos padeciendo covid-19, cuando en realidad esta pandemia es el resultado de cómo nos estamos comportando con el planeta nuestra madre tierra «ama lurra», no hay planeta B, yo creo que tendríamos de buscar y desarrollar una vacuna intelectual, mental para darnos cuenta que tenemos que cambiar y vivir de diferente manera, es posible el tiempo lo dirá pero si no espabilamos pronto, nos vamos digamos al agüero.

Hay que solucionar la crisis «socio ecológica». Es tan prioritario como la pandemia del covid-19.

La esperada vuelta a la normalidad no debería suponer regresar al nivel de emisiones de antes de la covid-19.

Yo humildemente me atrevo a presentar unos retos ambientales para poner en práctica el próximo año, 2021. Va por ti Friedrich.

1. Una recuperación verde. De los 72.000 millones de euros del plan de recuperación económica anunciado por el Gobierno central para el periodo 2021-2023, el 37% –26.600 millones de euros– se destinará a acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, siendo la partida que más fondos va a movilizar. Expertos, científicos y entidades internacionales aseguran que estamos ante una oportunidad histórica.

Desarrollar la economía de la selva, o como se dice en los círculos cultos. La economía circular, la casa hay que empezarla por los cimientos por lo tanto hay que desarrollar las energías renovables y alternativas. La ecología de género.

2. Frenar la crisis climática. La crisis provocada por la covid-19 no debe hacernos perder de vista la urgencia de frenar el calentamiento global. Los gobiernos deberían declarar el estado de emergencia climática, hasta que el mundo haya alcanzado un nivel de cero emisiones netas de CO2. Así lo proclamó el secretario general de la ONU, António Guterres, en una cumbre de líderes mundiales celebrada en diciembre en motivo del quinto aniversario del histórico acuerdo climático de París. Los presupuestos para este año presentados por el gobierno vasco no se aproximan ni en broma.

3. Soluciones basadas en la naturaleza. Se busca alcanzar un pacto mundial para proteger la biodiversidad, al estilo del Acuerdo de París con el cambio climático. Un primer paso será la celebración de la quinta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en febrero, que tendrá como lema «Fortalecer la acción por la naturaleza para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible».

Los recursos naturales dicen basta. La organización Global Footprint Network lo dejó claro el verano pasado: en 210 días ya se habían consumido recursos naturales por encima de la capacidad de regeneración de los ecosistemas. La sobreexplotación del planeta ha llegado a un punto de no retorno: si seguimos a este ritmo, necesitaremos 1,75 Tierras para sobrevivir. En Euskadi lo sobrepasamos casi por tres veces.

5. Llegan las comunidades energéticas. El Gobierno español debe transponer a la legislación española dos directivas europeas en las que se establecen dos modelos de comunidades locales de energía: la Comunidad de Energías Renovables y alternativas, la Comunidad Ciudadana de Energía. Las directivas persiguen garantizar el derecho a producir, consumir, almacenar y vender la propia energía renovable de la ciudadanía. El cambio legislativo impulsará el autoconsumo de electricidad renovable.

La mejor combinación para desarrollar las energías renovables y alternativas es colocar en los tejados, placas solares y la mini eólica, combinada con la geotermia, seria las más barata, mejor y funcional.

Y aquí nos quieren vender una de planta de gas, y ni más ni menos es la consejera de medio ambiente.

6. Una gestión del agua eficiente y sostenible. Si queremos agua, lo único que tenemos que hacer es abrir el grifo. Esta acción tan fácil nos hace olvidar que es un bien tan necesario como limitado. Garantizar el futuro de este recurso pasa por conocer el volumen real de agua que consumimos a diario, la huella hídrica, y hacer una gestión más eficiente y sostenible.

Hay que desarrollar el ciclo del agua; el agua viene limpia tiene que volver limpia.

7. Poner fin a la sobrepesca. El acuerdo alcanzado por los ministros de pesca de la Unión Europea sobre las oportunidades de pesca para el 2021 continúa lejos de asegurar una pesca sostenible en línea con el consejo científico. El objetivo es conseguir que el acuerdo que se fije a finales del nuevo año para el 2022 sí ponga fin a la sobrepesca en mares y océanos. Los países llamados desarrollados estamos haciendo de piratas del mar, dejando a las comunidades locales de los países que vamos a esquilmar sus mares, o sea su sustento, y después nos quejamos de las pateras que vienen a nuestras costas, con gente que lo único que quieren es vivir y desarrollar su vida en paz, porque nosotros se la hemos quitado en sus países de origen.

8. Más frutas y verduras. La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el año 2021 como el Año Internacional de las Frutas y Verdura. Las dietas ricas en estos productos, especialmente si son de proximidad, no solo son más saludables sino que generan menos emisiones de dióxido de carbono que las ricas en carne, en especial carne roja, y son menos perjudiciales para la biodiversidad. La agricultura ecológica tenía que declararse como un servicio a la comunidad como son la sanidad, educación, etc.

9. Unos edificios más eficientes. Los edificios son unos grandes consumidores de energía y, como tales, contribuyen al calentamiento del planeta. Según la Alianza Rehabilitar el Futuro y a la contaminación, estas construcciones –el 80% de las cuales son ineficientes en términos energéticos– son responsables del 40% del consumo de energía final y de un tercio de las emisiones de dióxido de carbono.

La despoblación de las zonas rurales se traduce en un crecimiento de las urbes, que acaban convirtiéndose en mega ciudades. Aunque, a priori, no parece que esto tenga que suponer daño alguno al medioambiente, pero si no se urbaniza de forma «inteligente» y si no se transforman las grandes metrópolis en mega cementerras. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia español plantea la rehabilitación de 500.000 viviendas en los tres próximos años, un ritmo rehabilitador 20 veces superior al actual. El tener una vivienda donde vivir tiene que ser un derecho propio. Declarar a los fondos buitres ilegales.

10. Proteger la biodiversidad. Cuantas especies de animales en este país están en declive ni se sabe. Hay que hacer un catalogo haciendo la una radiografía completa sobre el conjunto de la biodiversidad basada en la mejor evidencia científica. Urge frenar esta destrucción cambiando el modelo agrícola, pesquero, de gestión del agua, industrial, evitar la introducción de especies exóticas y/o invasoras…

Las fuentes hídricas se secan, el planeta se desertifica. En cinco años 1.800 millones de personas vivirán una escasez absoluta de agua y dos tercios de la población mundial no dispondrán de suficientes recursos hídricos. Las sequías, cada vez más frecuentes, están degradando los suelos, ya de por sí dañados por las técnicas de agricultura y ganadería intensivas e invasivas. Es mucho lo que hay por hacer. No echar la culpa a la sociedad por su comportamiento, los políticos con sus leyes tienen mucha culpa. Educación Ambiental empezando por los políticos.

¿Qué pasa cuando los árboles desaparecen?

Además de sin agua, la Tierra también se queda sin bosques. Los incendios forestales –cada vez más extendidos–, la tala ilegal y la deforestación caminan de la mano. Por ello, cuidar de los bosques es uno de los retos medioambientales, son los pulmones verdes del planeta.

11. Una movilidad más sostenible. La pandemia ha provocado un menor volumen de tráfico por carretera y aéreo, lo que ha supuesto una reducción de las emisiones de dióxido de carbono de hasta el 8% en el 2020. La esperada vuelta a la normalidad no debería suponer regresar al nivel de emisiones de antes de la covid-19, por el bien del planeta y de nuestra salud. La tecnología no va reparar el daño causado al medio ambiente, ni va a solucionar el futuro, el cambio esta es nuestra mente, hay que cambiar el chic. A mas coches más contaminación atmosférica y el GV quiere hacer mas carreteras como los túneles que unirán Getxo con Portugalete, y algunos etcétera más, como el conquis, demencial.

12. Duplicar las reservas marinas. España tiene 8.000 kilómetros de costa, pero si quiere recuperar un sector turístico, deberá poner el foco en lograr un medio costero y marino en excelente estado de conservación, advierten algunos expertos. Ahora un 13% de las aguas marinas están bajo alguna figura de protección, pero los acuerdos internacionales obligan a elevar esa cifra hasta el 30% en el 2030.

¿Cuantos kilómetros tenemos en el país vasco? ¿Cuántos están protegidos? El mar ha sido nuestra segunda patria, ello nos obliga a protegerlo. Creación de museos marinos, arrecifes artificiales.

Hace unos días el prestigioso Washington Post, ha pedido a sus lectores que describieran con una sola frase al 2020. Clark Smith un pequeño ciudadano de 9 años. Escribió es como si vas a cruzar una calle, miras con cuidado a ambos lados y de repente, te atropella un submarino. Pues eso…

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