Xose Miguel Fernandez, Aitor Garaiurrabaso, Daniel Oliva y Joxean Urkiola
Integrantes de CIG, ELA, SCAT y LAB

ERE en BBVA: Casi 3.000 despidos mientras el Banco sigue obteniendo enormes beneficios: inaceptable

La plantilla no se merece esto, ni la prepotencia de la dirección del banco, ni la traición de algunos sindicatos que parece no importarles demasiado dejar a todas esas personas en la calle. No tienen alma, como el dinero, solo buscan aumentar sus beneficios, las personas no les importamos.

El banco no rectifica e impone los despidos para solventar el «excedente» que dice tener, con la complicidad sindical de CCOO-UGT-ACB que, hasta hace unos días, decían que el ERE no tenía razón de ser.

Se confirmó un acuerdo que le permitirá al BBVA a despedir a casi 3.000 compañeras y compañeros, pese a que en los informes contradictorios presentados por todas las organizaciones sindicales en la Mesa han manifestado que no está justificado el ERE. ¿Por qué entonces lo han firmado?

Quienes suscribimos este artículo, representantes de cuatro sindicatos de Galiza, Catalunya y Euskal Herria presentes en las negociaciones, no estamos en absoluto de acuerdo. Tampoco en la manera como ha transcurrido la llamada «negociación» de este ERE: dudamos de que haya sido una negociación real y mucho menos en su final, que va a llevar a muchas compañeras y compañeros al despido.

Hemos intentado, pues consideramos que era nuestra obligación intentarlo, hacer recapacitar a la empresa, le hemos demostrado que no existen razones para el ERE, hemos presentado nuestro informe contradictorio, pero siempre nos hemos encontrado con la misma posición del banco: no a retirar el ERE y que teníamos que aceptar despidos; algo que no compartimos y, además, hemos demostrado hay alternativas para evitarlos.

El banco, por mucho que diga lo contrario, no ha querido negociar, solo variar un poco la mísera oferta presentada al inicio del proceso, una propuesta «inflada» para terminar en el número de despidos que pretendía desde el inicio. No hay más que recordar como, a principios de año, algunos medios de comunicación ya anunciaban que serían 3.000 los despidos; pero al inicio de las negociaciones presentaron 3.798, para terminar luego en casi los tres mil anunciados.

No podemos aceptar tampoco que además de despedir a muchas compañeras y compañeros, se les pretenda castigar aun más modificándoles y poniéndoles unas condiciones que van a agravar aún más su futuro. Si como consecuencia de los despidos y de empeorar sus condiciones, en algún caso no pudieran hacer frente a su hipoteca, ¿les van a desahuciar? Desgraciadamente no sería de extrañar, las personas no les importamos, el dinero y sus beneficios sí.

Quieren salir de esta situación, a la que nos han llevado tras una mala gestión del banco. No queremos ni podemos olvidar las pésimas inversiones realizadas, el caso Villarejo, que demuestra lo que han sido capaces de hacer algunos de los dirigentes del banco y así un largo etc., todo ello para que, ahora, sea la plantilla quien pague las consecuencias y eso es inaceptable.

El banco se sale con la suya y consigue sus objetivos «gracias» a la colaboración de quienes prefieren pactar con la patronal que defender a la plantilla, que por cierto respondió mayoritariamente con la huelga del 25 en Catalunya y el 26 en Catalunya, Galiza y Euskal Herria.

Todos sabemos que no existen razones reales, por mucho que quieran «justificar» legalmente lo contrario. Lo hemos dicho todas las fuerzas sindicales, aunque ahora algunas les firmen un acuerdo que va a suponer que casi 3.000 compañeras y compañeros se queden en la calle, renunciando a seguir con la presión de las movilizaciones a las que el personal si estaba dispuesto.

La plantilla no se merece esto, ni la prepotencia de la dirección del banco, ni la traición de algunos sindicatos que parece no importarles demasiado dejar a todas esas personas en la calle. No tienen alma, como el dinero, solo buscan aumentar sus beneficios, las personas no les importamos. Ni las trabajadoras y trabajadores, ni la clientela, a quien cada vez reducen más sus servicios, cierran oficinas y caja pero, eso sí, les cobran más y más comisiones.

Si, el banco seguirá ganando mucho dinero y sus altos directivos se llenarán los bolsillos mientras muchos compañeros y compañeras son despedidos con la complicidad de algunos «sindicalistos».

Sólo como ejemplo: En la Junta General de Accionistas del 20/04/2021, el BBVA aprobó el reparto de 158 millones de euros entre 339 altos directivos de la entidad. También, durante el pasado primer trimestre de este ejercicio, el banco comunicó un plan de recompra de 667 millones de acciones para su autocartera. A este respecto, durante la negociación solicitamos también que estos gastos e inversiones repercutieran de alguna manera en la plantilla afectada por el ERE, obteniendo como respuesta el silencio del banco y del resto de sindicatos.

La plantilla, la ciudadanía, el gobierno y toda la sociedad deben saber lo que ha pasado; como el BBVA, que gana muchísimo dinero (nada menos que 1.210 millones el primer trimestre de este año en plena pandemia), apuesta por Despidos Colectivos, dejar en la calle a casi 3.000 personas, muchas de ellas menores de cincuenta años, con la colaboración de algunas organizaciones sindicales.

Y todo eso con el silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación, aunque excepciones las hay, que se han limitado a dar la versión del banco y de quienes al final han firmado el ERE, aparentando una «normalidad» inexistente.

También tenemos que recordar que si se hubiera derogado la reforma laboral del PP las cosas podrían ser ahora muy distintas, por lo que, de este desastre, los culpables principales son quienes lo han puesto en marcha y se han negado a aceptar alternativas, la dirección del BBVA, pero también quienes lo van a hacer posible, firmando un ERE inaceptable e, igualmente, quienes pudiendo haber dejado sin efectos las consecuencias del ERE, derogando la reforma (PSOE/UP), no lo hicieron. No lo olvidemos.

Para finalizar, nos queda la esperanza, la lucha y, aunque en ocasiones se pierda, nadie nos va a quitar las ganas de seguir intentándolo: «si no nos dejan soñar y mantener todos los puestos de trabajo, no les dejaremos dormir». Esperamos que, en este caso, cada uno de los despidos se conviertan en su pesadilla y no les dejen dormir a quienes lo han hecho posible.

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