Aniceto Morales Horrillo

Escuelas públicas infantiles. Más empatía y más solidaridad

Es incomprensible la medida cautelar que se ha tomada en el tema de las escuelas infantiles públicas de Pamplona.

Por una parte, la medida (supuestamente) pretende evitar consecuencias irreversibles a 53 familias que, al parecer a excepción de una, han sido ubicadas en otras escuelas municipales cercanas a la que tenían, pero que por otra parte parece no tener en cuenta las consecuencias en unas 1.200 familias, poniendo patas arriba todo el proceso de prematriculación. Proteger supuestos derechos del 4,4% de las familias desamparando en el proceso de prematricula al 100% de las familias no tiene mucha lógica que digamos.

Los sucesivos gobiernos de UPN y sus colaboradores sabían claramente que la mejor forma de evitar que el modelo de inmersión lingüística en euskara (modelo D) avanzase era impidiendo que se ofreciese en el mayor número de centros, pueblos y barrios posibles. El resultado de estas políticas es clarísimo en Iruñea-Pamplona, por ejemplo en escuelas infantiles hasta el curso 2014/2015 tan solo se ofrecía en 1 de los 13 barrios de Pamplona, y en Educación Infantil y Primaria pública en 8 de los 13 barrios.

UPN en sus años de gobierno municipal, nunca ofreció más plazas de euskara, al contrario bajo la oferta del 25% (2 de 8 escuelas) al 16% (2 de 12) -  11% (2 de 17) si incluimos las de Gobierno de Navarra (éstas por cierto tienen oferta 0 de modelo en euskara), porque en ninguna de las nuevas escuelas infantiles municipales que se creaban ofrecía el modelo en euskara. Tampoco quiso preguntar a las familias por sus preferencias, sabía que la evidencia era muy grande y lo que no quería era visibilizarla.

En 2014 Euskalgintza de Iruñea-Pamplona, con un serie de personas colaboradoras, llevó a cabo una encuesta con sus propios medios en la campaña de prematriculación y pudo comprobar que en torno a 450 niñas/os (las plazas ofertadas en ese año en euskara eran en torno a 170) habrían sido matriculados en modelo en euskara si hubiese existido esa oferta. Ante esta evidencia y la presión de madres y padres para el curso 2015/2016 el gobierno de UPN en el Ayto de Pamplona hizo una operación de maquillaje con la permuta de una escuela infantil de modelo en euskara de la Txantrea con otra de modelo de castellano de Arrotxapea, sin aumentar ni una sola plaza, pero haciendo que la oferta de este modelo pasase de un solo barrio a dos de los 13 que tiene Pamplona. Curiosamente,  en este caso no hubo ninguna protesta ni recurso y eso que algunas familias también decidieron cambiar de centro.

El nuevo gobierno municipal, el del cambio, con su llegada al Ayuntamiento tenía varias opciones en este tema, que groso modo se podrían resumir en tres.

1. Dejar las cosas como estaban. ¿Pero ahí dónde estaba el cambio?

2. Barra libre. Que cada familia eligiese el modelo que quiere y en función de la demanda organizar todas las escuelas infantiles municipales. Esta habría sido la solución más honesta atendiendo a la demanda, pero la más arriesgada y complicada desde el punto de vista de gestión, con consecuencias imprevisibles.

3. Buscar una fórmula que aunque no supusiese conseguir el equilibrio total entre demanda y oferta para todos los modelos, si podía ser un paso importante encaminado a la consecución del mismo en años venideros.

Al parecer por pura lógica optaron por la tercera opción, que era la más viable y porque a priori desde el punto de vista de gestión, era la que menos problemas generaba. De hecho, no se pierde ningún puesto de trabajo, se crean unos 20 nuevos. La oferta en dos nuevos barrios diferentes y con localización céntrica permite proximidad a las familias de los barrios que no tendrán oferta.  Muchas de las familias de las dos escuelas afectadas con el cambio de modelo deciden seguir en esos centros y las que no, a excepción de una, van a otras escuelas municipales próximas. Al final el impacto de este cambio que permite subir la oferta de euskara del 16% al 33%  es muy pequeño, puesto que solo han mostrado su disconformidad 53 familias (presentando un recurso) de las 1200. Es decir un 4,4%.

Es fácil decir que no se está en contra del euskara, ni de que haya oferta, pero no es nada coherente pedir al mismo tiempo que nada cambie. En la actualidad en Pamplona hay 12 escuelas infantiles públicas municipales  y otras 5 de Gobierno de Navarra. A corto y medio plazo no se va a hacer ninguna nueva. Si realmente se quiere adecuar la oferta de modelos a la demanda real, ésta tiene que pasar inevitablemente por la apertura de nuevas líneas en euskara en todas las escuelas infantiles o por la conversión integra de algunas de estas escuelas al modelo de inmersión lingüístico en euskara y en este cambio tendrá que haber indudablemente  familias afectadas, para las que habrá que buscar la mejor solución posible (como creo que se ha intentado hacer en este caso), pero estos casos particulares no deben obstaculizar las medidas que buscan mejoras de carácter general.

Por último me gustaría aportar uno dato más, que no es fruto de ninguna encuesta sino del tratamiento de los datos reales de matrícula (de alumnado de los tres primeros cursos de infantil, es decir alumnado de 3 a 5 años de edad) en el curso actual (2015/2016) en los centros  públicos de infantil y primaria de Pamplona. De los 13 barrios de Pamplona tan solo en 8 se oferta modelo D o en euskara y en esos ocho la media de matriculas en modelo D es del 42% (983 alumas/os de 2.355). Si la oferta en las escuelas infantiles antes de la medida tomada por el actual Ayuntamiento era de 16% (11% contando las 5 de Gobierno de Navarra) y ha pasado al 33% (24% contando las 5 de Gobierno de Navarra), parece claro que la medida es todavía insuficiente y que queda trabajo por hacer para conseguir una oferta de modelos acorde a la demanda y en igualdad de condiciones para todos los modelos.

En Educación algo mejor nos iría a todas y todos con más dosis de empatía y solidaridad, y menos recursos judiciales y medidas cautelares.

Bilatu