Dr. Yasser Abu Jamei
Director general del Programa de Salud Mental de la comunidad de Gaza

Esto debe terminar

Se necesita una acción política concreta ahora para poner fin no solo a las actuales incursiones y bombardeos mortales, sino también a esta ocupación ilegal y al asedio de Gaza por parte de Israel. De inmediato.

Estoy escribiendo esta carta mirando a mi aterrado hijo de seis año de edad, que mantiene sus manos sobre las orejas tratando bloquear el sonido de los bombardeos de Israel, mis dos hijas mayores de trece y diez años y mi esposa. Sus rostros muestran la ansiedad de no saber dónde pueden estar a salvo ahora. Mi dos hijos mayores, de dieciséis y quince años, silenciosos, se sienten aturdidos y sé que están reviviendo los recuerdos de los tres ofensivas anteriores sobre la Franja de Gaza y de los miembros de la familia que hemos perdido. Estos son los sentimientos que viven todas las familias de la Franja de Gaza.

Nosotros los palestinos hemos vivido décadas de humillaciones, injusticias y malos tratos. En 1948 fuimos expulsados ​​de nuestra tierra, más de seiscientas aldeas fueron completamente destruidas, cientos de miles de nosotros fuimos asesinados o desarraigados. Casi 800.000 terminaron viviendo como refugiados en diferentes lugares del mundo.

Esto ocurrió bajo la mirada de la comunidad internacional que nos ha prometido un Estado soberano en aproximadamente una quinta parte de nuestra tierra de origen. Esa decisión solo fue aceptada en los años 90 por los palestinos que creen en una solución basada en dos Estados.

Veintiséis años después, observamos las condiciones en las que e encuentra el prometido Estado de Palestina y vemos una Cisjordania dividida y ocupada por cientos de miles de colonos que viven en asentamientos construidos sobre los escombros de las casas palestinas y que están haciendo que la vida del pueblo palestino sea un infierno.

Vemos la Franja de Gaza bloqueada durante más de catorce años, un bloqueo que nos priva de unas condiciones básicas de vida. No solo eso, sino que además hemos sufrido tres grandes ofensivas en esta pequeña zona que mataron, destruyeron y traumatizaron a miles de ciudadanos de nuestros pueblos.

Y vemos que Jerusalén Oriental, con sus lugares más sagrados para musulmanes y cristianos por igual, bajo una amenaza constante a medida que los colonos se apoderan de los hogares y barrios palestinos.

Hace una semana, los colonos israelíes comenzaron a atacar a Sheikh Jarrah tratando de apoderarse de más casas de familias palestinas. Todos lo vieron. Nadie intervino.

En uno de los más sagrados atardeceres del Ramadan, Israel decidió desalojar a decenas de miles de fieles que estaban rezando en la mezquita de Al-Aqsa. En su mayoría eran palestinos que viven en Palestina del 48, ahora Israel. Todos vieron el brutal uso del poder militar por parte de Israel. Nadie intervino.

Las escenas de violencia en Sheikh Jarrah y en la mezquita de Al-Aqsa han encendido un fuego en los corazones de los palestinos no solo en la Palestina histórica, sino también en todo el mundo.

Mientras nos manifestamos en Akka, Jafa, Nazaret y Cisjordania, se dispararon cohetes desde Gaza exigiendo el fin de las atrocidades en Jerusalén.

La respuesta del Ejército israelí fue atacar Gaza con más violencia que en los terribles días de las ofensivas anteriores. Esta vez provocó la muerte de más de ochenta personas, entre ellas diecisiete niños y siete mujeres. Los bombardeos afectaron a bloques de pisos, apartamentos, edificios gubernamentales y policiales e incluso calles enteras. Todos lo están viendo. Nadie interviene.

¿Cuánto tiempo el mundo se quedará de brazos cruzados mientras nosotros aquí en Gaza sufrimos así? El pueblo de Gaza necesita algo más que declaraciones y resoluciones, mientras Israel recibe las armas que nos están matando y aterrorizando.

Primero soy padre y luego psiquiatra. Mi sueño es que mis hijos vivan, crezcan y aprendan con seguridad. Este es el mismo sueño como el de cada uno de los pacientes que veo. Habrá más hoy y mañana. Ese es mi trabajo: dar esperanza. Les diré lo que les digo a mis hijos y a mi esposa. «Aunque esta injusticia contra los palestinos se ha prolongado durante siete décadas, eso no la convierte en algo normal. El mundo está cada vez más lleno de gente que no acepta que sea normal. Habrá cambios».

Se necesita una acción política concreta ahora para poner fin no solo a las actuales incursiones y bombardeos mortales, sino también a esta ocupación ilegal y al asedio de Gaza por parte de Israel. De inmediato.  

Nuestras condiciones de vida actuales bajo el asedio son una afrenta a la dignidad humana. Suelo decir a mis hijos y a mis pacientes: «nosotros los palestinos tenemos derecho a vivir como cualquier otro pueblo en el mundo: a vivir en paz, con dignidad y a gozar de nuestros derechos. Llegará».

La comunidad internacional debe ahora cumplir su promesa de un Estado palestino soberano. El respeto por el derecho internacional exige todos los países civilizados que reconozcan el Estado de Palestina ahora.

Después de más de siete décadas de ocupación y miseria, seguimos siendo resistentes y nunca nos rendiremos. Pero no hay padre que pueda soportar ver a sus hijos vivir así.

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