Felix Zabalza
Nafarroako Osasun Plataforma /Plataforma Navarra de Salud

Europa por una sanidad para todos

Estos cuatro ingredientes, con distintas proporciones y dependiendo de la capacidad de resistencia de quienes defendemos nuestros sistemas sanitarios públicos, se dan en todas las recetas neoliberales que rigen las políticas sanitarias europeas. En nuestro entorno más cercano, también.

Este 7 de abril, Día Mundial de la Salud, la Red Europea contra la privatización y la comercialización de la salud y de la protección social inicia la campaña "Un año por una sanidad para todas y todos", con la mirada puesta en las próximas elecciones europeas de 2019, con el objetivo de forjar compromisos por parte del mundo de la política para llevar adelante iniciativas de defensa del derecho a la salud y para frenar los fenómenos de mercantilización-privatización que en distintas formas se sufren en toda Europa.

La campaña se centra en cuatro ejes que dibujan el modo en el que avanzan los peligros para nuestros sistemas públicos de salud europeos.

El primero de ellos, "Postergar la atención" hace referencia a cómo la población se enfrenta a un entorno de restricción en el que no se le permite tener acceso a la atención necesaria o deseada, aduciendo razones presupuestarias.

El segundo de los ejes, el dedicado a las "Aseguradoras privadas", explica la manera en que se mercadea con la salud, rompiendo todo principio de solidaridad y equidad pues bajo el imperio de las aseguradoras, quien más posibilidades económicas tiene accede a mejores prestaciones, mientras la población más vulnerable se va quedando excluida de la protección de la salud.

En tercer lugar, denuncia al "Complejo industrial médico-farmacéutico" por su opacidad, su inaceptable presión sobre los estados a través de un potente «lobby» para fijar elevados precios que no tienen relación alguna con los costes de producción y desarrollo de los fármacos.

Por último, las "Externalizaciones", las múltiples formas en las que se cuartean los sistemas públicos de salud, subcontratando cada vez más lotes en servicios auxiliares, en servicios técnicos o en atención directa, fortaleciendo al sector privado en detrimento de lo público.

Estos cuatro ingredientes, con distintas proporciones y dependiendo de la capacidad de resistencia de quienes defendemos nuestros sistemas sanitarios públicos, se dan en todas las recetas neoliberales que rigen las políticas sanitarias europeas. En nuestro entorno más cercano, también.

Respecto a la falta de accesibilidad y la postergación de la atención, además de la problemática de las listas de espera, recientemente hemos recibido un mazazo judicial que dinamita la universalidad sanitaria en Navarra pues el Tribunal Constitucional ha considerado nula la Ley navarra que reconocía el derecho a la sanidad a toda la población, incluida la que padece situación de irregularidad administrativa.

Sobre las aseguradoras privadas, no debemos olvidar que las Mutuas patronales lo son y constituyen un sistema de salud paralelo al que se accede por el hecho de trabajar y en el que el bien a proteger no es realmente la salud sino la fuerza de trabajo, negando bajas médicamente necesarias, acelerando procesos de cara a asegurar una pronta incorporación al trabajo, derivando pruebas a los negocios sanitarios privados etc., todo ello, utilizando fondos de la Seguridad Social.

Navarra ha sido la única Comunidad que ha reducido el gasto farmacéutico el último año, algo positivo pues la tendencia de los últimos años ha sido creciente. En este punto cabe reflexionar también sobre la propia responsabilidad de la población pues demandamos, y acumulamos, cada vez más medicamentos, haciendo el caldo gordo a la industria farmacéutica. La medicalización de nuestras vidas, ligada entre otros factores a una atención primaria débil, es un fenómeno que sólo beneficia a los laboratorios.

Finalmente, las externalizaciones, algo bien conocido en estas tierras. El modelo de privatización parcial a través de conciertos sanitarios sigue tan vigente como siempre (CUN, SJD, San Miguel, resonancias, ecografías…). Además, servicios auxiliares como lavandería, limpieza, informática, etc., siguen estando privatizados.

Por ello, el 7 de abril debemos recordar que la salud no es una mercancía más, se trata de un derecho universal que debemos defender día a día y en todos los lugares, ahora más que nunca.

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