Gure Esku Dago y las multinacionales
He dejado que transcurriera el domingo día 21 para la publicación de esta critica constructiva. No cabe duda, del éxito de la iniciativa Gure Esku Dago a favor del derecho a decidir del pueblo vasco en las campañas realizadas durante los dos últimos años. Los retos de unir Durango con Iruñea entre personas no era un reto fácil, ni llenar los estadios de fútbol o instalaciones similares en algunas capitales de Euskal Herria lo han sido este año.
Por el número de personas, las condiciones en las que se trabaja, la complejidad de las acciones, etc. se deben catalogar como rotundo éxito. Cabe recordar que anteriormente se habían realizado intentonas similares con plataformas diversas (Milaka Bilaka, etc..) que no tuvieron tanto éxito. Las razones las dejaremos para los historiadores.
Y traigo a colofón también a las multinacionales, como ejemplo de movilización de personas en busca de un reto muy concreto, ser lo más rentables posibles, para los trabajadores por la propia supervivencia de sus puestos de trabajo y para los accionistas para regocijo y alegría por recibir los beneficios, los cuales ponen encima de los anteriores, con lo cual, todos contentos.
Las personas que todavía sigan leyendo este artículo se preguntarán que tiene que ver la movilización de Gure Esku Dago y las multinacionales. Vayamos por partes, en los dos ejemplos la base fundamental del éxito es la movilización de personas, pero bajo prismas diferentes, y otorgando importancia a aspectos concretos en la relación con las personas.
En la década de los 70 la multinacional Toyota se hace la siguiente pregunta: ¿Por qué si tengo una plantilla de 1.000 personas (100 ingenieros y 900 trabajadores) solo piensan los ingenieros y los demás solo acatan las ordenes de trabajo. No sería más rentable que las 1.000 personas estuvieran pensando en pro de la empresa, como mejorarla, como optimizarla, como ser mas competitiva, como reducir el número de accidentes, como conseguir mejores condiciones de trabajo, etc. Cada uno desde su responsabilidad. Esto dio lugar a lo que comúnmente se llama toyotismo (todas las personas pensando en pro de la empresa), y trajo consigo la formación, reciclaje, empoderamiento en aspectos nuevos en la empresa y los trabajadores (mejora continua, planes de acción, trabajo en equipo, DAFO, OOL, etc…). En las empresas modernas este es el esquema actual.
Volvamos a la iniciativa de Gure Esku Dago, a las personas se nos pidió que saldríamos a la carretera, este año se nos ha pedido llenar los estadios de futbol, y el año que viene... en pro del derecho a decidir. Pero ¿por qué no se plantea que pensemos para qué el derecho a decidir?, ¿qué puede hacer cada persona en su ámbito de responsabilidad? ¿para quién este derecho? ¿cómo conseguiremos que seamos más? y sobre todo, ¿qué ganaremos con este derecho?
La primera iniciativa que se toma a la hora de iniciar cualquier proyecto es reflexionar sobre la misión. Echo en falta esta fase en Gure Esku Dago, ¿por qué en vez de participar en actos más o menos folklórikos, no se pide contribuir a responder a las preguntas anteriormente descritas? Una misión redactada, consensuada y firmada por personas, definida con un método de funcionamiento y unos procedimientos determinados para conseguir unos resultados medibles.
Reflexionar que el trabajar por el derecho a decidir es invertir en democracia trabajando la identidad, que este derecho es para todos los habitantes de Euskal Herria y que con ello conseguiremos mayor cohesión social, que lo conseguiremos siendo personas más críticas y comprometidas con nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestro país y nuestra lengua, que con esto conseguiremos vivir mejor, en una sociedad más justa, y con mejor calidad de vida para todas las personas. Desde mi opinión, de esto trata la misión del derecho a decidir.
Hemos aceptado que las empresas y multinacionales hayan tomado eslóganes y máximas obreras y lo han llevado a su terreno para buscar el éxito. La critica constructiva que quiero transmitir es que nosotros debemos de copiar los métodos, hábitos, procesos, procedimientos, etc. de los sistemas de gestión de las empresas para buscar la eficacia que no encontramos a nuestro trabajo social.
La activación personal es un trabajo apasionante, cargado de responsabilidad, es un trabajo donde de manera personal creces, donde te sientes partícipe de algo fuera de lo cotidiano, las emociones fluyen, el trabajo también.
Aprendes a trabajar en comunidad, en pluralidad, te marcas objetivos, debes reunirte con gente que no piensa igual que tu, pero que defiende la misión y el objetivo final. Nuestra identidad.
Alguien escribía una vez que la razón de ser de un movimiento social era la capacidad de mover o cambiar «algo serio» en la sociedad, y si no, no era movimiento social (serían sucursales de algún partido político). Ese algo son conciencias, contradicciones, ilusiones, pero también compromisos, reuniones, asambleas, debates, planes de acción, relaciones, proyectos, objetivos, indicadores, etc. de las personas que toman parte en la misión.
Humildemente, porque no soy ningún técnico en la materia, se necesita IKAKOP (Ilusioa, Konfiantza, Adimen emozionala, Kompromisoa, Onura eta Proiektua) para que cualquier iniciativa de personas «mueva ficha». Pero esto requiere reflexionar, experimentar, trabajar, formarse, leer, relacionarse, medirse, requiere trabajo diario, requiere entrenar toda la musculatura intelectual de las personas. El objetivo es una Euskal Herria identificable, estructurada, democrática y participativa, justa, euskaldun y plurilingüe, viable y sostenible, crítica y comunicativa, abierta a la cultura, a la ciencia y al deporte, integradora, solidaria e internacionalista. El objetivo es nuestra identidad personal.
Mi aportación, trabajemos un Plan de Gestión y un Plan de Acción en el que decidamos como construimos nuestra identidad, como queremos que sea Euskal Herria. Nuestro proyecto (EH Izenetik Izatera) es un buen producto, necesita comerciales, (en las familias, en las cuadrillas, en las ikastolas y universidades, en los puestos de trabajo, en las calles, etc.) se necesita toyotismo.
El beneficio es la gran diferencia, mientras en las multinacionales el beneficio se va quien sabe donde, con más derecho a decidir el beneficio se lo quedan las personas. Ser mejores personas en una mejor sociedad. Este es el reto.
La próxima vez que vayamos a los estadios que sea para animar a nuestras selecciones nacionales.