Fátima Andreo Vázquez

¿Hay que bajar los impuestos?

Parece ser que hay una competición entre miembros del Gobierno de Navarra por ver quién defiende con más ardor una próxima bajada de impuestos a las clases medias. PSN y Geroa Bai consideran que es una medida necesaria en estos momentos para que las familias recuperen poder adquisitivo frente a la inflación. La cuestión es, ¿sería oportuna dicha bajada? Y, ¿a cambio de qué se produciría? Esto es algo que convendría que aclararan.

En 2015, el denominado Gobierno del Cambio realizó una reforma fiscal que subió los impuestos, lo cual permitió revertir las cocinas públicas al hospital de Navarra, devolver al funcionariado los recortes efectuados en la anterior legislatura, aumentar los fondos de cooperación al desarrollo brutalmente recortados años atrás, mejorar las prestaciones de la renta básica, aumentar el parque de vivienda pública, bajar un poco las ratios de las aulas en los centros escolares, una reducción en las listas de espera de salud, la mejora en la atención a la dependencia, entre otras cosas. Habrá quien considere que la subida de impuestos le mereció la pena y habrá quien no, pero a nivel social parece que se obtuvieron mejoras importantes.

Y ahora que se plantea una reducción de los mismos, habría que saber a cambio de qué. Saber qué recortes se van a producir o qué mejoras van a dejar de llevarse a cabo en el gasto público. Mejoras como la de la atención primaria y la salud mental de Osasunbidea; como la bajada de las ratios en educación, en numerosos casos excesivas para atender adecuadamente y con calidad alumnado (los cursos de inclusión están muy bien, pero sin recursos se quedan en exigencias al profesorado para que haga magia). Mejoras como la dotación adecuada de las partidas necesarias para hacer realidad la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Medidas realmente efectivas sobre vivienda que permitan una bajada generalizada de sus precios, especialmente del alquiler, algo que sí que afectaría positivamente a la renta disponible de multitud de familias (incluidas las unipersonales).

Por otra parte, puesto que lo que se avecina es una contención del gasto en Europa después del aumento de la deuda tras la pandemia y como consecuencia de la guerra de Ucrania, entiendo que no se busca aumentar el déficit público. Es más, la Airef ya está pidiendo contención en los gastos de los próximos presupuestos (por algún motivo siempre se piden recortes en gastos y no aumento de los ingresos públicos). Así que no solo están en peligro las posibles mejoras en los servicios públicos, sino incluso sus niveles de gasto actuales.

Es verdad que el PSN es consecuente con su postura en 2015, cuando atacó la reforma citada con un fervor liberal. Por cierto que en aquella época también atacaba a Podemos acusándoles de populistas por defender medidas como la subida del salario mínimo interprofesional. ¿Y qué es sino populismo la bajada de impuestos a las clases medias cuando quedan tantos frentes por cubrir? (Las clases bajas pagan poco o ningún impuesto directo). Populismo de derechas, eso sí, como el de Ayuso o Milei. En cuanto a Geroa Bai, no se sabe de dónde le viene este afán por cambiar la reforma que su gobierno llevó a cabo; y que contra los pronósticos catastrofistas de la derecha no ha impedido que el PIB siguiera creciendo a niveles similares o incluso superiores a los de antes de la crisis de 2008.

Además, en unos momentos en que se plantea un debate y un cambio sobre la financiación autonómica de nuestro país, no parece que hacer competencia a la baja sea lo más oportuno. Aparte del hecho de que la armonización fiscal que se incluye en el Convenio Económico y en la Lorafna (Ley de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra) recoge que se debe establecer una presión efectiva global equivalente entre Navarra y el Estado. En cualquier caso, ¿de verdad es eso lo que necesita Navarra?

Cuando se habla de que la deflactación del IRPF alivia la carga fiscal a todas las rentas, se está hablando de todas las rentas que alcanzan para pagar IRPF. Y eso me lleva a que en Navarra la desigualdad ha subido en los últimos años. Ya no somos la orgullosa Comunidad menos desigual del Estado. Según el último Informe sobre la Pobreza y la Desigualdad Social en Navarra, del Gobierno de Navarra, el índice de Gini, que mide la desigualdad de las rentas, no para de subir en Navarra desde 2019, colocándonos en 2021 en el décimo puesto de las Comunidades Autónomas. Y según el Informe Arope de 2024, el crecimiento más elevado de la pobreza entre las comunidades autónomas respecto al año pasado se produce en Navarra, cuyos datos llevan asimismo varios años empeorando. Y estos no son datos que se mejoren con una deflactación del IRPF.

Ahora bien, puede que me esté precipitando y que el Gobierno tenga pensado compensar estas bajadas a las rentas del trabajo con un aumento de los ingresos por las rentas del capital y establecer ya una tasa mínima para las empresas, cuyos datos de recaudación fiscal en ambos casos son mucho menores que los de las personas trabajadoras. Si fuera así, no tengo más que aplaudir la medida.

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